Camino sin rumbo por las calles, acompañada del viento frío que sólo sopla por las noches. Veo a dos chicos tomados de la mano, que ríen de algo de lo que me perdí. Subo las escaleras para llegar a la parada del autobús y me encuentro con la misma pareja que veo todos los días, comiendo dulces mientras esperan la llegada de su taxi.
Suspiro, la noche cada vez es más fría, y mientras saco mis guantes, el chico de enfrente le presta su chaqueta a lo que pareciera ser su novia, teoría que confirmo cuando se besan tiernamente.
Pareciera totalmente intencional la cantidad de parejas que me cruzo en el camino a casa, pero al no serlo, me rio con gracia.
Cuando llego a casa y enciendo el teléfono, mis amigas y sus novios salieron de fiesta, y la sonrisa en su rostro me molesta tanto que decido dejarlo de un lado y dormir.
Pero no puedo dormir. Estoy molesta. Molestia que se vuelve tristeza, melancolía y envidia. Ver a la gente caminando de la mano, riendo, hablando por teléfono, pensar en aquello me encogia el corazón.
Las canciones no las sentía más. Y mis libros los leía e inmediatamente dejaba de lado, porque el amor era tan fácil que me hacía preguntarme todo el tiempo sí yo estaba haciendo algo mal.
Y comienzo a llorar de pronto porque estoy sola. El frío me cala en los huesos, y las lágrimas no dejan de aparecer. Estoy sola.
No hay consuelo. No hay amor, ni siquiera dolor. Pareciera que sentir no fuese algo posible dentro de mi y que todos tienen a alguien a quien abrazar esta noche.
Pareciera ayer cuando me dolía la partida de alguien y juraba no volver a amar jamás, y ahora quería sentir todo de nuevo.
Las mariposas. Los nervios. Las risas, las canciones. Todo aquello que me hacia emocionarme y llorar.
¿Cómo es ser amado? ¿Cómo se siente acariciar a quien más amas, cómo es un beso en la frente con sabor a cariño?
Esta noche estoy sola, y no quiero estarlo más. Quiero abrazos y besos, caricias, quieri amor.
Quiero que el amor me consuma totalmente y perderme de nuevo. Quiero amar con pasión y ser amada con intensidad. Quiero llorar y discutir y respirar y querer.
Pero estoy tan sola y aquello no me ha pasado jamás, que me siento desgraciada, inquerible, triste.
Y entonces duermo de pronto, esperando conocer a alguien al dia siguiente, alguien a quien querer y que me quiera.
Que me abrace y me bese, que me preste su chaqueta y camine de la mano conmigo. Que me haga sentir, extrañar, amar. Que reviva aquello que nunca he sentido, que me quite la sed de protección y me bese la frente cuando mencione que las cosas se pondrán bien.
Pero no lo obtengo. No aparece. Veo a la misma pareja y tomo el mismo bus. Veo gente diferente pero nunca sola. Y llego a casa y duermo esperando lo mismo todos los días.
Pero nunca llega.
