◑Cap.1◐

54 12 0
                                    

Estaba mirando atentamente al profesor, que explicaba los nuevos movimientos para la coreografía que estábamos armando para este último mes. De repente, sentí que mi celular estaba vibrando dentro de mi mochila. Le pedí permiso al instructor y atendí la llamada.

—¿Hola? ¿Quién habla?

—Soy yo Yeonjun, soy Yeji.—su voz resonó en mi cabeza por varios segundos hasta que volví a reaccionar.

—Lo siento, estoy ocupado, más tarde te llamo.—estaba por cortar hasta que escuché un grito y un fuerte ruido proveniente del otro lado de la línea.

—¡AHH!

—¡¿Yeji estás bien?!—grité exaltado.

—Creo que me torcí el tobillo.—un murmullo de voces empezó a escucharse desde el otro lado del teléfono.

—¿Dónde estás?

Justo en ese momento se cortó la llamada. Desesperado, agarré mis cosas y salí corriendo de la sala de baile para tratar de encontrar a Yeji. Estuve recorriendo toda la universidad mientras le preguntaba a distintas personas si la habían visto. Ya estaba agotado y cansado, así que me senté en un banco que se encontraba cerca de la entrada. Suspiré frustrado por ser tan inútil y no poder ayudarla.

Levanté la vista y miré de reojo a un grupo de estudiantes que se reía fuertemente después de salir de una especie de callejón. Me levanté rápidamente de mi asiento, y corrí hacia el lugar de donde había salido toda esa gente.

Mis ojos se encontraron a Yeji inconsciente en el suelo, lo que hizo que me hierva la sangre. Eso significaba que esas personas la habían lastimado y todo fue mi culpa por no poder estar a su lado. Soy un estúpido.

Me agaché y me puse en cuclillas para tomar sus brazos y ponerlos alrededor de mi cuello. Luego agarré sus piernas y las sostuve con mis manos mientras me dirigía hacia la salida de la universidad.

Ya era muy tarde para llevar a Yeji a su casa, además de que vivía sola y no podía dejarla en ese estado. Por eso tomé la decisión de llevarla a mi departamento. Al llegar, la recosté en mi cama y fui directo a la cocina a prepararle algo de comer para cuando se despertara.

Aproveché para darme una ducha y ponerme una muda de ropa más cómoda. Al salir del baño, me incliné sobre la puerta de mi habitación y la vi a Yeji, se había despertado y estaba abrazando una de mis remeras favoritas que había sacado de mi armario.

Sonreí iconscientemente pero fue una mala idea, debido a que la puerta se abrió y Yeji escondió la remera detrás de su espalda. Se notaba que la había asustado, pero alzé mis manos para que se tranquilizara de que era yo.

—¿Cómo sabías que esta era mi casa?—pregunté mientras me acercaba a la ventana y cerraba las cortinas.

—Sentí tu aroma en las sábanas, así que deduje que eras vos, además había muchas fotos en las repisas.—señaló una estantería con varias fotografías encima.

La miré directo a los ojos y me fui acercando lentamente hacia su posición. Ella, en cambio, comenzó a retroceder pero se chocó contra la puerta de uno de los armarios. Estábamos a solo unos centímetros de besarnos, pero me contuve por el hecho de que recordé que no había curado sus heridas. Estaba por separarme pero Yeji me tomó del cuello, y me dió un beso profundo en los labios. Yo lo seguí pero enseguida nos separamos.

Desvié la mirada y salí de la habitación para buscar el botiquín de primeros auxilios en el baño. Llamé a Yeji para que viniera y enseguida apareció, apoyándose en el marco de la puerta. Le indiqué que se sentara en el borde de la bañera y yo me senté al lado suyo para ver mejor las heridas. Las desinfecté y le puse algunas vendas y curitas. Después, le traje unos medicamentos para que los tomara luego de cenar y no sintiera ninguna molestia al dormir.

Ella escuchó todas mis indicaciones mientras salíamos del baño y nos dirigíamos a la cocina. Los dos comimos algo liviano y ya después nos tocaba ir a descansar.

Me recosté del lado de la ventana y me puse a ver el celular por aburrimiento. Yeji ya estaba dormida, o eso creía cuando me abrazó por la cintura y apoyó su cabeza en mi espalda. Sentí que me daba pequeños besos y se aferraba a mi torso con sus delgadas manos. Yo solo dejé que lo hiciera, aunque por alguna razón que desconocía, no podía hacer lo mismo por ella, algo me lo impedía. Y no sabía por qué.

—¿No vas a preguntarme qué me pasó?—la pregunta de Yeji me sacó de mis pensamientos.

—No quería llenarte de preguntas que quizá no querrías contestarme.—expresé mordiendo mi labio inferior.

—¿Puedo besarte?

Asentí silenciomente y al darme la vuelta, ella estaba sonriendo, pero su expresión era una mezcla de felicidad y melancolía, aunque era difícil decifrarla por la tenue luz de la noche que se reflejaba en la ventana. Acercó su rostro hacia el mío y me besó en la mejilla. Por último, abrazó mi cuello con sus delicados brazos, quedándose dormida.

Esta noche iba a ser una de las últimas que pasaríamos juntos.

 ◑𝐀𝐟𝐫𝐚𝐢𝐝◐Where stories live. Discover now