Es una o es otra

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Narrado por Rin:

Me sentía algo mal por dejar a Sakura sola en la casa porque debía irme a la escuela. Pero tenía que cumplir con mis deberes. Me despedí de ella y de mi esposo, pronto Byakuya me alcanzo al instituto.

-Señorita, al parecer se volvió muy cercana con la señorita Sakura.-Dice este viendo desde el retrovisor en una semaforo en rojo.

-Si. Me apena dejarla y he discutido con mi padre un poco sobre ella.-Comenté mirando hacia la ventanilla del coche.

-Ya veo. Su padre entonces le mencionó que su bebé no puede estar en la casa.

-Así es, estupido padre. De todas formas tenemos una casa de huéspedes y pensé que quizá podría vivir ella ahí con alguien que la ayude.¿No crees que sea buena idea?

Kanna nuevamente había faltado. Con Moegi nos preocupaba un poco su ausencia, aunque ya no era mi amiga me preocupa su bienestar. Sobre todo con su familia tan extraña.

Esa mañana en la escuela, no podía evitar seguir pensando en Sakura y cómo se sentiría estando sola en la casa de huéspedes. Aunque mi padre no estaba de acuerdo con la idea, yo quería ayudar a Sakura de alguna manera. Quizás podríamos convencerlo poco a poco.

En la hora del almuerzo, me encontré con Moegi en el patio y le pregunté por Kanna.

- ¿Sabes algo de Kanna? Me preocupa que siga faltando a clases - le dije con sinceridad.

Moegi asintió y me miró con cierta tristeza en los ojos. - He escuchado algunos rumores. Parece que su familia está pasando por momentos difíciles y que Kanna ha estado enfrentando problemas en casa. No sé los detalles exactos, pero es posible que eso explique su ausencia.

Me sentí culpable por haber dejado de ser su amiga y no haber estado allí para apoyarla en sus momentos difíciles. Decidí que aunque ya no fuéramos tan cercanas, haría lo posible por brindarle mi ayuda si la necesitaba.

Mientras tanto, en la casa de huéspedes, Sakura se estaba adaptando poco a poco a su nueva situación. Había aceptado mi oferta de quedarse allí temporalmente y estaba agradecida por tener un lugar seguro para ella y su bebé. Mi esposo también se mostraba comprensivo y nos ayudaba en lo que podía.

Con el paso de los días, Sakura y yo nos hicimos más cercanas. Compartíamos charlas y risas, y ella se sentía más tranquila sabiendo que no estaba sola. A medida que la conocía mejor, me di cuenta de lo fuerte que era, a pesar de las adversidades que había enfrentado.

A pesar de la mejora en la situación, no todo era perfecto. La tensión entre mi padre y Sakura seguía latente, y había momentos en los que las diferencias salían a la superficie. A veces, su mirada crítica hacia ella me frustraba, pero sabía que cambiar la mentalidad de mi padre no sería fácil ni rápido.

Un día, mi padre y yo tuvimos una discusión sobre su presencia en la casa de huéspedes. Intenté explicarle que ella necesitaba apoyo y que estábamos en condiciones de brindárselo, pero él seguía preocupado por los posibles problemas que podría traer. La tensión en el ambiente era palpable, y no llegamos a un acuerdo.

Esa misma noche, hablé con Sakura sobre lo sucedido, y ella se sintió mal por causar conflictos entre mi padre y yo. Intenté consolarla y le aseguré que no se preocupara, que con el tiempo las cosas mejorarían. Pero en mi interior, seguía sintiendo la frustración y el deseo de hacer que mi padre entendiera.

La tensión en la casa aumentaba. Mi padre y Sakura intentaban mantener una relación cordial, pero no siempre era fácil. Ambos tenían personalidades fuertes y puntos de vista diferentes.

CONTRATO YAKUZAWhere stories live. Discover now