Reconexión | Genji x Kiriko | Overwatch

⑦. ❝𝗥𝗲𝗹𝗮𝘁𝗼𝘀❞

Sentados juntos en la comodidad de aquella esquina en el Rikimaru Ramen, ambos jóvenes se sonreían de forma gentil el uno al otro, mientras el nostálgico aroma de caldo en los tazones frente a ellos llenaba el aire, atrayendo recuerdos del pasado. Así, los recién reconciliados amigos se dispondrían a degustar de su cena de una vez por todas.

—¡Itadakimasu!—Dirían a la vez, mientras juntaban las palmas de sus manos, alzando la voz en señal de gratitud.

Entonces, ambos jóvenes hundirían sus palillos en su respectivo tazón de ramen. Genji no tardaría en comenzar a comer, añorando el sabor de aquel platillo. Y tan pronto como lo hizo, sus ojos no pudieron evitar el abrirse en sorpresa. Sin duda, aquel ramen no había cambiado para nada; sabía tan bien como cuando lo comía cada día después de clases. Seguía caliente, pero ni siquiera eso le importaba al ninja. Parece que más de una reunión se había llevado a cabo esta noche para el joven Shimada.

—Entonces... ¿Dices que estás con Overwatch de nuevo?—Preguntaría la peliverde, llena de curiosidad, mientras tomaba algunos fideos entre sus palillos, soplando para enfriarlos ligeramente.—¿Por qué? Hace unos momentos hablabas como si no hubieras estado cómodo trabajando con ellos.

Mientras la chica empezaba a comer también, el espadachín se tomaría unos momentos para responder.—Oh, buena observación. Sí, bueno...—Aquella duda había tomado por sorpresa al pelinegro, quien pensaría bien sus palabras antes de responder.—La nueva Overwatch no es lo que una vez fue. Hay nuevas y viejas caras en el equipo, y todos tenemos muy claro nuestro objetivo de luchar para traer paz al mundo.—El joven ablandaría el tono de su voz mientras miraba fijamente los fideos en su tazón al comenzar su explicación.—Durante mucho tiempo, serví como herramienta a la subdivisión conocida como Blackwatch...

Apenas escuchar aquel nombre, la atención de la joven Kamori pasaría a centrarse totalmente en su acompañante, dejando su cena en segundo plano. Claro que recordaba haber escuchado sobre Blackwatch. Pues aquel era el nombre con el que empezó la caída de Overwatch hace años.

—Íbamos a donde nadie más iría... y hacíamos lo que nadie más haría. Éramos... criminales. Utilizados con la excusa de estar librando al mundo del mal. Una vez que Blackwatch se disolvió, sus integrantes fuimos liberados; podíamos ir a donde quisiéramos. Ya no éramos herramientas de nadie...—Genji continuaría con su relato, alzando la mirada unos momentos de forma contemplativa.—Sin embargo... sentí que... ya no tenía ningún lugar al cuál regresar. Sentí que... no tenía lugar en el mundo. Así que decidí quedarme con Overwatch.

Al hacer una pequeña pausa, la mirada perdida del ninja se dirigiría lentamente hacia su compañera, quien mantenía una intensa concentración sobre él, como si le rogara de manera silenciosa el continuar con su historia. Al notar aquella mirada sobre su persona, el joven mostraría una leve sonrisa antes de dar paso a sus palabras.

—Así que se me dio la oportunidad de iniciar un periodo de entrenamiento para unirme formalmente a las filas de Overwatch. Otra recluta con ánimos de unirse al equipo apareció durante ese mismo tiempo: Lena Oxton. Entrenamos y realizamos nuestro examen juntos. Y debido a lo bien que nos compenetrábamos, se nos enlistó como compañeros.—Poco a poco, aquel lúgubre y melancólico relato parecía volverse un recuerdo más feliz y agradable, notándose en la expresión y tono de voz del ninja.—Pese a que por aquel entonces ni siquiera hablaba mucho... y seguramente no era la persona más agradable con la cual estar... Todos los miembros de Overwatch me dieron la bienvenida. Mis compañeros más cercanos: Lena, Angela, Winston... Ellos fueron capaces de ver a través de mi fría coraza metálica... Estaban dispuestos a ayudarme, acompañarme y tratarme como a una... persona normal. Ellos me dieron esperanza.—Finalmente, la mente del joven Shimada volvería una vez más a aquella conversación con sus compañeros en base, reafirmando en alto sus pensamientos más profundos.—Ellos... se convirtieron en mi familia... Y por eso, les agradezco con mi vida.