Capítulo XX: Para vernos

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Mina le dio un vistazo a todo su alrededor y se sintió reconfortante. Especial y cálidamente exclusiva; y eso en nada tenía que ver con lo costoso y lujoso que se veía el lugar dónde estaban.

Había una pareja ocupando cada mesa y cada una perdida en ese pequeño círculo, dentro de una burbuja íntima que ni su mirada expectante llamaba la atención. Podría quedarse allí toda la noche, o el resto de la semana, o cientos de días, pensó; nada de allí molestaba y todo formaba un ambiente de naturalidad imposible de ignorar.

Desvió su vista hacia dos de las mesas al final; se preguntó si les tocaría la del lado de la ventana, para tener la vista a la calle y al cielo estrellado o si ocuparían la del lado derecho; casi alejada de las del resto y en donde la luz interior era más tenue.

— La mesa 17 es la nuestra —Chaeyoung se detuvo tras ella y habló contra su oreja. Cerró un segundo los ojos y exhaló aire, su voz sonaba ronca, tanto como cuando le deseaba buenas noches y la creía dormida— Vamos —la guió con una mano en su espalda y caminaron entre los demás, llegando al final del lugar y deteniéndose en su lado derecho.

— No había notado que tenían número —murmuró ella, señalando los pequeños carteles color blanco con los números impresos en negro.

— Según el mesero, podemos quitarlo si molesta —le aclaró Chaeyoung, alejando una silla y dándole lugar a que la ocupara. Le agradeció por lo bajo y negó ligeramente con la cabeza luego de sentarse— Es un bonito lugar ¿cierto? —agregó preocupada al acomodarse frente a ella.

— Cierto. Haz elegido un restaurante muy lindo...pero parece costoso.

— Bueno, eso es lo de menos. Cobraste tu sueldo ayer ¿no?-bromeó la castaña — podemos comer todo lo que deseemos mientras tu cheque nos lo permita.

— Señora Son —las interrumpió el camarero, entregándole la carta de menú a Mina— Un pequeño aperitivo mientras se deciden —terminó él, dejando una bandeja con hojaldres saladas rellenos de verdura.

— Solo dejó una carta —murmuró Mina confundida, volteando a ver la partida del muchacho.

— Observa las otras mesa —lo hizo y a simple vista no entendió el pedido. Chaeyoung tomó una servilleta y la sacudió al reír, antes de acomodarla sobre su muslo es un restaurante exclusivo para matrimonios. La idea es que las parejas lean y escojan su comida juntos; como parte de un detalle romántico.

— ¿Romántico? Eso es raro ¿Y qué tal si uno es vegetariano y el otro no?

— ¿Eres vegetariana?

— No.

— Pues yo tampoco. Ese no es nuestro problema.

— No lo soy pero si tengo un respeto por los animales. Es algo confuso pero real.

— Tranquila —le sonrió Chaeyoung divertida— será nuestro secreto —agregó al tomar uno de los bocadillos y llevarlo a su boca, gimiendo al sentir el sabor contra su paladar— Esto está delicioso.

— ¿Conocías este lugar?..Realmente si — apoyó las palabras de la castaña al morder un primer bocado.

— No lo conocía —respondió Chaeyoung, estirándose sobre la mesa y hablando por lo bajo pero tú querías una cita y de entre los lugares que busqué, me pareció el más adecuado.

— ¿Estás aquí solo porque yo quería?

— Busqué los lugares porque querías...pero estoy aquí por las dos, sí. Tienes razón.

— No he dicho nada —dijo Mina, guiñándole un ojo y leyendo nuevamente las opciones del menú— ¿Quieres algo en especial? ¿Pastas?

— Tú elige. Me encargaré del postre.

𝐑𝐄𝐆𝐋𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐎𝐑𝐎Where stories live. Discover now