«Quackity tiene Trastorno de Identidad Disociativo, él es una de las cinco personalidades distintas compartiendo un mismo cuerpo, mientras intenta estudiar fotografía en la universidad, allí conoce a Luzu, su nuevo compañero de cuarto, y tiene la es...
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Alexis responde de forma positiva a las muestras de afecto también, demuestra que ser tratado como a un niño le gusta, no ha tenido miedo de mí.
Se ha levantado a mitad de la noche para que los demás Alters no le prohíban el acceso al cuerpo, aunque sabe que es indebido y iba a castigarse, lastimándose con cortes.
Luzu suspiró de forma temblorosa, habían pasado varias horas de aquel encuentro con Alexis, pero no podía sacarlo de la cabeza, no dejaba de pensar una y otra vez que quizás de no ser por él ,y el que haya ido a buscarlo, ahora Quackity andaría escondiendo sus muñecas con cortes.
Y la idea de Quackity lastimado no le gustaba ni un poco, las náuseas invadían su estómago y le daban ganas de llorar.
Alexis es quién recuerda los mayores traumas, y quién los vivió en el pasado, supongo que por su actitud recibía castigos por cualquier cosa que hiciera, de allí su miedo a todo y el pensamiento de que merece un castigo, como nadie va a hacerlo lo hace él mismo en conductas autodestructivas.
Es un perseguidor, pero tengo esperanzas de que pueda superar sus recuerdos, ha conectado conmigo y demuestra que es capaz de hacer más que solo pensar en lo malo.
No sale mucho, pero trataré de ayudarlo cada vez que lo vea.
Cerró el cuaderno y volvió a guardarlo en su lugar secreto.
Quackity aún estaba en clases, le quedaba alrededor de una hora, él estaba libre porqué su profesor estaba enfermo, decidió consentir un poco al chico y fue hasta la pastelería para comprar los cupcakes de chocolate que tanto le gustaban.
Al regresar preparó su café y dejó agua caliente para cuando Quackity regresara, al rato, el pelinegro entró en silencio y con la mirada baja.
—Quacks, te traje tus cupcakes favoritos—anunció Luzu, mirando su celular.
—Gracias—murmuró el mexicano, luego de un momento de silencio.
El mayor alzó la vista de hacia él, de inmediato se preocupó al ver su rostro, levantándose de la silla y yendo hacía él.
—Dios, Quackity, ¿Qué te pasó?
—No es nada —dijo, aunque Luzu no podía ignorar su ojo morado, su labio hinchado de un lado, por un golpe,y lo qué más le preocupaba, era desde su ojo izquierdo había una herida bastante grande y larga qué llegaba a su labio, traspasando un poco su labio inferior, el ojo estaba bien, la herida no traspasó el ojo.
—¡¿Cómo qué no es nada?! ¿Quién fue?
—No es nada, no importa—repitió, parpadeó rápido para apartar sus lágrimas y el ardor qué provocaba su herida.
—Quackity...
—Luzu, déjame—el pelinegro se apartó, huyendo del abrazo qué el mayor intentó darle, Luzu sintió una presión en su pecho ante el acto y la pronunciación de su nombre—. No es nada importante, en serio, Alex es un idiota qué creé que puede pelear contra todo imbécil que diga algo malo de mí-se encogió de hombros, pero no sonó nada convincente. Es todo.
