Capitulo 8

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Capítulo 8
Narra Zelene:
Al salir de mi estado de shock corrí fuera del apartamento y estuve a punto de tropezar conalguien.
-Lo siento mucho.

Hablé subiendo la mirada para encontrarme con una chica de algunos 30 años, de baja estatura, tenía los ojos de color miel, el cabello castaño y ondulado hasta la cintura, su abultada barriga indicaba que estaba embarazada.

-Hola, soy Paris.
Habló la chica esbozando una gran sonrisa.
-Soy Zelene.
Dije con voz tímida.
-¿Por qué estás llorando?.
No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta este momento.
-Es que mi novio me abofeteó.
-Ven a mi casa, no creo que Asan se enoje porque deje entrar a la vecina.
-Muchas gracias.
Dije intentando sonreír.  -¿Quieres contarme lo qué pasó?.
Preguntó una Paris muy curiosa.
Le conté todo y ella me escuchó con mucha atención.

-¿Y cuál es tu historia?.
Pregunté curiosa al ver su mirada cansada.
-Mi historia es un poco parecida a la tuya, pero el final es diferente.
-¿Que quieres decir?.
Ella suspiró pesadamente antes de hablar.

Resulta que Asan y ella se conocían desde pequeños porque sus padres eran socios y mejores amigos, así que decidieron unir ambas familias.
Al principio esto no fue de su agrado porque no le gustaba su forma de ser.
Asan no era cariñoso, al contrario, era callado y odioso. Le gustaba jugar con las chicas, le gustaban todas y ninguna a la vez; así que cuando se enteró de que tendrían que casarse intentó suicidarse.

Yo la escuchaba con mucha atención y aveces sorprendida, Paris continuó hablando y yo me acomode mejor.

Ella me contó que la boda fue muy hermosa y lo difícil que fue dejar a sus amigos, su familia y los estudios para vivir aquí con Asan.
Ya que antes ella vivía en Londres.
Al principio todo fue un desastre ya que siempre habían discusiones, gritos y la presión de formar su propia familia.
La entendía perfectamente.
Pedí un vaso de agua y luego de traerlo Paris me confesó que antes lo odiaba con todo su corazón, hasta que nació su primogénito Hassan.

Paris sonrió tímidamente antes de decirme que Asan aún rechaza el afecto en público, pero que aún así lo ama.

No sabía si considerar esa historia como romántica, pero me dejó pensativa.
-¿Y qué pasa si yo quiero volver con Karim?.
Ella me miró fijamente por un largo rato pensativa.

-Bueno, es complicado porque lo avergonzaste frente a su familia y luego te escapaste con otro hombre.
Bajé la mirada avergonzada. Karim nunca me habría golpeado.
-¡Soy una tonta!.

El resto de la tarde transcurrió conversando y tomando café hasta que la puerta se abrió.
Dejando ver a un hombre con una expresión que asustaría a cualquiera, me hacía recordar a Karim. Supuse que ese chico era el esposo de París.
El hombre era alto, piel blanca, ojos verdes y el cabello negro.

-¡Amor al fin llegas!.
La escena fue muy divertida, Paris corrió hasta su marido para abrazarlo.
Asan se tensó al notar mi presencia pero le devolvió el abrazo.

-Ella es nuestra nueva vecina, se mudó hace un par de días.
El tipo me miró y luego me saludó.
-¿En dónde están los niños?.
Preguntó mirando a todos lados.
-Ellos están durmiendo.
-¿Y cómo se tomaron la noticia del viaje?.

-¿Se van de viaje?.
Pregunté uniéndome a la conversación.
Asan me miró exasperado.
-Sí, viajamos dentro de un mes a Alejandría hasta el nacimiento de la pequeña Debra, es una tradición que la familia de Asan tiene.
Por primera vez Asan sonrió acariciando el vientre de su esposa.
-Mi familia es de Egipto, por eso tenemos la tradición de que todos los bebés de la familia deben nacer allá.
Explicó el chico mirándome.

***
Estaba en mi habitación intentando dormir, llegué al apartamento hace una hora y no había nadie.
Eso me tranquilizó porque no habrían más peleas por hoy.
-Nena, lo siento mucho.
Salí de la cama de un brinco al escuchar esa voz.
-¿Qué haces aquí Asher?.
-Disculpándome contigo por lo qué pasó, te prometo que eso no se repetirá.

Asher tomó mi mano para llevarme a la sala, en la mesa había un ramo de flores, una lasaña, un tarro de helado y una botella de champaña.
Sus brazos me rodearon con miedo y yo comencé a sollozar.
-¿Nena me perdonas?.

Obligada A Amarte Where stories live. Discover now