CAPÍTULO 7 - El Proyecto Fénix

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El vuelo hacia Nueva York había sido relativamente rápido. Por suerte ser agente del gobierno te daba ciertos privilegios y acortaron el tiempo necesario en el aeroperto. Para ese entonces ya estaban en el ascensor del edificio donde vivía el hombre del momento en el quinto piso.

Iban en dirección hacia el departamenteo de Marcus Raimond, el hombre a ser investigado. Si Ada Wong estaba en lo cierto ese hombre podía ayudarlas a saber el paradero de Leon, o por lo menos acercarnos a él.

Bajaron del elevador y caminaron hasta la puerta "5D" donde esperaban encontrar el bioingeniero. Esta vez dejó que Sherry o Helena hicieran los honores ya que Claire no contaba con la autoridad que tenían sus compañeras a la hora de interrogar a alguien. No carecía de capacidad para hacer preguntas, carecía de poder y permiso para hacerlo.

Helena tocó la puerta y al minuto un niño abrió la puerta. No aparentaba tener más de diez pero lo llamatido era su apariencia; tenía la piel pálida y su rostro no parecía mostrar emoción. Incluso si crubzaban miradas  con ese niño veían una mirada muerta detrás de esos ojos apagados.

-¿Sí?- preguntó con voz serena.

-Hola cariño, ¿acaso están tus padres para que podamos hablar?- preguntó Helena mientras doblaba las rodillas para estar a la misma altura que él.

El niño asintió y dio media vuelta para irse, dejando la puerta semi abierta. La mujeres se miraban expectantes de saber si habían dado con el lugar. Según lo que investigaron la ubicación era esa pero al ver esa imágen capaz estaban dubitativas.

Volvió el niño y esta vez vino agarrado de la mano de un adulto, éste vestía de traje azul claro, camisa blanca y zapatos de suela. Aparentaba estar alrededor de sus cuarenta, pelo castaño y algo caído, llevaba lentes puestos.

-Hola, ¿puedo ser de ayuda?

-¿Es usted Marcus Raimon?- preguntó Helena.

-Sí, soy yo, ¿quién pregunta?

-Mi nombre es Harper- le dijo mientras le mostraba la insignia-. trabajo para la División de Seguridad del Gobierno de Estados Unidos, a mis colegas y a mí nos gustaría hacerles una preguntas.

Ni bien esuchó eso el hombre abrió los ojos tanto como pudo y comenzó a temblar de los nervios.

-S-sí claro, por supuesto- decía mientras acomodaba y luego miraba a su hijo que estaba al lago-. E-e-en un momento estoy con ustedes.

Raimond se agachó hacia atrás de la puerta y solo podía verse de la cintura para abajo. Sin que nadie se lo esperaba sacó un arma y comenzó a apuntarla hacia las chicas. Todas se quedaron congeladas en el lugar ni bien vieron lo que estaba haciendo con una pistola y las manos temblorosas. Tenían en frente a un hombre asustado y que no estaba consciente de lo que hacía.

Helena levantó las manos en alto para que puediera verlas y dar señal de tranquilidad.

-Okey, eso no lo esperaba.

-¡Quietas ahí, que nadie se mueva!

-Nadie va a hacer eso, pero por favor baja el arma- le decía Helena con voz serena.

-¡No, no lo voy a permitir! ¡No se van a llevar a mi hijo!- gritaba el hombre haciendo más notorio su nerviosismo.

-Nadi quiere a tu hijo, solamente queremos hacerte unas preguntas.

-¡MIENTES! Yo conozco su tipo y sé que harán mucho más que eso.

-¡Mark, ya basta!- se ecuchó desde dentro del departamento. Desde atrás de Raimond apareció una mujer de cabello negro, parecía ser de la misma edad que él, con vestido blanco con flores y tacones azules-. Baja el arma por favor, solo empeorarás las cosas.

Resident Evil - La CaceríaWhere stories live. Discover now