«Quackity tiene Trastorno de Identidad Disociativo, él es una de las cinco personalidades distintas compartiendo un mismo cuerpo, mientras intenta estudiar fotografía en la universidad, allí conoce a Luzu, su nuevo compañero de cuarto, y tiene la es...
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Pasó un mes desde su primera cita, desde qué comenzaron su noviazgo, y ambos estaban completamente felices.
Comenzaron a salir todos los fines de semana, Luzu llevó a Quackity a todos los lugares qué quiso, solía llevar a Quackys también, a algún parque, dónde lo podía dejar jugar por horas, o en una ocasión lo llevó a una tienda de golosinas, dónde lo dejó elegir todas las gomitas que quiso.
Después tenía qué cuidar a Quackity cuando terminaba con dolor de estómago, luego de que Quackys comiera todos los caramelos.
Desde entonces no lo había dejado llevar a Quackys a ese lugar, ni volver a comprarle golosinas.
A veces, algunas noches, Alexis lo despertaba y se quedaba a pasar el rato con él, Luzu comenzó a guardar algunos chocolates para el pequeño.
Tenía prohibido darle golosinas a Quackys, pero no a Alexis.
Alexis no había vuelto a lastimarlos, y se portaba muy bien, era bastante nervioso y Luzu tenía qué verlo todo el tiempo, por temor a que hiciera algo peligroso.
A veces lo encontraba pellizcandose, o clavando sus uñas en su piel, o rasguñando su cuerpo, se tomaba el tiempo de calmarlo, de hacerlo sentir bien y de explicarle la cantidad de veces necesarias que ya no debía lastimarse.
—Sé que no lo haces a propósito, eres un chico excelente, sólo debes pensar un poco las cosas cuando veas que te estás lastimando... Ya nadie va a herirte, no tienes que hacerlo tú mismo tampoco.
Alexis entendía perfectamente todo lo que Luzu le decía, era un niño excelente.
Con su novio, Quackity ,solían tener largas sesiones de besos, últimamente, iban hacia la cama para una tarde de mimos y besos, a veces se quedaban hablando bajo, en suaves murmullos, o solo se quedaban en silencio disfrutando del calor corporal de su pareja, de las caricias sobre su espalda, su cabello, o sus brazos.
Luzu nunca lo había tocado más allá, siempre había sido muy cuidadosa y suave con él, siempre lo había respetado muchísimo.
Quackity no tenía que sentirse mal o preguntarle al respecto para saber que era un tema similar a los besos.
Le estaba dando su espacio, y su tiempo, y cuando quisiera sólo tenía que pedirlo.
Al mes de estar saliendo, Quackity se sentía listo, al menos para intentar dar un paso, unos más grande, más íntimo.
Aprovechó una de sus sesiones de besos, en las camas, que seguían juntos, para comenzar con sus intenciones.
En el beso, se colocó sobre Luzu, sentándose sobre las caderas del mayor, en cuanto sintió aquello separó el beso.
—Quacks,¿Que haces? —preguntó, no había sonado mal o enojado, sólo quería corroborar con él lo que ocurría.
—Lusu... Me encantaría tener mi primera vez contigo — confesó ,sus mejillas estaban muy rojas pero su tono no fue vergonzoso—. No sé hasta donde llegué, pero quiero intentar.
