❝Hay música de fondo, te estoy mirando. Eres como una bonita melodía.❞
No hay nada tan intenso y caótico como amar por primera vez. Puede ser torpe, loco, inmaduro, pero también es libre, puro y sincero.
Ryuwon ha estado enamorada de Taehyun desde l...
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Quinto día de sus vacaciones. Su corazón no sintió nada en el instante en que visitó su casa después de varios días de quedarse con su abuela. Menos cuando dos hombres sacaban una de sus pertenencias y justo reconoció su escritorio, aquel donde escribió en su diario muchas noches.
Minkyung se detuvo junto a ella, con la boca abierta a lo que veía. Ryuwon tardó en recordar que estaba acompañada.
—Esto solo lo sabe mi diario, lo había olvidado —bromeó sin gracia.
—Está bien. —Su rostro reflejaba sus palabras, pero Ryuwon no se atrevía a verla.
—Y no te incomodes, es mi culpa no contarte. De todos modos es insignificante para mí.
Minkyung asintió para tranquilizarla, aunque sabía que estaba mintiendo. Sabía que solo era cuestión de tiempo que Ryuwon le contara. Porque cuando tenía problemas se encerraba en una cueva cargando sus problemas, reflexionaba con el tiempo y después salía con una sonrisa, contando cómo si todo fuera parte de un pasado lejano.
Por eso quería darle su espacio.
—Puedo quedarme aquí.
—No, solo será un minuto, acompáñame. —Y eso significaba que poco a poco estaría involucrada en el problema.
Ryuwon solo iba por unas cosas que había olvidado. Su cálido hogar se había convertido en un lugar helado, desordenado y sucio. No valía la pena ni quitarse los zapatos. Paseó su mirada y divisó a las dos personas que tanto extrañaba ver. Su mamá tenía su rostro rojo aunque no lloraba, su padre trataba de consolarla recibiendo su rechazo y un hombre del banco mostraba indiferencia con cansancio. Cuando sus padres notaron su presencia hubo tensión, pero no lo dejó ser, saludó como era debido y Minkyung también ayudó con su reverencia junto a una sonrisa tan brillante como el sol de verano.
Siguió su camino a su habitación, sin mirar nada más. Estaba tan sumergida en los recuerdos que le daban los espacios vacíos que su corazón dio un vuelco al encontrar dos hombres tratando de mover su tocador. No era su pertenencia favorita, siempre odió que no fuera color blanco sino un color más amarillento que lo hacía ver antiguo, sin embargo fue chocante verlo sacarlo como si fuera suyo. Se disculpó por interrumpir, esperó que salieran y buscó entre el desorden la razón de su visita.
—¿Esto no es importante? —habló Minkyung cuando se unió. Entre sus manos le mostró el número de contacto de la mujer del karaoke.
—Lo tengo guardado en mi diario y en mi teléfono, no es importante.
—¿Te inscribiste y no me dijiste? Es la empresa del grupo que va a debutar. ¡Oh Dios! Todas las del salón se morirían si lo supieran.
La cara seria de Ryuwon la hizo callar.
—No me inscribí, no he tenido cabeza para eso.
—¿Por qué no? Esa mujer no te ha dado esto solo porque sí. Las pruebas serían a finales de mes, tienes tiempo.
