« XV »

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Adrien

Día siete sin Marinette, aún todo me resultaba una pesadilla... aunque con el pasar de los días todo comenzaba a teñirse de una cruel y clara realidad.

Volví a la casa de mi madre en busca de un lugar lleno de silencio, paz. Agradecía al Adrien del pasado que decidió conservar las llaves de su viejo hogar en caso de que fuese necesario. Claro, no pensaba volver debido a una separación.

En cuanto ingresé no vi señales de mi madre por ningún lado, tampoco quería comunicarme con ella para saber en dónde se encontraba, ese día simplemente necesitaba un momento de calma y silencio interior.

Me negaba a hablar sobre lo ocurrido en voz alta porque eso significaba verbalizar un hecho real y yo aún no estaba listo para dar por sentado que ya no tendría a mi chica día a día.

Mucho menos para siempre.

Terminé de ducharme para secarme y enfundarme en unos bóxers con unos pantalones flojos, no precisé de una camiseta debido a la calidez que brindaba el mes de Abril con su estación primaveral esparciéndose en los días.

Descendí despreocupadamente por las escaleras para dirigirme a la cocina topandome con mi madre que soltó el móvil debido a la sorpresa que le generé al ingresar.

—Hey que tampoco estoy hecho para dar miedo —solté en forma de broma al ver sus gestos.

—Adrien ¿qué haces aquí cielo? —sus ojos me escanearon rápidamente para formular otra pregunta—. ¿Y qué haces semi desnudo?

—Acabo de ducharme —rasqué mi nuca en un gesto de nerviosismo al sentirme un tanto avergonzado.

Es que vamos, tampoco resultaba fácil volver a la casa de mi madre luego de haberme independizado por primera vez. Tampoco quería ser un parásito para ella, aún trabajaba y planeaba costear mi propia estadía hasta lograr conseguir un nuevo apartamento.

—Pude captar que recién has salido de la ducha —señaló mi cabello húmedo queriendo asomar una pequeña sonrisa en sus labios—. Sólo que... ¿no tienes tu propia casa ahora?

—Te prometo que te he dejado agua caliente para ti ¿sabes? —ello la hizo reír negando con su cabeza para luego inclinarse y coger su móvil para apoyarlo en la encimera—. ¿Te molesta?

Mi madre me dedicó una corta mirada como si estuviera preguntándome si en serio creía ello.

—Tú y tus bromas, aún recuerdo cuando venían visitas a nuestra casa y preguntaban por el baño y tú simplemente respondías...

—No, de hecho aquí hacemos nuestras necesidades en el patio —finalicé por ella soltando la primer risa luego de tantos días de tristeza—. Lo recuerdo, incluso Félix solía repetir todo aquello que decía o hacía...

—Definitivamente solían ser un dolor de cabeza para mi y Gabriel —rio cortamente como si recordara anhelante aquellos días—. Yo... entiendo que no pudo haber sido nada fácil encontrar ya sabes...

—No me corresponde opinar sobre ello —la atajé sin querer sonar borde mientras apoyaba mis caderas contra la encimera de la cocina y mi mirada cayendo en el suelo para ordenar mis siguiente palabras—. Fueron sus decisiones personales y creo que, pensándolo hoy por hoy, han sido responsables en preferir llegar a un acuerdo en vez de ser uno de ustedes infiel.

Tal vez mis últimas palabras estuvieron cargadas con cierta hostilidad al recordar que mi chica, mi ex chica prefirió montarme los cuernos antes que decirme que había dejado de amarme.

—Tu padre y yo nunca fuimos infieles —acomodó su cuerpo imitando mi postura para cruzar sus brazos—. Simplemente dejamos de amarnos pero aún teníamos algo en común por lo cual continuar juntos...

Forever us || Adrinette +18Where stories live. Discover now