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Cuando Alicent vio a su segundo hijo entrar en el salón se quedó paralizada, ella nunca volvió a pensar en Aemond después de que esposo lo exiliara, jamás se preguntó cómo estaría, como lo tratarían, como paso su presentación o cuál sería su casta, ella estaba muy ocupada con el resto de sus hijos, Aegon su primogénito el que tenía mayor probabilidad de sentarse en el trono de hierro después de presentarse como Alfa, Helaena su niña, ella era tan hermosa y especial pero fue arrebatada por Rhaenyra ella se la llevó y la caso con uno de sus bastardos, su pobre niña ahora estaba embarazada del primogénito de Rhaenyra y todo fue aceptado por su esposo ya que él pensó que con eso la familia al fin se uniría, pero Alicent sabía que no era así, su padre estaba demasiado sediento de poder como para dejar de batallar por el trono y por sentar a Aegon en él y por último Daeron su pequeño niño, él también se había presentado como Alfa eran el orgullo de Alicent sus tres hijos, pero al ver a su segundo hijo entrar con un postura firme y la cabeza en alto vestido de cuero negro y con parche en el ojo no pudo evitar que invadiera un sentimiento de culpa, Aemond también era su hijo, su pequeño hijo que fue mutilado a los 10 años y ella no hizo nada, no lo consoló, no lo ayudo, ni lo defendió ella solo estaba preocupada por Aegon y por el hombre en el que debía convertirse, durante 10 años jamás pensó en su segundo hijo pero al tenerlo ahí en frente de ella y ver que ni siquiera la reconoció le dolió, dolió saber que su hijo ya no la reconocía como su madre pero ella se lo merecía, sabía que de Aemond solo merecía desprecio y desdén y por como su cara que no demostraba ningún sentimiento y por como su único reflejaba solo frialdad Alicent estaba segura que Aemond no le guardaba ningún cariño

Aegon casi se queda con la boca abierta al ver a su hermano entrar al salón, Aemond había cambiado tanto, ya no era ese niño debilucho del cual solía burlarse con sus sobrinos, ahora su hermano era un joven adulto, alto orgulloso, toda su postura gritaba confianza y respeto, vio cómo su hermano jamás le dedicó una mirada ni a él ni a nadie de su familia su mirada se mantuvo en el trono, Aegon pudo reconocer la mirada de codicia que tenía su hermano, quería que lo mirará solo una vez, que sus ojos se conectarán para poder trasmitirle sus sentimientos pero eso jamás pasó, Aemond permaneció impasible durante toda la petición, Aegon incluso pudo ver que se sentía aburrido de estar ahí, el único momento el cual demostró alguna emoción fue cuando la cabeza de Vaemond llego hasta sus pies, Aegon pudo ver la mueca de asco pero no por la que acababa de pasar si no porque sangre del hombre estaba ahora en su botas, esto descolocó un poco a Aegon ¿que le había pasado a su hermanito para que se volviera así? el trato de escribirle muchas veces pero su madre y su padre siempre detenían sus intentos diciéndole que este era castigo de su hermano, él había estado furioso porque no les interesará para nada su hermano siempre pensó en él, en como estaría, en si volaba a menudo con Vaghar, en si pensaba en él, él era consciente de que no fue el mejor hermano pero él estaba dispuesto a protegerlo si no hubiera sido por que Aemond no le dejó tomar la responsabilidad por aquel insulto en esa fatídica noche todo hubiera sido diferente, pero pensar ahora en que hubiera pasa si, era una tontería, ahora tenía una oportunidad de acercarse a su hermano y no la iba a desperdiciar

Rhaenyra lo único que pudo sentir cuando vio a su medio hermano fue culpa, culpa por dejarse llevar por sus sentimientos de ira, por permitir que su padre lo exiliara, ella estaba tan enojada por el insulto a sus hijos que no le interesó que un niño recién mutilado fuera echado de su hogar como una molestia, después del incidente al día siguiente cuando se enteró que su padre había enviado Aemond lejos antes del amanecer no pudo evitar sentirse enferma, era su hermano y aunque ella no estimaba mucho a los hijos de Alicent seguían siendo su sangre y ella creía que la sangre siempre debía estar junta pero ella por su enojo dejo que un niño de 10 años sufriera solo por despecho

