Capítulo XV: Corazón latente (Editado)

51 3 1
                                    

El sol entra por la ventana y se refleja en mi cara, él está durmiendo a mi lado y yo contemplo cada hermosa facción de su cara, la noche anterior estuvo demasiado intensa como para describirla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sol entra por la ventana y se refleja en mi cara, él está durmiendo a mi lado y yo contemplo cada hermosa facción de su cara, la noche anterior estuvo demasiado intensa como para describirla.

<<No puedo entender como es que pensé que él era un maldito desalmado cuando lo único que busca es mi felicidad>>

Me acerco a él y lo beso en la punta de la nariz, lo adoro, me digo a mí misma, pero creo que no soy lo suficientemente sutil al besarlo, ya que abre sus ojos y se sube a mí.

— ¿A caso quieres más? –me besa el cuello–

— ¿Quieres repetir lo de anoche? –le pregunto–

—Pues si no queda más alternativas, entonces... –Toma las esposas y me las coloca en las muñecas, me pone una venda en los ojos y se desliza poco a poco, me pega tres veces y me da vuelta poniendo mis glúteos frente de su miembro erecto, me aprieta de las caderas y con un látigo me golpea con fuerza...–

— ¿Te gusta? –me dice con voz varonil–

—Sí –mi voz suena inconsistente–

— Entonces... –No termina su frase porque el maldito celular suena–

Quedo atada y de espaldas sacando toda la cadera

<<¡Esto no me puede estar pasando!>>

He quedado como una tonta porque estoy empotrada y con ganas de que me... Pero es su maldito trabajo nuevamente, como lo detesto; dice amarme, pero nunca tiene tiempo para mí.

—Lo lamento me tengo que ir... –me dice él–

—Mm OK... –respondo con molestia–

—Sabes que si por mí fuera te –se monta sobre mí y se acerca a mi oído a susurrar– domo como lo que eres... Mi mujer...

— ¿A sí? ¿Y qué más vas a hacerme? –le cuestiono jariosa–

Él no me responde porque se ha metido al closet a cambiarse y no me doy cuenta hasta que él, me dice...

— Wow qué buena vista das así... Parece que te iba a embestir muy bien... Pero me tengo que ir mi amor...

— ¡Espera, no me vas a dejar así!, ¿verdad?

— Claro que no, en la noche te daré lo que se quedó pendiente para ahorita, a demás libérate como puedas porque das una vista espectacular como para qué te liberé...

— ¡No te atrevas Peter!

— Pruébame... ¡Ah no! Eso ya lo has hecho, quédate así...

Escucho el flash de una foto...

—Listo, va a quedar perfecto en mi oficina, lo llamaré "La belleza de Elisa al desnudo"

Siento demasiada vergüenza y sigo en esa posición incómoda, qué tanto odio, las piernas se me acalambran y él se va...

La venda en mis ojos  © ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora