⑤. ❝𝗥𝗲𝘂𝗻𝗶ó𝗻❞

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La luna brilla en lo alto del cielo estrellado sobre Kanezaka, bañando todo con su luz, proyectando largas sombras sobre el techo en el cual un enfrentamiento acababa de culminar. En mitad de aquel escenario, Genji se encontraría de pie justo frente a la figura de Kiriko, que yacía aún en el suelo. Entonces, con una mezcla de emociones melancólicas, el joven Shimada removería lentamente su máscara metálica, revelando su rostro humano. Algunas cicatrices ahora marcaban su piel, haciendo notar el cruel paso del tiempo. Sin embargo, aquellos ojos eran inconfundibles, pese a haber perdido su característico brillo de viveza juvenil. Era sin dudas el rostro de Genji Shimada. Ante aquella visión, los ojos de Kiriko se abrirían, llenos de incredulidad. Sus ataques previos habían sido impulsados por la ira y la necesidad de proteger su hogar, pero ahora, de pronto, estaba ante un fantasma; alguien que creyó perdido hace mucho tiempo.

—¿Genji?—Susurró la joven, su voz notablemente en shock, totalmente vulnerable. Instintivamente, su mano tomaría uno de sus kunai, lista para defenderse nuevamente de ser necesario.

La mirada del espadachín se suavizaría al ver fijamente los ojos de Kiriko. Por un instante, sería capaz de ver todo el dolor, confusión y años de emociones reprimidas con las cuales ella había tenido que lidiar. Sabía que tenía que escoger sus palabras cuidadosamente.

—Sí, Kiriko... Soy yo.—Su voz ya no presentaba aquella reverberación metálica propia de su máscara.

La chica, aún estupefacta, dejaría salir sus pensamientos en voz alta, a modo de un susurro.—Pero... se supone que estás muerto.

En cuanto pudo escuchar esas palabras, el espadachín se notaría algo más consternado ante la creencia errónea con la que su contraria había vivido todo este tiempo. Tras un corto suspiro, respondería con un tono algo apagado.—El destino tenía otros planes para mí...

Finalmente, la peliverde se tomaría la libertad de mirar con detenimiento todo el cuerpo del joven frente a ella. Ahora, la cruda visión de aquel cuerpo en su mayoría metálico la golpeaba con frialdad, obligándola a mostrar un atisbo de pena mientras volvía a fijar su mirada sobre la ajena.—¿Qué te... pasó? Tu...

Ante tal cuestionamiento, el cyborg permanecería en un repentino silencio por unos instantes, mientras miraba el dorso de una de sus propias manos. Tras ello, respondería con un tono firme, tratando de ser claro y conciso.—Me vi obligado a cambiar en contra de mi voluntad... Pero he aceptado lo que soy ahora. Entiendo por qué me atacaste, pero tenemos que hablar. Hay mucho que necesito explicarte.

El agarre de Kiriko se aflojaría ligeramente, pero su mirada seguiría reflejando cautela.—¿Explicar?...—Repetiría, su voz atada con amargura.—Después de todo este tiempo, de pronto te apareces por aquí... ¿Y esperas que crea que tienes una explicación?

Genji comenzaría a dar lentos pasos para acercarse un poco más a su contraria.—Sé que es difícil confiar en mí, pero hay mucho que no sabes, Kiriko... Te lo juro.

Por su parte, los ojos de la peliverde tratarían de rebuscar profundamente en los de su opuesto, buscando cualquier rastro de decepción y arrepentimiento sinceros.—Entonces... Te marchaste sin decir nada. Abandonaste a tu clan, tu villa, tu deber... A tu familia.—La amargura en su voz lentamente se convertiría en un ligero desprecio... O al menos, trataría de sonar así.—¿Y ahora qué? ¿Pedirás perdón y volverás a desaparecer?

La voz del joven Shimada temblaría levemente con arrepentimiento mientras se disponía a responder.—Cometí errores, Kiriko, y he cargado con el peso de todos ellos desde entonces. Pero he encontrado un nuevo propósito...

Antes de continuar con su discurso, el ninja se tomaría la libertad de echar un vistazo al horizonte nocturno, mientras el recuerdo de la conversación que había tenido con sus compañeros volvía a reproducirse en su mente.

—La oportunidad de enmendar el dolor que yo, y otras personas igual de despreciables, hemos causado. Fue Overwatch quien me dio tal propósito.—Revelaría, mientras volvería a fijar su mirada sobre la chica frente a él.

El ceño fruncido de Kiriko se suavizaría ligeramente, mientras un particular brillo esperanzador resplandecía en sus ojos.—¿Overwatch? Entonces... ¿Es cierto?... ¿Han vuelto?

Mientras avanzaba con sus palabras, la joven finalmente se levantaría lentamente. Su postura defensiva, aunque todavía presente, se notaba algo ablandada, mientras aún sujetaba aquel kunai en alto. Recuerdos de ambos empezaban a inundar su mente. Recuerdos del tiempo que habían compartido cuando eran niños. Recuerdos del vínculo que habían formado; como si fueran familia. Parecía que había pasado toda una vida desde entonces, pero en ese momento parecía que hubiese sido ayer.

El cyborg asentiría con una expresión llena de determinación, motivado al notar a aquella chica ahora de pie.—Sí. Hemos vuelto para proteger a la gente, para hacer la diferencia. Y ahora, ha llegado el momento de que yo enmiende mi más grande error, protegiendo mi hogar.

Mientras la brisa nocturna soplaba grácilmente en el ambiente, un conflictivo silencio se formaría entre ambos por unos momentos. La peliverde solo mantendría su mirada baja, mientras Genji la observaba fijamente, esperando alguna reacción por su parte. Finalmente, Kiriko volvería a hablar, con su voz algo más suave.

—Yo... He luchado por nuestro hogar desde que tú y Hanzo se fueron. He hecho todo lo que estaba en mi poder para mantenerlo a salvo, incluso si resultaba peligroso...

La mirada del espadachín se suavizaría al escuchar aquellas palabras. Así, se atrevería a hablar nuevamente con un tono de voz más gentil y melancólico, mientras daba algunos pasos para acercarse más a su contraria.

—Lo sé... Apenas puedo imaginar el peso que has tenido que llevar por nuestra culpa.—Entonces, el ninja alzaría lentamente una de sus manos, terminando por posarla sobre uno de los hombros de la peliverde, en un intento de demostrar afecto y apoyo.—Pero ya no tienes que hacerlo sola. Podemos hacerlo juntos.

En aquel instante, los ojos de Kiriko comenzarían a cristalizarse, anunciando el choque tan intenso de emociones que la atacaban desde su interior. El dolor de su separación, la ira producida por su repentino regreso, y el innegable anhelo de recuperar una conexión que creía había perdido hace mucho. Pronto, cual represa incapaz de soportar una inundación, las lágrimas empezarían a brotar de los ojos de la joven, desbordándose rápidamente. Así, lentamente bajaría su mano, dejando caer su kunai de una vez por todas, permitiéndose por fin el ser vulnerable después de tantos años.

Ante aquella visión, el cyborg apartaría su mano del hombro ajeno, solo para llevar a cabo un último intento por expresarse de forma honesta, extendiendo ambos brazos a cada lado, a modo de invitación. Y como si la chica aceptara tal invitación, esta se apresuraría en apegarse a él, abrazándolo sin dudar.

—... Te extrañé tanto, Genji.—Susurraría la peliverde, con su voz ahogada por la emoción.

Ante aquella honesta declaración, Genji cerraría gentilmente sus brazos alrededor de ella, ofreciéndole un pequeño y reconfortante abrazo, mientras susurraba su respuesta con un leve temblor en su voz.—Lo sé, Kiriko... Ahora estoy aquí.

Escuchar aquellas palabras llenas de arrepentimiento y sinceridad provocaría que más lágrimas recorrieran las mejillas de la peliverde, quien, sin pensarlo, hundiría su rostro en el pecho de su contrario, buscando esconder la penosa y tan vulnerable expresión en su rostro. Todo, mientras la luna presenciaba tal reunión, proyectando su brillo sobre los dos como si de un reflector se tratara.

Reconexión | Genji x Kiriko | OverwatchWhere stories live. Discover now