Daemon vio a su sobrino con curiosidad el jamás fue fan de los hijos de su hermano pero no podía enviar sentir curiosidad por el príncipe abandonado, nombre que le habían dado a su sobrino, el lo vio entrar con un porte digno de un Targaryen con su cabello blanco perfectamente acomodado, con una postura perfecta, su caminar solo desprendía elegancia y poder, Daemon muy pocas veces se sentía lo suficientemente interesado en alguien como prestarle atención más de 5 minutos pero su sobrino sin duda era una cosa muy interesante, no sabía nada de el y por alguna razón Daemon se sintió con la necesidad de descubrir todos sus secretos

Daeron no sabía que pensar de su hermano el se enteró de su exilio cuando llegó de nuevo a desembarco del rey, el al igual que su hermano mayor quiso escribirle pero tampoco se lo permitieron, para Daeron Aemond era un desconocido no sabía cómo tratarlo y por el poco interés que este mostró con todos ellos, Daeron pudo deducir que a Aemond no le interesaba integrarse a la familia y no podía culparlo, una familia que se olvidó de su existencia por 10 años y que jamás envío una carta, ¿qué clase de familia hace eso?, es por eso que Daeron estaba seguro que de su hermano no los consideraba su familia y no lo culpaba

Lucerys vio a su tío y lo primero que sintió fue culpa al ver su rostro y el parche que estaba colocado donde debía estar un ojo pero ahí no había nada el lo sabía porque el fue el responsable de eso, el fue el que empuñó la daga que mutilo a su tío, el lo hizo porque pensó que le haría daño a su hermano, pero aún sabiendo eso Lucerys jamás fue capaz de quitarse la culpa de encima y ahora con su tío ahí presente era un tortura, era el recordatorio de lo que había hecho el quería disculparse decirle a su tío que no fue su intención pero este no era el Aemond con el que Lucerys creció, este no era el niño callado y tímido que él, su hermano y su tío solían molestar, a este Aemond no lo conocía, no sabía que pensaba o como actuaba, pero por su expresión pudo deducir que no siente ningún tipo de interés o cariño por ellos por eso que debe ser cuidadoso porque ahora podía ser él, el que termine sin alguna parte de su cuerpo

Jacaerys vio a su tío y si no fuera porque lo habían anunciado al entrar Jace no hubiera podido reconocerlo, este no era el Aemond que recordaba, todo en él había cambiado ya no era ese niño pequeño ni flaco ahora parecía peligroso, seguía siendo delgado pero con su traje de cuero se podía precisar sus músculos trabajados, la expresión de desinterés en su rostro demostraba que tenía un muy buen control sobre sus emociones y expresiones hasta el punto de poder reprimirlas y no dejar que salgan a flote, Jace no sabía que pensar de su tío, no lo había visto desde el incidente, prácticamente era una extraño, Jace solo esperaba que no fuera rencoroso y que hubiera superado lo que había pasado esa noche en Driftmark

Viserys cuando se sentó en el trono después de interrumpir en el salón, pudo ver a su hijo, al verlo Viserys pensó que estaba viajando en el tiempo y que el que estaba ahí parado era su hermano en su juventud, pero luego después de unos minutos pudo ver que era su hijo, su tercer hijo el cual él había mando al exilio sin ningún tipo de piedad, estaba ahí mirando hacia él, pero no lo miraba a él miraba el trono, jamás le dedicó una mirada, Viserys no pudo evitar sentir culpa, culpa al ver en qué se había convertido su hijo, tenía un parche sobre su ojo mutilado y una expresión en blanco que no dejaba ver sus emociones, a Viserys se encogió el corazón al ver que su pequeño hijo ya tenía 20 años y él no lo conocía, no sabía nada sobre el o como estaba, nada, no había ningún tipo de conexión entre ellos y fue su culpa, el mismo era responsable de que su hijo no se sintiera cómodo aquí donde se supone que era su hogar, él se encargó de que Aemond se sintiera fuera de lugar, la culpa lo estaba matando junto a todas sus enfermedades, él sabía que le quedaba poco tiempo es por eso que decidió llamar a Aemond para tratar de calmar un poco su conciencia, para que cuando de su último respiro pueda decir que se fue en paz

Oh qué equivocado estaba el rey con este pensamiento, Aemond no volvía a desembarco del rey para calmar la culpa de su padre, el volvió para hacerlo sentir peor y torturarlo hasta su último día de vida y eso es lo que haría

Todos pagarán por lo que hicieron, el príncipe abandonado se encargaría de eso


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¿comentarios? ¿teorías? que piensan de la historia hasta ahora 

EL PRINCIPE OLVIDADOWhere stories live. Discover now