«Quackity tiene Trastorno de Identidad Disociativo, él es una de las cinco personalidades distintas compartiendo un mismo cuerpo, mientras intenta estudiar fotografía en la universidad, allí conoce a Luzu, su nuevo compañero de cuarto, y tiene la es...
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—¿Lusu?
El pelinegro miró al cuarto, no lo reconoció en un principio porqué habían cambiado el orden de las camas y de los muebles, se asustó y su mano fue hacia el mayor, que dormía a su lado, para despertarlo.
Desde la ventana del dormitorio se podía ver una luz fría que venía del exterior, y se concentró en mirarla para no pensar en la oscuridad.
—Lusu,Lusu... —miró al cuerpo que dormía junto a él ,podía reconocer sus rasgos en la penumbra.
Escuchó un murmullo, y el castaño abrazó su cintura entre sueños, Alexis sintió unas cosquillas en su estómago, y algo de miedo, no le gustaba mucho el contacto físico, se apartó lentamente.
—¿Quacks? —preguntó Luzu, medio dormido, entreabrió sus ojos para ver al mexicano, qué temblaba ligeramente e intentaba salir de la cama sin qué lo descubran—. Hey, ¿Dónde vas?
Luzu se incorporó para estirarse y tomar su mano, notó el temblor que recorrió su cuerpo con el contacto.
—¿Alexis?
El de la cicatriz asintió, sus ojitos lo miraron con un poco menos de miedo que la última vez.
—Tranquilo, iré a encender la luz, quédate aquí.
Se levantó, dejando al pelinegro en la cama, estaba echa una bolita muy cerca del borde.
Cuándo la habitación se iluminó, Alexis suspiró con tranquilidad y dejó de temblar. Regresó a la cama y volvió a tomar las manos del otro, viendo cómo se pellizcaba con fuerza sus brazos, aunque no pareciera qué lo hiciera a propósito.
—Ya no debes lastimarte así, Alexis ,ya nadie te va a hacer daño, no tienes que hacerlo tú —dejó mimos en sus manitos—. Soy tu amigo, estaré siempre contigo, no hay por qué lastimarse, ¿Si?
Alexis asintió, no dijo nada, sus grandes ojitos lo miraban llenos de brillos.
—¿Tienes miedo? —preguntó Luzu, luego de verla más tranquilo, Alexis negó.
—¿Por qué están las camas juntas?—preguntó, cambiando de tema.
—Porqué con Quackity somos muy buenos amigos, y dormimos juntos.
—Yo soy tu amigo... ¿Yo soy, Quackity?
—Tú eres Alexis —corrigió Luzu—. Y yo soy tu amigo también, no importa quien seas.
Era normal que los Alters se hicieran pasar por el anfitrión, pero ya no tenía sentido qué fingieran serlo, menos con Luzu, qué los conocía.
El pelinegro asintió, dándole la razón, sonrió un poco.
—¿Qué haces despierto, Alexis?
—Yo... Quería ver a mi amigo Lusu.
—Pues aquí estoy — respondió, muriendo de ternura por dentro—. ¿Qué quieres hacer? Podemos jugar con nuestro otro amigo, Calamardo, o podríamos comer unos cupcakes de chocolate— Alexis comenzó a asentir, emocionado, Luzu no pudo evitar sonreír. —Vamos, pequeño Alexis.
