CAPÍTULO III: HACIA LA OSCURIDAD

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Me levante adolorido por el golpe recibido, me sentía estúpido por haber caído de ese modo, me senté para aliviarme de lo ocurrido.

¿Qué hare ahora?- Me pregunte

Me sentía tan enfadado conmigo mismo, no sabía qué hacer, presentía que me estaba volviendo loco, la única alternativa que disponía era usar la soga que guardaba en mi bolso, y así, ahorcarme...

Pero, no me sentía seguro de ello, anhelaba saltar y sentir la brisa envolverme mientras caía, era mi fantasía, la sentía tan cerca y a la vez tan lejos de mí, pero ahí estaba.

Me levante lentamente, debilitado, hambriento y sediento, pero dispuesto a intentarlo una vez más, debía superar ese muro, me prepare, y con un fuerte subidón de adrenalina que sentí; ¡corrí hacia el muro!

Me sujete con fuerza entre las salientes de la pared, escalaba con fervor, y cuando estaba cerca de la cima, tome aire y me impulse hacia arriba.

Si, ¡lo hice!, ¡lo hice!- Exclame con euforia

Al fin estaba sobre el muro, pude ver todo el porche del edificio, el lugar era un desastre, con la linterna de mi teléfono alumbre todo el sitio, quería estar seguro que no hubiese nadie allí, y al parecer, estaba solo.

Antes de bajar, saque la soga que tenía y la amarre a un extremo de la cima del muro, de ese modo, cuando ya estuviera dentro podría subir haciendo rapel invertido, una vez listo eso, era hora de bajar y adentrarme en la construcción...

Un mar de pensamientosWhere stories live. Discover now