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Elena se había considerado una persona con suerte hasta que sus padres murieron y ella fue la única en sobrevivir.
La llegada de Stefan a Mystic Falls había aplanado mucho su tristeza pero entonces los problemas iniciaron en su vida.
La palabra ‘problema’ era una buena forma de describirla a la perfección.
Elena se consideraba en esos momentos la persona con la peor suerte del planeta.
No solamente se encontraba secuestrada por unas brujas locas sino que también estaba embarazada de un bebé milagroso de su peor enemigo, Klaus Mikaelson.
¿Acaso era eso lo peor que le podía para?, La respuesta definitivamente era no.
Su vida parecía como si hubiera sido escrita por su peor enemiga, Katherine Petrova.
Elena no creía que Katherine incluso pudiera ser tan mala con ella como para hacerle eso si fuera posible algo así.
─ ¿Qué más tienes contra mi universo? ─ murmuró mirando las paredes de la cripta dónde se encontraba.
Si Damon estuviera ahí, Elena estaba segura que le hubiera dicho que no pronunciara esas palabras porque algo peor le podría pasar.
Un suspiro de frustración salió de sus labios mientras dirigía su mirada de nuevo a su vientre.
Escuchar los pequeños latidos de un corazón dentro de ella aún le seguía produciendo infinidades de emociones.
Realmente no creyó algo así posible jamás desde que se convirtió en vampira.
Una gran parte de ella está a feliz de poder tener esa posibilidad, incluso aún sabiendo que ese bebé era hijo de Klaus.
Otra parte pequeña de ella se negaba a tal cosa.
¿Por qué tenía que tener al hijo de su enemigo después de todo el daño que le hizo no solamente a ella sino también a sus amigos?.
«El bebé no tiene la culpa». Le había dicho su subconsciente y Elena sabía que tenía razón.
El bebé era inocente de los crímenes de Klaus.
Aún sabiendo eso, Elena quería que todo eso acabará, deseaba volver a Mystic Falls nuevamente.
Estar en esa cripta por tantos días la había enloquecido por momentos.
Si no fuera por las bolsas de sangre y la comida que le daban, Elena estaba segura que ya se habría disecado.
Agradecía a Damon por haberla ayudado con el tema de la sangre de lo contrario todo habría sido peor para ella en esos momentos porque no creía posible que las brujas le trajeran algún humano para tomar sangre de la vena directa.
Elena pensó en Bonnie, con ella había sido la última persona de sus amigos en hablar y en saber que estaba embarazada.
Al no regresar a la casa como habían quedado, Elena sabía que Bonnie la empezaría a buscar con algún hechizo de rastreo sin embargo también sabía que las brujas que la trajeron a Nueva Orleans posiblemente hicieron algo para evitar que la encontrarán.
