Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Klaus se acercó a Elena luego de encargarse de su hermana, había seguido el consejo de Elena y le clavó una daga a la original hasta que trajera de nuevo a Elijah para que lo ayudará a evitar que Rebekah maté a Elena.
─ Debemos hablar ─ dijo Klaus entrando a la habitación de Elena.
Elena miró a Klaus al verlo ahí.
─ ¿Y lo qué le ordené a Rebekah? ─ preguntó Elena cambiando de conversación.
Klaus gruñó soltando un suspiro de frustración al ver que ella no se tomaba nada en serio en ese momento.
─ Mí hermana no te traerá nada ya que tuve que meterla en su ataúd por tu culpa ─ le dijo Klaus ─ ahora hablemos de algo más importante por el momento.
Elena rodó sus ojos al escucharlo mientras caminaba hacía él quedando cerca de Klaus.
─ ¿De qué? ─ preguntó el doppelganger mientras levantaba una pierna poniéndola arriba del hombro izquierdo de Klaus.
Klaus bajó su mirada inevitablemente por su acción y más al verla con una calza corta ajustada a su cuerpo.
─ Sobre Elijah ─ murmuró el híbrido poniendo una de sus manos en su pierna desnuda.
─ No te preocupes por él, no está solo, tiene compañía ─ dijo Elena sin querer darle tanta importancia a ese tema.
Klaus frunció su ceño por sus palabras.
─ ¿De quién? ─ Klaus dejó de mirarle las piernas para verla a los ojos.
─ De los peces ─ comentó con obviedad el doppelganger.
Elena bajó su pierna y luego se acostó en la cama mientras miraba a Klaus de costado.
Klaus por un momento casi se rió al imaginar a Elijah con los peces pero luego recordó que esa era una situación sería y no para estar riéndose de él.
─ ¡Elena! ─ Klaus gruñó frunciendo su ceño mirándola mal ─ estoy harto de este juego, ¿dónde tienes a mí hermano realmente? ─ volvió a preguntarle.
Elena negó con su cabeza mientras sonreía hacía él.
─ No te diré nada ─ murmuró Elena muy segura ya que quería hacerlo sufrir un poco más.
Él no podía obligarla ya que tenía su collar con verbena y además había tomado un poco también de verbena aunque no tanto, solo lo necesario ya que no pretendía dañar al bebé.
Klaus gruñó subiéndose encima de ella en la cama.
─ No me hagas poner violento amor porque no te va a gustar ─ advirtió él.
Klaus la miró fijamente a los ojos mientras impedía que ella se moviera debajo de él.
─ ¿Te han dicho que eres más lindo cuando estás molesto? ─ preguntó Elena cambiando de tema.
