Skin Care

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Todo estaba listo para esta noche, lo único que faltaba era la presencia de Miguel en tu casa, habían algunas botanas en la sala y los implementos que usarían estaban sobre una pequeña mesita al lado del sofá.

Pronto el suave toque de la puerta se hizo presente, emocionada caminaste o más bien corriste hacia ella para abrirla y ver a Miguel de pie frente a ti con una sonrisa, además de algo entre sus manos.

— Para mi hermoso tulipán. —habló Miguel mientras acercaba a ti ese ramo de tulipanes.

Una sonrisa de oreja a oreja se extendió por todo tu rostro mientras aceptabas ese lindo detalle.

Te acercaste a él para besar sus labios de forma dulce, algo que él no puso resistencia, en cambio te romo de la cintura para acercarte más a él.

— Estás preciosa. —elogió con una sonrisa.

— Estoy en pijama. —contestaste con algo de vergüenza en tu rostro.

— Mejor, puedo verte de forma natural y créeme cuando te digo que me encantas aún más —Miguel se acercó para dejar un beso en tu frente—. Además hoy me verás en pijama a mi también.

Tú reíste mientras se separaban y lo invitabas a pasar, cerraste la puerta detrás de ti y caminaste con él hacia el interior de tu apartamento.

— Jamás creí que haría esto. —comentó él mientras se giraba a verte.

— Yo pensaba que lo hacías todos los días —te acercaste a él para tomar su rostro entre tus manos—. Tienes un rostro perfecto, contigo conocí la envidia.

Miguel soltó una pequeña risa mientras tomaba tus manos y dejaba un beso sobre ellas causando una ola de sentimientos bonitos en tu cuerpo.

— Pedí pizza, no tardará en llegar, ¿quieres algo de tomar? —ofreciste.

Los pulgares de Miguel acariciaban tu piel de forma suave, él negó ante tu pregunta.

— Quiero estar contigo el máximo tiempo posible. —contestó.

Miguel no sabía lo muerta que te dejaría si seguía de esa forma contigo, siempre era tan dulce que no te importaría tener por un coma diabetico a su causa.

Ambos se sentaron en el sofá, Miguel sugirió ver la saga de Harry Potter al saber que era una de tus favoritas, él se fue a cambiar por su pijama y al regresar no pudiste evitar admirar su cuerpo, tenía un pantalón de algodón gris con una camisa negra que marcaba perfectamente sus músculos.

— ¿Quieres que te desfile? —cuestionó él al ver tu cara de tonta enamorada.

— No sería mala idea.

Miguel caminó hacia a ti y sin esperar mucho atacó tus labios, un beso cariñoso, como si mostrara todo su amor en él. Se sentó a tu lado y luego se recostó en tus piernas, dejaste una diadema con orejas de conejos en su cabeza para que él cabello no interfiriera, empezaste a humedecer su rostro y luego a limpiarlo como una crema que hizo espuma y remojaste su rostro nuevamente quitando aquella crema. Dejaste sobre sus labios una mascarilla para ellos de plástico, rosada y bajo sus ojos una mascarilla del mismo material pero color dorado, la retiraste y seguiste con otra crema para humectar e hidratar la piel, tenía un dulce olor a chocolate. Continuaste dejandole una mascarilla de molde rosa en su rostro y dos rodajas de pepino en sus ojos.

— ¿Me das un besito? —preguntó él mientras estiraba los labios resultando gracioso el como lo dijo.

Te inclínate para juntar tus labios con los de él. Preparaste otra mascarilla la cual se aplicaba con una espátula pequeña, cuando volviste a dirigirte al rostro de Miguel las rodajas de pepino no estaban.

— Miguel... —sentenciaste.

— Ya cumplieron con su función, ya podían ser comidas. —se excusó como un niño pequeño.

Negaste con una sonrisa y retiraste aquella mascarilla, aplicarte la ya antes preparada sobre su rostro, esta era de un color morado oscuro, casi negra.

La puerta sonó nuevamente, tal vez podía ser la pizza así que te levantaste para ir hacia allá con algo de dinero, abriste y si, era el repartidor quien cobro el pedido mientras te entregaba la caja pero una mano fue mucho más rápida dándole el dinero.

— Quédate con el cambio. —Miguel había aparecido a tu lado, con aquella mascarilla puesta, causando la mirada expectante del repartidor.

Miguel sin embargo, seguía ahí en su lugar, le dio una sonrisa agradeciendo y luego cerró la puerta.

— No era necesario que lo hicieras. —dijiste mientras caminaban hacia la sala nuevamente—. Gracias igualmente.

Miguel estiro sus labios dejando un pequeño besito sobre tu nariz para luego volver, con un pañito de agua humedad quitaste la mascarilla de su rostro con cuidado, finalmente aplicarte una especie de líquido para terminar de hidratar su piel.

— ¿Mi princesa está feliz? —preguntó él mientras masajeabas su rostro. Tu asentiste con una sonrisa, como una niña si le hubieran dado una paleta—. Me encanta verte así.

Pero el sabía que había algo más que tu querías.

— ¿Quieres hacer algo más? —preguntó a lo que sonreíste algo apenada.

— ¿Te puedo pintar las uñas? Será color transparente, tiene calcio. —dijiste tratando de convencerlo.

— Podría dejar que las pinturas de rosa neón solo por verte feliz —contestó mientras se sentaba atrayendote a su regazo donde dejo tu cara llena de besos—. Si eso hace que mi tulipán sonría, entonces acepto con gusto.

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Para esa personita que me hizo el pedido en uno de los one shots pasados, recuerden que los pedidos están abiertos y me los pueden pedir en un comentario o al privado (preferiblemente al privado para no perder el pedido).

La verdad si me encantó mucho este pedido, Miguel cursi es una ternura.

Espero que lo hayan disfrutado mininos, besitos ♡.

Espero que lo hayan disfrutado mininos, besitos ♡

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𝐒𝐓𝐑𝐀𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒 | Miguel O'Hara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora