Capítulo 2

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Suponía que al llegar a casa tendría mucho de qué escribir en su diario, pero se sintió terrible al caer en cuenta que este había sido olvidado por ella

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Suponía que al llegar a casa tendría mucho de qué escribir en su diario, pero se sintió terrible al caer en cuenta que este había sido olvidado por ella. La cara de Ryuwon pasó del asombro al susto mientras revisaba cada bolsillo de su mochila, entonces agotó su último recurso al llamar a Minkyung. Su negación y sus preguntas sobre qué tan importante era ese cuaderno la dejaron en un estado de completa tristeza. Su amiga no podía ni imaginarse lo que significaba ese objeto, un regalo de su padre porque él sabía cuánto amaba escribir desde los diez y, lo más importante, que contenía muchos poemas, que aunque le parecían basura con el paso del tiempo, era su preciada basura que ella nunca habría querido tirar así.

Lo peor fue haber notado su ausencia solo cuando lo necesitaba y haberlo hecho tan tarde. La ponía ansiosa pensar quién lo tenía y qué podría hacer con él.

Aunque era su gran preocupación en la cena, pasó a segundo plano cuando el ambiente familiar parecía tan animado y ella tan triste. Su familia de cuatro, compuesta por sus dos padres y un hermano menor por dos años, hacía minutos compartían sentados su día. Jeong Dongwon no paraba de hablar.

—¿Cómo puedes hablar tanto? —su madre lo interrumpió con su risa, mirándolo con mucho amor. En sus últimas palabras el chico la había halagado—. Te llenarás de aire, cariño. Come más omelet.

Park Minsook, su madre, era como un roble, alguien con carácter y autoridad en la familia desde que tenía memoria. Era una mujer suave, amable y cariñosa con sus hijos cuando era pertinente, por otro lado, era trabajadora, inteligente y audaz en la oficina. Veía esas dos facetas de su madre, una en casa y otra cuando la visitaba algunas veces en la Inmobiliaria. El negocio familiar cada vez iba mejor, tocaban el éxito hacía tres años atrás. Le causaba admiración como podía dividirse y ser tan buena en dos cosas que pedían mucho de ti misma. Había escrito muchas cosas de ella en su cuaderno.

Nuevamente recordó la pérdida de su diario. Debía resignarse.

—¿Por qué suspiras, hija? —la voz de Jeong Sangbin, su padre, resaltó en sus pensamientos.

Él examinó su rostro abatido. Los dos limpiaban los platos sucios porque era su día asignado y Ryuwon sabía qué charla venía por eso. Miró a su madre concentrada haciendo cuentas en la mesa y volvió a su papá.

—No quería pedirle a mamá porque es un poco más dura en esto pero, ¿puedo obtener un adelanto de mi mesada? —susurró, yendo al grano.

—¿A qué se debe eso?

—Quiero comprar un nuevo cuaderno.

—¿Y él que te compré?

—Papá, eso fue a mis diez —se quejó, porque no había dicho que sí inmediatamente.

—Bueno, eso es difícil para mí ahora mismo. —El rostro de Ryuwon cayó nuevamente. Su padre pareció conmovido—. Está bien, está bien. Haré un esfuerzo.

Before the leaves fall | Kang Taehyun.Where stories live. Discover now