Capítulo 24 Intuición

16 3 3
                                    

Giro el picaporte para salir y Regina se estampa contra mi pecho en un fuerte abrazo que me paraliza en el lugar.

- ¡Lo siento mucho! - casi solloza - Lamento haber dudado de ti y todas las discusiones feas que tuvimos.

Se desprende de mí y me mira con esos ojos arcoíris sumamente serios e imponentes.

- Mi padrino me lo contó todo. - contengo la respiración - Me contó sobre él engañándonos siendo Deacon y como te retuvo toda una semana durante tu Ciclo.

Escucho las palabras salir de su boca y todavía no soy capaz de creerlas. Él realmente se expuso de esa manera ante la criatura viva que más ama. ¿Hizo eso por mí?

- No puedo creer que se haya atrevido a tanto sabiendo lo que significas para mí. - se enfurruña -

- Todavía estoy viva justo por eso Regina.

La habitación enfría considerablemente.

- Él lastima una solo de tus cabellos y...

Pongo un dedo sobre sus labios y callo sus palabras. El color rojo se apodera de sus mejillas a una velocidad sorprendente y sus ojos se suavizan y cargan de lágrimas. Sostiene mis manos y las aprieta.

- Quería venir en cuanto lo supe, te debía una disculpa con urgencia. - confiesa - Pero era demasiado "inestable". - hace comillas con los dedos - Mis padres me retuvieron casi una semana. Vine inmediatamente. ¿Cómo estás?

- Estoy bien, gracias.

- ¿Él no...? - suspende la pregunta en el aire -

- Estoy bien. - simplifico -

Dudo que le haya contado sobre nuestros encuentros subidos de tono, y no seré yo quien lo confirme.

- Ustedes dos...

- No hay un nosotros dos. - me corta -

- Regina...

- ¡Me estuvo viendo la cara de idiota todo el tiempo! - explota - Fue mi concejero mientras le contaba cuanto detestaba a Deacon. ¿Puedes creerlo? Fingió citas grupales, cocinó para nosotros haciéndonos creer que no te conocía ni a ti, ni a Dorian. - me recuerda - ¡Dorian! Casi quiebra la estabilidad emocional de Dorian con su presencia y...

- Lo sé pero...

- ¿Por qué le defiendes? - se preocupa - No me digas que... Cariño. Sé cuánto te gustaba Deacon pero, la verdad es que nunca existió.

Ruedo los ojos. Soy consciente de ello. Hace rato que acepté esa verdad.

- Lo que sea que te haya hecho sentir solo es manipulación pura y directa. - me mira gravemente - Te considera la criatura viva más deplorable y terrible que existe. De hecho, piensa que nunca debiste haber existido.

Cada una de las palabras de mi mejor amiga es una verdad absoluta. Una verdad a la que no soy ajena. Él siempre ha sido claro en su opinión respecto a mí ser. Pero que ella lo diga, que me lo recuerde...me provoca una sensación de pesar sobre el pecho.

- No siento nada por él. - expongo encogiéndome de hombros desenfadadamente - Yo...

Una llamada en su móvil me interrumpe. Los ojos de ella se enfurecen al ver quién le llama. Le cuelga en corto.

- Regina no deberías...

- No quiero hablarle. - expone fuertemente - Estoy molesta, y dolida...

Un SMS llega tras la llamada.

Por favor, te necesito en las oficinas. Lo sabes. No me quieres cerca y lo entiendo. Pero no permitas que nuestras diferencias personales interfieran con el trabajo. Me marcharé en cuanto pongas un pie en la Empresa.

Juegos de Poder Onde histórias criam vida. Descubra agora