Capitulo 4

238 10 2
                                    

Capitulo 4
Narra Zelene:
-Tengo que irme, tengo que bañarme, te amo Asher.
Mi tarde una hora completa en bañarme y al salir me di el susto de mi vida,
Karim estaba sentado en la cama mirándome con intensidad, rápidamente sentí nauseas al reconocer ese tipo de mirada.

Era la misma mirada de deseo que Asher me daba  cuando me besaba.
¡Dios, trágame tierra ahora!, lecciones de carate vengan a mí...
Mi mente se puso en blanco cuando él rodeó mi cintura.
-¿Qué haces?.
Pregunté nerviosa.
-Zelene llevas tres días aquí y yo no soy de piedra, tengo necesidades y sentimientos. ¿Entiendes?.
¡Hay por Dios!.
-No me importan tus hormonas, te las has aguantado por 30 años.
Karim me miró con rostro serio y creo que un poco enojado.

-Tengo 24 años, niña y creo que te estás excediendo.
No sé qué me ponía más nerviosa, que estuviese enojado, o que siguiera apretando mi cintura con fuerza cerca de su cuerpo.
De tras de mi se encontraba la pared, así que para mí esto era demasiada cercanía entre él y yo.
-Karim yo, yo, no...
-¿Tu, tu qué?.
-Por favor...
Karim soltó mi cintura, así que me alejé lo más que pude.
-Dame un solo motivo para que no termine perdiendo la paciencia contigo.

Karim continuaba enfrente de mí mientras yo estaba sentada a la orilla de la cama temblando de miedo.
-Yo no quiero hacer esto, ni siquiera te conozco.
Mi corazón latía acelerado al imaginar cómo podía terminar esta situación.
-¡No estoy para tus juegos!.
Karim hizo que me pusiera de pie jalando mi brazo con fuerza.
-Yo nunca estuve con un chico.
Dije comenzando a llorar.
-¿Y tú crees que eso a mí me importa?.
Gritó Karim empujándome con fuerza.

Narra Karim:
¿Cómo alguien podía estar a punto de acabar con mi paciencia y luego llenarme de ternura?.
Si, un sentimiento confuso.
Al principio pensé que Zelene estaba mintiendo, pero ella no paraba de llorar.
No podía hacerle daño, mi madre decía que a una dama no se toca ni con el pétalo de una flor, aunque eso me parecía extraño porque para abrazarlas hay que tocarlas, ya que no son de aire.

-Lo siento, Zelene...
Dije alejándome lo más que pude.
-¡Déjame sola!.

Luego de eso salí de la casa, necesitaba aire fresco.
Caminé hasta la playa y me senté en la orilla, pensativo.
No sabía cómo continuar desde aquí, después de hoy estaba seguro de que Zelene me odiaría.

¿Por qué me metiste en este lío, Damián Demetrius?.
Pensé con amargura.
Una semana después...

Narra Zelene:
Me encontraba encerrada en la habitación, no me sentía segura estando afuera.
Karim me asustó mucho ese día.
Asher tenía razón, era obvio que Karim no controlaría sus hormonas por mucho tiempo.
-Zelene, ya es hora de cenar.
Abrí la puerta y me encontré con los ojos curiosos de Masami.

-No quiero ir a cenar ni verle la cara a ese idiota.
-¿Pasó algo? Preguntó inquisitiva.
-No, nada.
Bajé al comedor y respiré aliviada, gracias a Dios Karim no había regresado así que decidí llamar a Asher.
Pero me dijo que no podía recibir llamadas, así que optamos por hablar por mensajes.
-Te extraño mucho, nena.
Me dijo en tono triste.
-Ash, yo también.
Continué hablando por un largo rato, olvidando la cena.

Al despedirme de Asher subí la mirada y mi corazón se saltó un par de latidos al encontrarme con la mirada furiosa de Karim.
¿Cuánto tiempo llevaba allí?, ¿Me habría escuchado?.
Si lo hizo que Dios me proteja.
-¿Qué haces?.
Preguntó mirándome sin pestañear.
Genial. ¿Qué le diría? Estaba hablando con mi novio.
-Nada, estoy cenando.
¡Wow, Zelene! Qué idea tan brillante. ¿Cómo se te ocurrió?.

Antes de que yo pudiera hacer o decir algo más, Karim me arrancó el celular de las manos.
-¿Y entonces me ves cara de estúpido?.
¡Ay! Espero que mi muerte sea rápida e indolora.
-Yo te lo puedo explicar...
Dije temblando de miedo.
-Sí, ¿qué me vas a explicar?, ¿Que la boda fue hace una semana y ya me estás engañando.? ¿Eso es lo que me vas a explicar?.
-Yo, yo lo siento mucho.

Narra Karim:
Por eso no hay que ser tan estúpido.
¿Quién pensaría que esa niña con cara de mosquita muerta haría una cosa así? Y yo que me había sentido culpable por cómo la traté.
Había considerado no sé... pasar más tiempo con ella, conocerla mejor y quizás tratar de agradarle para que su vida no fuese tan difícil.
Y ahora resulta que me encuentro con esto, un cuerno de cabra.

Debía aceptarlo, fue humillante leer todos esos mensajes... Zelene estaba más asustada que un gato a la hora del baño.
Mi paciencia no era negociable en ese momento, así que me fui a mi habitación. Sentía de todo, desde enojo hasta decepción, así que decidí llamar a mis padres en busca de un consejo.

Obligada A Amarte Where stories live. Discover now