Imprevistos

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Narrado por Rin:

Camine por los pasillos, todos se hicieron a un lado. Sabían quién era mi padre, y me tenían cierto temor. Quizá creían que si algo no me gustaba de ellos, ordenaria que les corten la cabeza. Y eso sería genial, pero a diferencia de mi padre, yo no quiero muerto a cualquier persona que no cumple conmigo.

-¡Rin!, ¿que tal tus vacaciones?-Moegi me recibió con un abrazo.

-Fueron de lo más increíbles.-Dije sonriente.-Mi querido padre me consiguió un esposo que está para morirse.

-¿De verdad? Wow, no creí que te casaría tan pronto.Aunque es obvio, tú no puedes ocupar su lugar en unos años.-Dijo y frunci mi ceño.

-¿Quién dijo que no?

-Una mujer no puede mandar una mafia yakuza. Es peligroso.

-Por ahora está en manos de mi esposo, pero, ¿quién sabe? Pronto mandaremos juntos al frente de la mafia yakuza.-Dije segura.

- Si tu dices...

-Por cierto, ¿y Kanna?-Pregunte al no verla.

- No lo sé, no he hablado con ella estos días.

- Es raro, ¿no crees?

- Si, pero tu sabes su hermano..

- Es un imbécil, pero no creo que le haya hecho algo malo...¿o si?

-Todo puede ser posible con su familia tan extraña.

- Espero este bien.

Narrado por Sesshomaru:

-Hoy vendrá uno de mis socios más importantes a la ciudad. Y no quiero que hagas el ridículo levantándote de la mesa. ¿Has entendido, Sesshomaru?

- Si, señor.-Asenti.

-Deja de actuar como una mariposa delicada y hazte hombre, aceptaste el trato, ahora cumple de una vez.-Hablo Inuyasha con una sonrisa burlona en su rostro y frunci mi ceño.

-Debería cuidar sus palabras con el kobun, joven Inuyasha.-Le regaño Kagome a mi lado, con su traje negro.

-Tal vez, pero nos hace pasar vergüenza en cada reunión. Vive huyendo, y este es su mundo. Tomalo o déjalo, Kobun.-Le contestó.

Tenía razón. Yo decidí estar aquí, lo acepte. Y aunque al principio me negué, puesto a que Rin es una niña, sabía lo que significa decir "acepto". No sólo la aceptaba a ella, también al mundo que la rodeaba, tan peligroso y oscuro como ningún otro. Aquí no había piedad, no importaba la moral, absolutamente nada. Sólo el dinero. Pero no se me hacía fácil adaptarme.

Esa noche, nuevamente volvimos al club. Nos dieron el paso y nos ubicamos en la mesa de siempre en el sector vip. Allí nos esperaban nuestras mujeres.

- Que bueno volver a verte, cariño.-Dijo Kikyo una vez que me senté a su lado. Beso mi mejilla y suspire.

-En cinco minutos el señor Hakudoshi vendrá, cielo. Tengo entendido que viene con un trato interesante.

-¿si?-Pregunta con interés el Oyabun.

-Tiene un regalo.

-¿Qué clase de regalo?-Pregunte.

-Oh, les encantará.-Dijo sonriente.

Y fue entonces cuando lo vimos ingresar, venía acompañado por sus hombres, y una jovencita de largos cabellos blancos. La cual vestía provocativa, con una corta falda y un top que enseñaba el nacimiento de sus pequeños pechos. Unas medias de red y unas exageradas botas de tacón.

-Un placer verlos está noche.-Dijo haciendo una reverencia, posando una mano en su pecho.-Le traje un regalito al Kobun.

-Mi nombre es Kanna.-Se presentó ante mi.

-Sesshomaru.-Dije sin más.

-Siéntate a su lado, preciosa. Aún no muerde.-Dijo el oyabun y no pude evitar poner mala cara.

-Por supuesto.-Ella tomo asiento en mi costado libre y colocó mi mano en su rodilla desnuda.-Me encantaría estar al lado del Kobun por siempre.-Dijo con una sonrisa mirándome y trague saliva.

- No puedo aceptar este regalo, señor Hakudoshi.-Dije sin perder el tiempo.

-¿Porque no? Los regalos no se devuelven.

- Pero yo...

- La acepta.-Me interrumpe el Oyabun.-Ella vivirá en la casa de huéspedes. Y tú irás a verla cada fin semana.

-Bien.-Dije rendido.

-Bueno.-Hakudoshi tomo asiento.-El próximo mes, debemos ir a ver la recaudación. Sólo pase a dejarle este obsequio al Kobun y avisarles esto. Los estaremos esperando en el RedMoon.

-Perfecto.

A mitad de la noche y luego de unos tragos, el padre de Rin se marchó a uno de los cuartos que habían en el segundo piso con su acompañante. Y Hakudoshi decidio dejarme a solas con mis dos acompañantes. Kikyo decidió mostrarme una parte del club, donde sólo habían unas carpas redondas de fina tela. Ambas tomaron mis manos y me metieron en una.

Prácticamente me arrojaron al sofá y comenzaron a bailar de manera sensual en frente de mi. Entonces Kikyo se sentó en mi regazo y se quitó su top, enseñándome sus pechos desnudos. Desvíe la mirada a otro lado, y ella tomo mi mano para ponerla encima de su pecho y movía sus caderas contra mi. Kanna agarró una botella de champagne y sirvió en una copa.

-Ten.-dijo ofreciendome la copa.

- No, gracias. Ya bebí suficiente.-Le dije.

Pero ella tomo un sorbo, le hizo una seña a Kikyo y ella sujeto firmemente mis muñecas en su pecho.

-¿Que haces?

Kanna se arrodilló sobre el sofá a mi lado y tomando mi rostro entre sus manos, chocó sus labios contra los míos , me dio toda la bebida que tenía en su boca, comencé toser un poco, casi me ahoga con eso.

-Vamos a divertirnos, precioso.-Susurro en mi oído traviesa.

En cuestión de segundos, todo se volvió borroso.

Narrado por Inuyasha:

-¿Será?-Pregunte al ver que Sesshomaru se estaba tardando en salir del sector privado. A pesar de que me encontraba en la barra, pude verlo con aquellas dos chicas. Sin más camine hasta la entrada al sector privado, en el pasillo habían varias carpas. Debido que prácticamente eran cortinas las entradas a estas "carpas" podía verse un poco quienes estaban dentro. Después de cinco carpas, logre encontrar la del Kobun. Me asomé y espie. Trague saliva ante la escena que veían mis ojos. De alguna manera, a pesar de que en la mafia esto era...Prácticamente normal. No creí que él sería capaz.

- Esto se pondrá divertido...-Murmure con una sonrisa de lado, mientras caminaba hasta la salida del privado.

CONTRATO YAKUZAWhere stories live. Discover now