CAPÍTULO VIII: MAR DE DUDAS

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Sin pensarlo dos veces, me fui alejando lentamente de aquel piso intentando no hacer ruido, había alguien allí, era su casa, resulto que yo era el "loco" que se había colado allí.

No vi manera de atravesar la puerta por la que entré sin hacer ruido, había barrotes de metal que me lo impedían...sin saber qué hacer, decidí regresar al último piso de arriba, al llegar entre en pánico, muchas voces en mi cabeza gritaban;

- ¿Qué harás ahora?, ¡estas atrapado con alguien!, ¿no viniste hasta aquí a morir y ahora te preocupa eso?, ¿quieres huir ahora?, ¡Salta!, ¡regresa a casa por favor!, ¡cobarde! -

Todo cambio de planes de un momento para otro, sentía que había perdido el juicio, ¿Por qué estaba allí?, ¿Cómo llegue ahí?, a claro, estaba ahí para morir, trataba de tranquilizarme, me decía a mí mismo:

- estas aquí para morir, es lo único que importa-

No debía darle importancia al hecho de que hubiese alguien allí, y al ver que no podía recuperar la soga decidí intentar de nuevo saltar al vacío, y ahí estaba, otra vez, al borde del filo, mirando hacia abajo, exhausto y sediento, empezaba a preguntarme si esto era realmente lo que quería, tantas veces que lo había imaginado en mi cabeza y parecía fácil, pero la realidad resulto ser otra, me fui convenciendo poco a poco que no tenía el valor para hacerlo.

Todo lo que había imaginado por años, todas las muertes que escenifique en mi mente, toda la seguridad que creía tener empezaba a derrumbarse.

Fue en ese momento que una voz en mi cabeza dijo:

-Recuerda, recuerda lo que sucedió hace dos meses...recuerda-

Un mar de pensamientosWhere stories live. Discover now