CAPÍTULO SIETE

30 2 4
                                    




                              Alejandra.




















- Quiero que os vistáis ya con los uniformes y en media hora fuera al pabellón, va estar el autobús esperándonos - ordena Andrea.

Ha llegado el gran día.

Hoy tenemos el partido oficial contra las vernisianas, y ellas juegan en casa, nosotras, de visitantes.

Empezará dentro de dos horas.

Hoy nos han dado los uniformes. Son preciosos. Negros y rojos. Bueno, el mío es a la inversa. Hasta pone mi apellido es la polla.

Me dirijo hacia el vestuario para cambiarme y ponerme el uniforme, y cuando ya estoy lista, salgo a ponerme las zapatillas. Me encuentro a Lucía también dentro del vestuario.

- ¿Que tal? - me pregunta.

- Muy nerviosa - le respondo. Y tengo razón. Es el primer partido que juego de titular, y necesito conservar la posición.

- Yo también - me responde. ¿Lucía, nerviosa? No puede ser ella.

- Seguro que te va genial - le animo un poco.

- ¿Tu crees? - me dice - Sus bloqueos asustan mucho, son armarios andantes tía - empieza decir de carrerilla mientras me mira, y noto en su mirada una ansiedad increíble - ¿Y su líbero? Madre mía, salva todas, fintas, remates imposibles, bolas que se van fuera, corre a la velocidad de la luz. Y bueno su colocadora también tiene mucho que decir, porque telita fina... - sigue diciendo, cada vez más nerviosa. Me acerco y la abrazo.

- Tranquila - le digo, y le acaricio el pelo. Me abraza ella también.

- Estoy muy nerviosa - me dice, como si no se notara ya de por sí.

- Ya lo sé, pero no puedes jugar así Lucía, relájate un poco, porfa - le digo, y me separo.

Me siento a su lado, para ponerme las zapatillas y observo las que tiene ellas.

En ese momento sentí la verdadera envidia.

Me levanto para peinarme, pero como siempre, no se peinarme. Por suerte mi angel salvador aparece detrás de mí.

- ¿Quieres que te ayude? - dice Lucía.

- Si porfa - le contesto. Gracias Lucía.

Me siento, y ella detrás de mí. Noto su respiración en la nuca.

- Te ha crecido mucho el pelo - me dice.

- Hace un año que no me lo corto, es normal - le contesto.

Me hace unas trenzas de boxeadora, y se las hace a ella después. Salimos juntas del vestuario, y nos quedamos esperando a que salgas las demás.

- Vale, necesito que estés concentradas para hoy - dice . ya sabemos su estilo de juego, pero han mejorado, asi que dad todo de vosotras - nos anima.

Caminamos hacia el autobús.

Es imposible que me crea que tenemos un autobús para nosotras solas.

Si hasta parecemos buenas y todo.

Entro al autobús, y me siento al final. Con los cascos puestos, y Taylor Swift sonando, me duermo.

Noto que alguien se pone a mi lado, pero no le doy importancia, y sigo descansando, hasta que un bendito balón me da en la cabeza.

Abro los ojos y todas me están mirando.

Creo que tengo cara de mala leche. Creo.

Me pongo de pie y veo a Noa y Andrea riendose.

un encuentro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora