Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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— Históricamente, la cruz pertenece a la familia Heyward. — dice Ward Cameron frente a su hija. — Y resulta que lo que más me importa eres tú, así que le di la cruz a John B, por ti.
— Y a John B le pareció bien. — afirma Sarah sarcásticamente mientras Rafe los observaba alejado.
— Bueno, le acababa de entregar un objeto de quinientos millones de dólares así que sí, parecía de acuerdo. — asiente Ward.
Sarah lo mira sin creerse nada mientras él avisa a Rose y Wheeze para que entren a la habitación.
— ¡Sarah! — exclama Wheeze llegando junto a su hermana. — Nos vamos a nuestra propia isla privada, ¿no es increíble?
— Ahora mismo no se encuentra muy bien, cariño. — le dice Ward a su hija menor cuando Sarah no responde. — Pero se le pasará, enseguida todos estaremos muy bien.
Rafe aparta la mirada de su familia. ¿Él estaría bien? Tenía la cruz, el oro y había salido de Outer Banks, dejando los problemas atrás.
Pero sabía que para estar completamente bien, otra persona debería estar en esa sala con ellos. Con él.
(...)
— Matar a todo el mundo no es un plan, JJ. — suspira Kiara alejándose de los Pogues.
Brooke observa a Kiara cuando toma una pesada caja de metal, por lo que se acerca a ella para ayudarla a moverla.
La luz del sol llega a sus ojos enseguida, cuando una ventana con rejillas aparece frente a ellas.
— Chicos. — Brooke los llama mientras siguen discutiendo un plan para salir de ahí. — ¡Chicos!
John B voltea hacia ellas y se acerca con JJ y Pope siguiéndolo por detrás.
— Por ahí cabemos, ¿no? — pregunta Kiara, sonriendo de lado.
— Bien visto. — comenta John B señalándola.
— Parece que la navaja suiza si va a servir después de todo. — dice JJ, subiéndose sobre una caja para comenzar a desatornillar la ventana.
— No deberíamos salir todos. — comenta Pope.
— ¿Qué? — pregunta el rubio incrédulo.
— Hablando claro, tú deberías quedarte. — asegura John B. — Si sales, hay un 100% de probabilidades de que hagas una estupidez. Pope irá por la cruz y yo a por Sarah.
