Dagor Dagorath

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Al final de la historia de los Silmarils, en El Silmarillion, los ejércitos combinados de los Valar y de los pueblos libres conducen la Guerra de la Cólera contra Melkor y lo derrotan, lo encadenan y lo arrojan al vacío intemporal, más allá de las fronteras del mundo visible, donde ya no será una amenaza para Arda, la Tierra. Vale, he dicho "derrotan", pero el triunfo de los Valar es solo una tregua. Ellos lo sabían.

No es la primera vez que Melkor es "derrotado". Ya ocurrió una vez, cuando destruyó las torres de Illuin y Ormal, las Lámparas que iluminaban el mundo cuando Arda era joven. Los Valar, temerosos de lo que podría hacer Melkor con los elfos en un mundo de tinieblas, marcharon contra sus fuerzas atrincheradas en la fortaleza de Utumno, la destrozaron y se llevaron al señor oscuro encadenado a sus estancias en Valinor, el reino bendecido. Allí permaneció apresado por tres edades, pero los Valar sabían que una vez liberado, la volvería a liar. Y vaya que lo hizo: sembró la semilla de la discordia entre los elfos y los Valar, colaboró con Ungoliant para devorar la luz de los árboles de Valinor y sumir al mundo una vez más en la oscuridad, asesinó a Finwë, cabeza de los Noldor, y robó los Silmarils de Fëanor, todo esto antes de escapar y comenzar una guerra que duraría siglos y cubriría con sangre y cadáveres las tierras de Beleriand, en el norte de la Tierra Media. Luego pasa lo que ya conté más arriba, Melkor es derrotado, apresado y exiliado por segunda vez. Quien lea esto en El Silmarillion lo encontrará justo al final del Quenta, y descubrirá que tiene un final muy abierto:

...las mentiras que Melkor el poderoso y maldito, Morgoth Bauglir, el Poder del Terror y del Odio, sembró en el corazón de los elfos y de los hombres, son una semilla que no muere y no puede destruirse; y de vez en cuando germina de nuevo; y dará negro fruto aun hasta los últimos días (Tolkien, 2012, pp. 304).

Y así fue. Durante la segunda edad, estas semillas germinaron en la Tierra Media mediante las acciones de Sauron, heraldo de Melkor, y en Númenor, donde cristalizó a través del temor a la muerte. El negro fruto fue la destrucción de la isla y el exilio de los supervivientes a las costas de la Tierra Media, donde libraron una sangrienta guerra a través de las estepas calcinadas de Mordor que condujo a otra no victoria, al aplazamiento del conflicto hasta el final de la tercera edad, lo que finalmente lleva a Frodo, Sam y Gollum hasta el Orodruin y la destrucción del anillo único. Pero, ¿eso fue una victoria, o solo otro aplazamiento?

Para los lectores de El señor de los anillos, la historia acaba con el reinado de Aragorn, el viaje de Frodo a Valinor y el exilio de los últimos elfos. Pero como ya hemos visto, estas vueltas al orden no son más que el preludio de una nueva tempestad. Entre sus escritos preliminares, J.R.R. Tolkien había previsto una última tormenta, mucho mayor que todo lo visto hasta entonces en el mundo: la Dagor Dagorath, la batalla de las batallas, una gran conflagración de muerte y fuego, de inspiración claramente apocalíptica, que comenzaría con el tercer regreso de Melkor. Esta batalla enfrentaría a los campeones del bien de todas las edades contra el señor oscuro y sus huestes, y la violencia del enfrentamiento sería tal que Arda sería destruida, y los Ainur volverían a cantar para rehacer el mundo.

Esta batalla final no solo es inevitable, sino que ya ha sido postergada demasiado. Melkor ha intentado destruir Arda y rehacerla a su gusto desde el primer canto de sus hermanos. Cuando ya no pudo intervenir de manera directa, lo hizo a través de Sauron. La destrucción del anillo al final de la tercera edad dejó este puesto vacante, pero la aparición de un nuevo heraldo del terror no sería una sorpresa. Su existencia, a modo de anticristo, sería un presagio de la Dagor Dagorath. ¿Y qué tal si ese nuevo lugarteniente del mal ya se encuentra entre nosotros, reclutando esclavos para engrosar las filas de su señor? ¿Y si les digo que es calvo, vive en Nueva York, tiene tres hijos y una pasión que raya en lo enfermizo por los elefantes? ¿Saben a quienes le molaban los elefantes? A los Haradrim, los guerreros del sur que lucharon contra Gondor y Rohan en los Campos del Pelennor. ¿Casualidad? Pues de eso va todo esto.


P.D.: El arte de la portada es obra de la talentosa e inigualable ViciousDelicious420. Que las águilas de Manwë se posen siempre en su ventana y que Yavanna bendiga todo lo que siembre.

P.D. II: El arte del encabezado me la he inventado tomándome un café esta mañana con una IA. Puede que todas las demás sean fruto de esta (tal vez) insana afición.


Vin Diesel, Tolkien, sectas y la verdadera historia de Rápidos y FuriososWhere stories live. Discover now