Capítulo IX: Una noche más

373 52 2
                                    

— Le has prestado tu motocicleta— escuchó Mina e inevitablemente apretó los ojos. La voz de Chaeyoung era cercana por momentos, molesta por otros e irritante a cada rato— Creí que nadie podía siquiera respirar cerca de ella terminó la castaña, rodeando la cama y llegando a su lugar, tras ella.

— Era eso o continuar sin saber de él ¿te dejó mi llave?

— En la cocina —murmuró Chaeyoung, quitándose los zapatos y Mina volteó a verla.

— ¿Y por qué estás enojada ahora? Me acerqué a él, estoy haciendo mi trabajo y ni siquiera me das algo de crédito. Eres una maldita malhumorada y egoísta que solo quiere hacer todo por su propia cuenta.

— En realidad —la cortó Chaeyoung, abriendo su camisa y despojándose de ella sin pudor— iba a hacerlo. Iba a felicitarte—continuó antes de sacarse el pantalón y perderse bajo las frazadas. Su mano rozó el muslo de Mina y solo ese contacto fue suficiente para que se arrastraran apenas hacia la otra― Conseguiste que nos invitaran a una cena.

— ¿De verdad?—preguntó Mina sorprendida.

— De verdad. Mañana por la noche, dejaremos a Beom-gyu y Olivia con una niñera, él me recomendó una señora de confianza. Debes estar lista para las seis, Mina.

— ¿Iremos juntas?

— ¿Y tú que crees?

— Me refiero a que, si vas a ir a trabajar y eso. O luego pasarás por mi —inquirió ella por lo bajo. Había esperado por esa felicitación de Chaeyoung y ahora que la oyó, todo pareció surrealista y la tomó por sorpresa; logrando enrojecerla y hablar de esa manera ahora, lejana y con timidez. Chaeyoung se giró hacia ella y se movió, acomodando su codo contra el colchón para sostener su rostro.

— Tal vez solo vaya a trabajar en la mañana —susurró la castaña y Mina apretó los labios, asintiendo lentamente para esconder una sonrisa— ¿Te gusta este lugar?

— Es agradable, es pequeño pero espacioso. Si, me gusta ¿por qué lo preguntas?

— Sé que has estado en muchos lugares distintos, fingiendo otros matrimonios. Solo curiosidad —dijo Chaeyoung— ¿Cómo te has llevado con tus demás parejas?

— En realidad, solo con mi mejor amigo firmo contratos. Toda mi confianza está depositada en él, así que no fue algo difícil de llevar.

— Tienes un mejor amigo.

— Dong-min. Lee Dong-min —sonrió Mina— y tú debes tener el tuyo.

— Dos —aseguró la castaña, estirando su mano y haciendo a un lado un mechón de pelo que caía sobre el cuello de Mina— Sana y Tzuyu. En este momento deben estar en algún lugar de New York.

— ¿Trabajas con ellas? ¿O lo haz hecho?

— Nunca. Ellas no saben que...bueno, que me dedico a esto. Sana es abogada y el padre de Tzuyu es agente del FBI. Sería un caos si se enteraran. Y las decepcionaría.

— Son tus mejores amigas ¿cómo haces para ocultárselo? —preguntó Mina, tratando de ignorar el gesto de tristeza que Chaeyoung realizó.

— Solo tengo que hacerlo ―zanjó Chaeyoung el tema y ella gesticuló con sus labios, deseando no haberla molestado con sus preguntas ¿Por qué haces esto? ¿Por qué te dedicas a esto, Sana?

Su nombre esta vez sonó distinto. Tan bajo y como nunca antes Chaeyoung lo había nombrado. Le gustó, esa manía de la castaña por manejar sus pulsaciones sin que lo supiera, estaba comenzando a agradarle sobremanera.

Se acercó un poco más a ella y sus rodillas se enfrentaron; sus rostros estaban distanciados por unos pocos centímetros y la castaña nuevamente acomodó su cabello; sonriendo satisfecha tras lograr tan realizable acto.

𝐑𝐄𝐆𝐋𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐎𝐑𝐎Where stories live. Discover now