6.

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Los días pasaron.

Seungkwan no regresó al hospital pero envió un mensaje de disculpas a Hansol.

— Hey, Hansol —el mencionado levantó la vista de su teléfono para mirar a Minghao, el chico mostraba una bolsa de gomitas en su nariz.

— ¿De dónde la sacaste? Pensé que teníamos prohibido comer dulces.

— Digamos que le pedí a Soonyoung qué los trajera de contrabando...

— Eres increíble —Hansol sonrió y tomó una de las gomitas, la cual tenía forma de rana—. Se parece a ti.

— ¡Oye!

Hansol rió cuando Minghao le dio un golpe suave en el hombro y ambos se acurrucaron en la cama del menor para poder comer las gomitas en un silencio tranquilo que ninguno quería romper.

— Myungho, es hora de tu revisión —el doctor de Minghao había entrado a la habitación, sonriendo de forma amable hacia Hansol. Minghao había escondido disimuladamente las gomitas debajo de la almohada de Hansol y con una sonrisa de fingida inocencia se levantó y siguió a su médico, despidiéndose de Hansol con la mano.

Hansol se quedó en el silencio de la habitación, miró el lugar vacío a su lado y sin saber su corazón se calentó.

Él no lo sabía pero su corazón estaba sanando poco a poco.


















Algo (muy) corto

another chance - verhaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora