Capítulo 3

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—No, está bien

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—No, está bien.

Jeong Ryuwon negó ante su pregunta con una visible cara de malestar. Escondió su brazo detrás de su espalda para restarle importancia.

—Segura que… —él intentó hablar a lo que ella negó de nuevo.

—Sunbae, ¿cierto? —ella parecía torpe al hablar. Él no dijo nada, solo la dejó seguir—. Parece que es cercano a ella, entonces puede decirle esto. Solo aceptaré su disculpa mientras me busque ella misma y lo haga frente a mis compañeros. Ellos también merecen una disculpa porque interrumpió nuestra hora de estudio. 

Avanzó hacia su salón y Taehyun se quedó de pie en el pasillo, pensando que tenía toda la razón.

—Ah, y gracias por la intención —dijo ella por última vez a espaldas de él. 

Volteó para verla, pero ella al instante se recompuso, giró su rostro y cerró la puerta del salón.

🍂

La vida de Taehyun en los siguientes días fue tan ajetreada que apenas podía saber de algo más que el estudio. Pero a pesar de eso, hizo el esfuerzo de mantenerse al tanto de la disculpa que debía Cho Yeonjoo a la chica de primer año.

Yeonjoo, Yeonjoo, Yeonjoo. Todos sus recuerdos se constituían en esa chica que solo sabía darle dolores de cabeza. Crecieron juntos, fueron como dos chicles hasta los once y desde entonces eran amigos que todavía se tenían mucha confianza, se protegían y se preocupaban el uno del otro. A pesar de diferentes incidentes y que en su crecimiento habían cambiado mucho, él conservaba el aprecio.

Un aprecio que era un sentimiento que lo tenía en un viaje de autodescubrimiento semanas atrás.

—¿Te disculpaste con nuestra hoobae? —preguntó Taehyun a Yeonjoo, después de un tiempo en silencio.

La brisa suave de la primavera que pegaba en la azotea echaba su pelo hacia atrás. Se veía más tranquilo y menos estresado, pensó ella. También más fresco y guapo con su frente descubierta. No dio mucha vuelta a su pregunta, la vista de él era más de interés así que respondió yendo al grano.

—Armé una escena digna después de enterrar mi orgullo.

Él la miró y ella ni se avergonzó. Pensó que el tema iba a morir allí y que podía admirarlo unos minutos, pero él rompió el encanto al abrir su boca.

—Te lo mereces.

—Idiota.

Taehyun volvió su mirada al cielo lleno de nubes y recordó el tiempo en que los dos se la pasaban horas descifrando figuras. En ese momento no sabía cuánto iba a extrañar eso y que más tarde lo recordaría con nostalgia.

—Me gustas incluso ahora, Kang Taehyun.

El corazón de Taehyun se paralizó ante la repentina confesión. De ese incidente era el que hablaba anteriormente. Cho Yeonjoo tenía la valentía desde pequeña de decir lo que pensaba y sentía sin filtros, una cualidad de la que no podía acostumbrarse nunca. Había volteado su mundo de distintas formas las otras quince veces que lo hizo, en unas no había sentido nada, en otras solo incomodidad, en las restantes se preocupaba en el daño que podía causar su rechazo. Era una más de sus confesiones pero tenía algo que la hacía diferente a las otras. Era una después de dos años, una donde le brillaban los ojos y una donde ella no parecía querer respuesta. Los dos habían cambiado en definitiva.

Before the leaves fall | Kang Taehyun.Where stories live. Discover now