→ 06: advertencia.

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Después de una semana ______ podía hacer una valoración y decir que su semana había sido una mierda.

Sus compañeros eran todavía más distantes con ella, recibia empujones disimulados y escuchaba burlas cuando caminaba.
Cuando un general les había cuestionado el por qué se mostraban tan rehacios a hablar con ella, se habían excusado diciendo que al ser la única mujer no entendía los temas de conversación que ellos abordaban.

Una total mentira.

Sumado a eso se sentía una mierda consigo misma. Pensó que no servía para ello. No podía entrenar por su brazo, el que a pesar de quedarle pocos días de reposo, seguía doliendo como la mierda.

Pero se había sentido enorgullecida cuando tuvo que practicar tiro frente al general y había halagado su técnica.

Todo gracias a König.

Sobre él... Ella tenía sentimientos encontrados.

Lo veía muy poco. Al saber que era un Coronel entendió el por qué estaba siempre tan ocupado, y era genial que tuviese trabajo, pero muchas veces le gustaría tener más tiempo para hablar con su único amigo.

Él se mostraba progresivamente más abierto con ella, hablando más y dejándole conocer más sobre él.

A ella le gustaba.

Le gustaba su forma de ser, claro.

Por eso iba tan emocionada hacia el comedor, buscando encontrarse con él para poder hablar un poco más.

Pero casi gritó cuando un brazo la tomó con fuerza de su brazo sano y la arrastró hacia uno de los depósitos de arma.

Miró asustada al causante.

Ethan. Uno de los amigos de Mathew.

— ¿Q-Qué? — preguntó confundida.

— Escucha. Seré rápido. — murmuró. — Aléjate de ese Coronel, en serio. Si lo haces convenceré a los chicos de detener todo esto que está pasando.

Ella frunció sus cejas.

— Yo no recibo órdenes tuyas.

— No es una orden, es un consejo. Ese hombre es despiadado, ¿viste su altura y el tamaño de sus manos? Ha partido cientos de cuellos, ha asesinado a sangre fría a cientos de personas y solía formar parte de un equipo de investigación. — murmuró. — No investigaban con lupas y libritos, lo hacían torturando gente y asesinandola.

_______ tembló.

König no se veía como el tipo de persona que hacía el trabajo sucio, ¿verdad?

— Ethan, escucha...

— No. Escúchame tú a mí. Haz lo que te apetezca, pero toma lo que te estoy diciendo. Cuando están juntos es como ver a una liebre jugando en la boca de un León. Tarde o temprano te va a terminar comiendo sin pensarlo dos veces y nadie va a poder hacer nada para evitarlo. Su actuar en el campo no puede separarse de como es como persona. Si trabaja así, es porque es una persona violenta.

Ambos guardaron silencio, hasta que Ethan soltó un poco su brazo.

— Perdí a mí hermana porque se enamoró de uno de esos confiando en su bondad interna. No... No te confíes. — murmuró, soltandola por fin. — Toma lo que te dije. Ven a sentarte con nosotros, yo te incluiré. — aseguró, saliendo de aquella habitación como si fuese algo normal.

______ se quedó allí, sin saber que hacer. 

Pero cuando había tomado su decisión su pecho había dolido.

Buscó su bandeja de comida y se encaminó a la mesa de sus compañeros.
Sus ojos se fijaron en König, que estaba sentado solo en una mesa.

Él la miró, con sus preciosos ojos claros demostrando confusión ante el trayecto que estaba tomando la caminata de su amiga.

______ se detuvo antes de sentarse en la mesa. Ethan había guardado un lugar junto a él como había prometido, pero el golpeteo doloroso en el pecho de la chica le impedia sentarse.

¿Cómo podía hacerle eso cuando él le había contado su pasado y le había agradecido por ser su amiga? ¿Podría simplemente olvidarlo, dejarlo solo allí?

Negó antes de dar media vuelta y retomar su camino hacia König, sin saber las consecuencias que ello traería.

— Pensé que no ibas a venir... — susurró él y ella le dedicó una sonrisa.

König supo que no estaba bien.

— Mis compañeros me invitaron a comer con ellos, pero prefiero sentarme contigo...

Él asintió, mirando la bandeja de comida.

— ¿Por qué no dejaste que buscara tu comida?

_________ sabía que los superiores comían mejor, era demasiado obvio, mientras que los reclutas comían apenas las sobras.

— No quiero abusar de tu amabilidad... — susurró y él negó.

— No lo haces. Eres mí amiga, me gusta que comas bien. — murmuró y se levantó a buscar su comida.

_________ suspiró, observandolo a lo lejos.

¿Debía creerle a Ethan?

¿König era de los que hacía el trabajo sucio? Ella no creía para nada en la tortura como un método para obtener información, era totalmente inhumano.

¿Pero como podía él hacer eso cuando era tan dulce?

Estaba llena de preguntas.





Tengo tantos fics que actualizar que me siento importante boeee

Tengan lindo día!

Coronel KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora