Capítulo XXXIII: Sangre en las venas

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45 días de embarazo y no creía que festejar una fecha menos en el calendario debiera hacerse de esa manera. No, definitivamente no estaba eso en sus planes, pensó, cuando vió a Chaeyoung caminar directo a Somi en sus acostumbradas caminatas.

— Chaeyoung... —intentó detenerla siguiéndole los pasos, pero la castaña avanzaba con violencia y no la escuchaba— Chaeyoung... ¡Chaeyoung! —la vió sujetarla por el cuello de su sudadera y sacudirla, aprovechando la ausencia de Jennie que solía acompañarla o de cualquier otro vecino.

— Esto no va a quedar así ―la oyó hablar entre dientes y supo que verdaderamente estaba enojada. La mirada de la castaña, sus nudillos claros mientras la apretaba y su porte duro al detenerse mientras que Somi pareció tambalear— ¿es que no sabes que mi esposa está embarazada? Si llega a pasarle algo iré a buscarte. Si llega a pasarle algo a alguno de mis hijos te irá peor ¿estás oyéndome? —Chaeyoung la alejó de su rostro y la empujó hacia atrás, golpeándola contra el capó de su auto.

— ¡Chaeyoung! —insistió Mina al ver la caída de la chica. Un seco sonido se oyó cuando su rodilla se estrelló contra el cemento y estaba segura que era cuestión de segundos para que algunos chismosos escucharan el alboroto.

Pero Tzuyu la Chaeyoung, buscando nuevamente a la culpable del desastre en su casa y volvió a jalarla a su altura.

— ¡Chaeyoung! —pretendió Mina advertirla cuando alguien más se acercó a la escena y mostraba signo de acompañar a Somi solo que, quizás, se había retrasado. Porque Mark Lee caminaba hacia la castaña con rapidez y su equipo deportivo prolijamente colocado así lo demostraban.

— ¿Qué significa esta penosa situación? —Bien, pensó, acababan de mandar al diablo por lo que habían trabajado estos meses. El tono de voz de Mark fue obvio, demostrando su máximo nivel de liderazgo en el lugar y exigiendo una explicación cuánto antes. El hombre separó con violencia a Chaeyoung de Somi y ella de inmediato se acercó a su esposa, tomando sus manos y alejándola unos pasos para no provocar algo más.

— Solo fue un mal entendido —se excusó ella pero Somi chistó con burla y negando con la cabeza se acercó a Mark.

— Ningún malentendido —Chaeyoung gruñó tras ella y tuvo que agarrarla de su camiseta para que no volviera a saltarle encima— Estaba caminando, bueno tú venias detrás de mí, Lee y cuando paso por aquí me encuentro con el ataque de la señora Son. Sin justificación.

— ¡Por supuesto que tiene justificación! —gritó Chaeyoung.

— ¿Y según usted qué tipo de justificación tiene que haber para actuar de esa manera? —preguntó Lee y Mina entrecerró los ojos; no importaba qué dijeran porque el hombre iba a terminar cegada por las palabras de Somi— ¿Es esta la confianza que estoy depositando en usted? —agregó esta vez con la mirada sobre ella y Mina negó ligeramente con la cabeza. En menos de dos horas debía enviar el almuerzo de Hee Seung a su casa y aún no tenía idea siquiera de qué iba a preparar

— Les daré una advertencia —continuó señalando a ambas con dos de sus dedos— una queja más de Somi hacia ustedes y me veré obligada a quitarles su casa.

— Pago mis impuestos para tenerla — murmuró Chaeyoung.

— ¡Impuestos que yo impongo y van a parar a mi bolsillo! Son los últimos vecinos en entrar y cualquiera quisiera su lugar...Están advertidas —repitió con su dedo ésta vez sobre Chaeyoung— y por hoy, el almuerzo se cancela―agregó hacia Mina antes de girar y regresar su caminata a la calle.

Apenas le bastó mirar de reojo hacia la vereda para que Somi saliera corriendo en su compañía. Mina se echó hacia atrás y alzó su mirada frustrada, si no comenzaba a manejar el temperamento de Chaeyoung, iban a terminar con las manos vacías y, quizás, hasta descubiertas frente a todos.

𝐑𝐄𝐆𝐋𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐎𝐑𝐎Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang