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— ¡Y luego me dio un beso en la frente! Fue muy mágico, Sol —Seungkwan terminó de contar su última cita con Seungcheol. Hansol sólo escuchaba, aunque su corazón dolía aún. Sintió náuseas y, al verlo tener una arcada, Minghao le pasó la cubeta que estaba junto a su cama—. Ay Sollie, ¿quieres que llame a un doctor?

— No, no, estoy bien, suele pasar —Hansol solo le sonrió a su mejor amigo, no quería causar un alboroto.

— Creo que lo mejor es que te vayas, Boo —siseó Minghao, sobando la espalda de un Hansol que seguía vomitando incluso flores enteras—. Hansol no está en condiciones para seguir hablando.

Seungkwan lo miró mal y se levantó—. Vendré otro día, ¿okey, Sol?

— Está bien, Kwan, cuídate... y saluda a los chicos, por favor —logró pronunciar Hansol, tosiendo unos cuantos pétalos. Y con ello Seungkwan se retiró de la habitación.

Minghao le acercó una botella de agua mientras seguía sobando su espalda— ¿No deberías acortar la distancia para que los sentimientos de vayan?

— Hao, no quiero que Seungkwan se sienta mal o culpable por esto —explicó el americano mirando a Minghao, quien ahora se encontraba metido a su cama para conversar sin hablar muy fuerte.

— ¿No es su culpa?

— Hao.

— ¿Qué? Le explicaste de que va tu enfermedad la vez pasada, si es inteligente habrá conectado neuronas y se habrá dado cuenta que sus flores favoritas son las que estás vomitando —Minghao se quejó, apoyando su cabeza en el hombro de Hansol—. Además viene a contarte sus citas, es un tonto.

— ¿Por qué eres así? —Minghao soltó una risita que lo contagió y acabaron riendo juntos—. Pensé que te habían dado de alta ayer.

— Le dije al doctor que todavía se me hacía difícil hacer varios movimientos y dijo que me quedaría un mes más para que me chequeen.

— ¿Te quedaste a propósito?

— No quería alejarme de ti —el chino se encogió de hombros—. Ahora acuéstate, tengo sueño y quiero dormir.

Hansol negó con una pequeña sonrisa e hizo lo que él mayor le pidió. No iba a admitirlo en voz alta pero el que Minghao haya mentido para quedarse con él había hecho que su corazón saltara de alegría. Y juntos en la cama de Hansol, se quedaron dormidos.



— No hagas mucho ruido, Soon —a Hansol le pareció escuchar la voz de Wonwoo en la lejanía por lo que abrió sus ojos levemente sólo para presenciar a Soonyoung y Wonwoo con sus celulares apuntando hacia él y Minghao—. Buenos días, Hansolie.

— ¿Qué hacen aquí? ¿Buenos días? ¿Qué hora es? —preguntó en un tono de voz bajo, pues no quería despertar a Minghao.

— Vinimos a visitarte, y ya van a ser las 9 de la mañana —aclaró Soonyoung on una sonrisa—. Les tomamos fotos, se ven muy lindos.

— No hagan tanto ruido, entonces, Hao sigue durmiendo —murmuró, arreglando la manta para que Minghao estuviera bien abrigado.

— Te has encariñado mucho en este último mes, ¿eh? —Soonyoung comentó mientras se sentaba junto a Wonwoo en las sillas que habían en la habitación.

— Minghao se hace querer —Hansol sonrió, mirando de soslayo al chico a su lado.

Minghao era un extrovertido total, a diferencia de Hansol, hablaba y hablaba de sí mismo a la vez que preguntaba distintas cosas sobre Hansol, así logró acercarse al calmado chico en tan sólo dos semanas de estar en la misma habitación. Hansol no supo en qué momento Minghao comenzó a escabullirse dentro de su cama, ni tampoco cuando empezaron a dormir juntos y a que los enfermeros creyeran que ya era normal el verlos acurrucados mientras veían una película en la laptop del menor.

Tampoco es que lo molestara, Hansol amaba la compañía de Minghao. Y aunque él no lo sabía, lo había ayudado con su enfermedad, pues sus vómitos de flores habían reducido su cantidad.
Hansol tenía la esperanza de estar superando a Seungkwan, poco a poco, y eso lo hacía sentirse mejor.

— ¿Por qué susurran? —los tres amigos voltearon a ver a un Minghao recién levantado, con los ojos entrecerrados y un pequeño rastro de saliva en la comisura de sus labios.

— Buenos días, Hao.

— Buenos días, buenas noches —Minghao se acomodó en el pecho de Hansol y se tapó hasta la cabeza, escondiéndose de la luz y de la mirada de los 3 chicos que rieron al verlo.

— Seguirán descansando entonces, cuando estén completamente despiertos, nos llamas para venir, ¿si? —dijo Wonwoo, tomando la mochila que había dejado en la parte baja de la cama.

— Será mañana, hyung, creo que volveremos a dormir hasta la noche —respondió Hansol, con una pequeña sonrisa. La pareja le devolvió la sonrisa y se retiraron de la habitación.

— ¿Ya se fueron?

— ¡Dios! Hao no me asustes así, sentí que se me salía el corazón —Hansol le dio un pequeño golpe en la frente y Minghao rió.

— Perdón, perdón, no pensé que tu te creerías eso, parece que soy bueno actuando —Minghao se acomodó a su lado y apoyó su cabeza en el hombro de Hansol mientras el americano buscaba algo que ver en netflix—. Sol

— Dime

— Si yo muriera, ¿qué harías?

Hansol dejó de teclear y volteó a ver a Minghao con una expresión seria.

— ¿Qué clase de pregunta es esa? No vas a morir, Hao —regañó Hansol, tenía el ceño fruncido e hizo reír levemente a Minghao.

— No, pero es un caso hipotético, dime que harías —respondió colocando su dedo índice en las arrugas que se habían formado en el entrecejo de Hansol.

— No lo sé, estaría triste, muy triste, no me hagas pensar en cosas triste, Hao tonto —Hansol regresó su vista a su laptop y siguió tecleando la película que quería ver—. Ahora vas a ver mujercitas y no te vas a quejar.

— Nunca me quejaría de una buena película —Minghao enredó su brazo con el de Hansol y se acurrucó más cerca del menor—. Dale play, Sol.





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another chance - verhaoWhere stories live. Discover now