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Unos días después Aemond todavía estaba admirando las cajas, los regalos sin duda habían sido los mejores hasta ahora y eso complacía al omega, hablaba de que todavía a había alfas decentes en Westeros

Aemond miro las cajas e hizo una mueca al ver a la caja con el emblema Velaryon, sin duda la casa Velaryon es perfecta tiene poder militar, riqueza y la suficiente influencia para ayudarlo pero él sabe que si acepta la propuesta estaría dejando el camino libre para Rhaenyra y eso no lo pensaba hacer, además preferiría arrancarse el otro ojo que casarse con Lucerys, no por su pasado turbulento si no porque Lucerys carece de ese carácter y personalidad que Aemond necesita en su pareja para llevar a cabo su plan, además ese pequeño la preferiría arrancarse los dos ojos y regalárselos antes que traicionar a su madre

—¿Ya sabes cuál aceptar? — ser Erryk estaba parado en la puerta viendo las cajas con el ceño fruncido, Aemond suspiro y se acercó al guardia y lo abrazo sin ninguna palabra

—Sabes que esto pasaría— el omega susurro

—Lo sé— el caballero le devolvió el abrazo —pero eso no significa que me guste—

Aemond se apretó más contra el cuerpo del caballero— me prometiste que siempre me protegerías—

—Eso hice—

—¿Todavía planeas cumplir esa promesa? — el omega se separó para ver al guardia a la cara

Erryk le sonrió al omega, pero en esa sonrisa había tristeza y melancolía

—Por supuesto— el caballero se acercó y beso al omega el cual correspondió con gusto, fue un beso lento y tranquilo, en donde los dos expresaban los sentimientos que no podía decir en voz alta

Sentimientos que quizás en otra vida pudieron florecer sin el yugo del deber, pero lamentablemente eso no era posible en esta vida

Aemond cerró los ojos con fuerza mientras se derretía en los brazos del caballero mientras hacia las paces con lo que estaba pasando

Una despedida

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Esa misma noche Aemond iba caminando por los pasillos del castillo sin ningún rumbo fijo, solo quería pensar, después de lo ser Erryk Aemond sintió tristeza, pero eso no podía durar mucho debía darle una respuesta a Viserys para informar si aceptaba los cortejos

Aemond se detuvo al sentir unos ruidos cerca de él, lentamente saco su daga discretamente mientras analizaba su alrededor, los ruidos eran bajos pero el omega logro distinguir que eran dos voces, con sigilo trato de localizar el lugar de donde provenían, después de unos minutos, Aemond fijo la vista en la puerta que estaba a su derecha, era un armario

En silencio se dirigió a las puertas trato de escuchar algo, pero las voces se escuchaban ahogadas, Aemond respiro profundo antes de tomar la manija, él no se consideraba alguien chismoso, pero algo que aprendió en el exilio es el valor de la información, sin importar quien esté ahí se nota que no quiere ser atrapado y eso puede servir de algo, no importa la persona que sea Aemond encontrara la manera de usarla a su favor

Después de unos segundos abrió la puerta y cuando pudo enfocar la vista su boca se abrió de la sorpresa, mientras las dos personas dentro del almario palidecían al verlo parado ahí

Aemond se recompuso solo un momento, pero sus ojos se veían aún muy abiertos

—¿Daeron? —

Aemond miro a su hermano, pero casi toda su atención estaba en la otra persona, esa persona era la razón por la cual Aemond se veía tan sorprendido,

Con un susurro incrédulo el omega hablo

—¿Lucerys? —

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capitulo corto pero interesante 

espero que les guste 

perdón si hay errores 



por cierto el regalo del collar según muchos es de Daemon pero lamento decepcionarlos ya que no es de el, Daemon aun esta casado y aunque su unión con Rhaneyra no es buena el le sigue siendo leal en cierto nivel 

EL PRINCIPE OLVIDADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora