en noches cómo hoy

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En noches cómo está mi mente prefiere divagar entre el recuerdo de lo que un día fuimos y no fuimos.

En noches cómo está, se repite en mi mente aquel día en el elevador que tanto significó para mí. Aquel primer vistazo, que aunque te hubiese visto mil veces antes, fue el que marco el inicio de lo que sería un nosotros.

En noches cómo está, recuerdo los mensajes. Los incontables textos. Las noches de desvelo esperando la respuesta a algún chiste tonto que me habré inventado y el sentimiento de alegría al saber que reaccionabas como me habría gustado.

Recuerdo las imágenes que enviabas para darle a tus historias un sentido.

En noches cómo esta me es sencillo recordar el sentimiento de calidez que me atravesaba cuando preguntabas cómo estaba, a dónde había ido, sí me había divertido o no. La sonrisa que se me colocaba en el rostro al saber que te importaba la cosa más pequeña de mi nada interesante día.

En noches cómo está me es fácil recordar lo mucho que te quise y por qué lo hice.

Pero cuando amanece, los textos son solo textos y el interés termina siendo un interés nulo. Y la calidez se volvió frialdad y las noches en desvelo son amaneceres crudos.

Porque por la noche es más fácil recordar aquello que añoramos. Lo más bonito de lo más feo. Pero en el día, a través de la claridad del sol y el pensamiento, recuerdo lo mucho que tenía que rogar porque me quisieras como yo quería.

Las oportunidades que dejaste ir. Que dejamos ir.

Las palabras que no dijiste.

Por el día, me es mas fácil recordar el por qué no funcionamos y por qué es mala idea buscarte otra vez.

Porque en noches cómo está es sencillo recordar lo mucho que te quise. Pero sé que mañana, a primera hora del día, me recuperaré de la nostalgia y habré sobrevivido más a una noche como ésta, donde es más fácil acordarse de lo que quise que fuéramos y no fuimos.

Words never said.Where stories live. Discover now