I : Despertar

99 13 0
                                    

—¿Otra noche sin luna? — Susurró la castaña para sí misma, observando a través de los ventanales de su habitación, las nubes que cubrían el cielo sobre la ciudad, sin poder evitar pensar en lo sola que se sentiría otra vez sin su fiel compañera, la Luna.

Quizá era tonto para cualquiera pensar en la Luna como compañía, se debía estar completamente solo en el mundo para creer tal cosa, o en un caso similar, haber perdido la cabeza.

Pero en un mundo como el de Nayeon, donde mientras más se subía más solo se estaba, donde todos los que se acercaban a ella lo hacían con otras intenciones y donde los truenos crujían con más fuerza por lo cerca que se encontraban, aquel pensamiento era el único que la ayudaba a enfrentar su soledad.

Una que no sabe exactamente cuando inició pero que cada vez se sentía más fría, y que si pudiera, cambiaría por las sonrisas que la vida le debía.

Porque aunque su deseo la convirtiera en una mal agradecida como le diría su mánager, ya que estaba en la cima del mundo, muchos la adoraban, era la reina de las masas y toda chica quería ser como ella.

Era consciente de que todo eso era una gran mentira, sus sonrisas, su vida color de rosas, sus muchos amigos, SU VIDA ENTERA.

¿Y a que se lo debía? ¿A su éxito? ¿A su popularidad? ¿A su talento?

NO, todo se lo debía a lo que representaba, la chica joven, bonita, de cuerpo y rostro perfecto, que sonreía cuando debía y hablaba solo si alguien lo deseaba; que aparentaba estar llena de vida y amor para dar, cuando la verdad era que estaba vacía.

Solo eran 25 años y la coreana sentía que ya había vivido una eternidad, o puede que solo fuera el efecto de lo que implicaba estar siempre rodeada de cámaras, moviéndose de un país a otro, conociendo personas de las que apenas y recordaría su rostro después, pero cuya presencia en su vida la beneficiaría.

Y la llevaba a cuestionarse si se debía a la muerte de sus padres en aquel accidente de su niñez, al rechazo de su familia, a sus decepciones amorosas o simplemente era algo que estaba mal en ella. —¿En serio percibo la vida de otra forma? — Volvió a hablar al vacío, esta vez desde la comodidad de su cama, abrazando una de sus almohadas mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus bonitos ojos avellana.

Sin obtener ninguna respuesta, ninguna señal, nada más que el silencio de su soledad y sus amortiguados sollozos, antes de finalmente quedarse dormida con un nuevo deseo en su corazón.

Dejar de sentirse sola.

Había una razón para que la Luna no saliera esa noche, para que el cielo fuera invadido por aquellas nubes que solo quienes se detenían a verlas, encontrarían extrañas, para que la noche se sintiera más fría que cualquier otra, y era el conjuro qu...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Había una razón para que la Luna no saliera esa noche, para que el cielo fuera invadido por aquellas nubes que solo quienes se detenían a verlas, encontrarían extrañas, para que la noche se sintiera más fría que cualquier otra, y era el conjuro que una chica en medio de aquel cementerio, se encontraba ejecutando.

Finalmente mi señora, su momento ha llegado. — Decía la rubia elevando sus manos al cielo para que todo ocurriera.

Su sonrisa se ensanchó y sus ojos se cerraron en el momento que un fuerte rayo impactó a varios metros frente a ella, haciendo temblar la tierra bajo sus pies y que la luz dorada que mantenía cautivo a un peligroso ser, iluminara su cuerpo entero antes de ser sustituida por la misma oscuridad que había en las nubes sobre ella.

A Thousand Years || 2YeonWhere stories live. Discover now