▪︎ Invisible String (Taylor Swift) ☆

Forever & Always

CONTENIDO MUY EXPLÍCITO, SI NO TE GUSTAN ESTAS COSAS, SALTA EL CAPÍTULO ‼️‼️

16:54H

A los días Taylor volvió a mi casa por sopresa para ver como estaba.

Cuando escuché el timbre me extrañé porque no esperaba ninguna visita.

Abrí la puerta y me la encontré sonriente. Tan alta y brillante como de costumbre.

En mi boca se dibujó una sonrisa amplia y mis ojos se iluminaron.

- ¡Taylor! ¿Qué haces aquí? ¡Menuda sorpresa! -

Salté hacia ella y le abracé.

- He venido a visitarte un rato para ver como estabas y porque quería verte. -

- Aww Tay, eres adorable. Muchas gracias. -

Nos sonrojamos.

- Y ya estoy mucho mejor, pero enserio gracias por venir. Pasa. -

Me aparté de la puerta y deje que pasara.

Ella entró y dejó su abrigo en el perchero de la entrada.

Nos sentamos en el sofá y hablamos de cualquier chorrada.

Hablar con Taylor es extremadamente fácil. Siempre tenemos algún tema de conversación que no aburre.

Me levanté y ella me siguió. Nos dirigimos a la cocina y me apoyé en la encimera.

- ¿Quieres algo para beber? - Le pregunté.

- No. -

- ¿Y comer? -

- Sí. -

- ¿El qué? -

- A tí. -

Al segundo de escuchar eso, Taylor me empujó hacia la pared y me atrapó entre sus dos brazos. Miré al suelo por los nervios. Taylor me agarró de la barbilla y me obligó a mirarla.

- Mírame.-

Tragué saliva y asentí.

- Bien. - Dijo.

Empezó a darme besos en el cuello y yo tensé todo mi cuerpo. La temperatura del lugar empezó a subir.

Sus manos posaban en mi cintura y yo envolvía su cuello con mis brazos.

- Desde que me dijiste hace unos días en la puerta que me ibas a besar, he estado deseando que así sea. - Me susurró en el oído.

Miré sus ojos y luego a sus labios. Cerré mis ojos y los besé con algo de desesperación, estaba hambrienta. Hambrienta de Taylor.

Nos separamos y la llevé corriendo a mi habitación. Ella me siguió y nos volvimos a besar.

Me tiró a la cama y gateó hacia mi.

Su mirada oceánica mientras gateaba me hizo sentir muchas cosas. Deseaba besarla, hacerla mía o que me hiciera suya.

Volvimos a juntar nuestros labios y me quitó la camiseta. Imité su acción y quedamos en sujetador.

Volvió a besarme el cuello y yo retorcía mis piernas mientras suspiraba de manera muy pesada, casi eran gemidos.

Dejó una hilera de besos desde mi cuello hasta mi abdomen y se frenó. Me miró preguntando por permiso y yo asentí.

Sonrió y me quitó lentamente los pantalones.

Quité los suyos y ambas estábamos en ropa interior.