Brooke había tenido una vida relativamente normal durante toda su vida, a pesar de que no se llevaba especialmente bien con madre. No fue hasta ese verano que toda su vida se empezó a venir abajo.
Lo que empezó como una pequeña aventura con un grup...
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Finalmente, habían llegado al pequeño pueblo en el cual habían puestos de ropa y comida a lo largo de las calles.
— Vamos. — dice Rafe cuando bajan del camión. — El barco está por aquí.
Brooke y Kiara se dan una mirada y siguen al rubio, quién las guía hasta llegar al puerto. Los tres caminan apresurados por el muelle de madera, acercándose al yate de Rafe.
La mente de Brooke intentaba buscar con velocidad cómo podrían ir a buscar a los Pogues, pero no se le ocurría nada y se estaba empezando a preocupar. Además, estaba claro que Rafe no colaboraría en ello.
Brooke se adentra al barco pero enseguida nota como Kiara se queda fuera, dudando.
— ¿Kie? — Brooke la mira mientras Rafe las observa desde la parte de arriba del yate.
— ¿No me la jugarás? — pregunta la chica Carrera en dirección a Rafe.
Kiara no confiaba en Rafe, sabía que el chico no le haría nada a Brooke pero no podía decir lo mismo de ella.
— No te la jugaré, ¿vale? — asegura Rafe, cansado. — Sólo es un favor y ya está.
Entonces, en la mente de Brooke se enciende una bombilla.
— ¿Quieres volver allí con Singh o estar a salvo? — seguía diciendo el chico Cameron. — ¿Me puedes ayudar con la bolina? Gracias.
Kiara mira lo más mal que puede al rubio antes de caminar a la parte delantera del barco.
— Te ayudo. — comenta Brooke siguiendo los pasos de su amiga antes de susurrar. — Tengo un plan.
— ¿Qué tienes? — pregunta la de cabello rizado.
— Vamos a tirar a Rafe al mar. — murmura la chica Smith mirando de reojo, asegurándose de que Rafe no las escuchaba.
— ¿Qué? — Kiara abre los ojos. — No sé si funcionará.
— Por eso yo me quedaré con él y tú te llevas el barco para buscar a los chicos, ¿podrás? — Brooke explica rápidamente su poco planeado plan mirando expectante a su amiga. — Kiara, ¿podrás?
— Si. — asiente la chica. — Pero no quiero dejarte sola.
— No estaré sola.
— Él no cuenta.
Brooke suspira. — Sólo es un medio para un fin, ¿vale?
Kiara rueda los ojos antes de sonreír levemente. — ¿Nos vemos en Outer Banks?
— Nos vemos en Outer Banks. — asegura Brooke.
— ¿Por qué tardáis tanto? — pregunta Rafe desde la parte de arriba del barco.
— ¡No podemos! — exclama Kiara.
Rafe suspira antes de bajar rápidamente hacia ellas. El chico pasa su cuerpo por detrás de la barandilla de metal para soltar el nudo de la cuerda.
Brooke y Kiara se miran entre ellas. Es Brooke quién da un paso hacia delante y no duda en empujar a Rafe al mar. Entonces, ella misma se sube a la barra de metal y con una mueca, se lanza al agua.
La fría y salada agua choca con su cuerpo de forma brusca y en ese mismo instante, todo se vuelve más oscuro. Brooke abre los ojos, encontrándose con el deteriorado rostro de Axel Nott frente a ella.
Brooke abre levemente su boca, sorprendida y asustada haciendo que el agua se meta dentro de ella ahogándola poco a poco mientras Axel extiende sus brazos hacia ella.
Es entonces cuando unas manos la agarran por debajo de las axilas y tiran de ella hacia arriba con fuerza.
Cuando sale a la superficie, tose agua repetidamente con lágrimas en sus ojos mientras se aferra fuertemente a los brazos que la sujetan.
— Brooke. — la voz de Rafe suena alejada, pero después se aclara poco a poco. — Brooklyn.
La morena busca los ojos azules del rubio, encontrándolos con una expresión severa. Brooke se suelta de sus brazos nadando hacia el muelle, queriendo salir del agua lo antes posible.
— Se ha llevado el barco. — murmura Rafe con furia, golpeando el agua con su puño.
Brooke se sienta sobre la madera del muelle pasando una mano por su rostro, recuperándose. Su mirada se fija en el barco de Rafe, que se aleja cada vez más con Kiara en él.
— No me puedo creer que me haya hecho esto. — murmura Brooke fingiendo molestia.
— Al final del día es una Pogue, no te puedes fiar. — asegura Rafe saliendo del agua haciendo que la chica ruede los ojos. — ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado?
— Nada.
Rafe la observa hundiendo sus cejas. — Dime qué está mal, Brooke.
Claro que algo andaba mal, hacía días que no tomaba las pastillas calmantes que el médico le había recetado para calmar sus pesadillas.
Pero, mierda, eso no había sido una pesadilla. Había sido peor. Igual que el día en que Rafa casi ahoga a Sarah, ese día también vió a Axel en el mar. Inconscientemente, Brooke dirige su mirada al mar con una mueca de miedo.
— Ya te he dicho que nada. — contesta ella mirando a su alrededor. — ¿Ahora qué?
— Ahora tenemos que salir de aquí antes de que los hombres de Singh nos encuentren. — dice Rafe después de mirarla unos segundos, decidiendo dejar el tema.
Brooke asiente y empieza a caminar hacia el centro del pueblo, recordando el mercado que había en sus calles. Ahí habría suficiente gente como para poder camuflarse y pasar desapercibidos.
Rafe caminaba detrás de ella, mirando a todo su alrededor. De repente, ve cuatro coches repletos de soldados pasar por una de las calles. Enseguida, agarra el hombro de Brooke, arrastrándola hacia un callejón junto a él.
— Los hombres de Singh. — murmura Rafe cuando los coches vuelven a pasar la otra salida del callejón.
Brooke frunce su ceño preocupada. Esperaba que Kiara y los Pogues ya estuvieran de camino a Outer Banks.
El sol ya se estaba poniendo y Brooke notó una ráfaga de viento que dejó su piel helado bajo la fina seda del pijama de tirantes que aún llevaba puesto.
— ¿No llevarás tu cartera? — le pregunta Brooke al rubio, quien enseguida comprueba los bolsillos de su pantalón haciendo una mueca cuando no encuentra nada.
Brooke suspira antes de llevar las manos a sus orejas, quitándose los pendientes de plata que llevaba puestos.
— ¿Nos dará suficiente para un hotel? — pregunta ella, mostrándole los pendientes sobre la palma de su mano.
— Los hoteles de aquí no deben ser caros. —dice Rafe asintiendo antes de agrarrar ambos pendientes y guardarlos en su bolsillo trasero.
