Capitulo 12: Ramita seca

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Había enumerado los días corridos, 9 días puntualmente.

Largos 9 días de los cuales, en ninguno de ellos, Miguel había tenido la modestia de presentarse, ya fuese para conversar de un tema pendiente que aun sobrenadaba en el entorno, para retomar su "asunto pendiente" o exiguo, para saludar.

En los primeros cuatro días asiduamente había rehusado salir de su estrecha habitación. Durmió tanto tiempo como sus ojos y cuerpos le permitieron, pues pronto sus prominencias óseas comenzaron a asediarla, y se vio obligada a evitar la cama por un rato para evitar alguna ulcera por presión en su cuerpo.

Su alimentación se estableció de comida enlatada o comida rápida, lo que fuera con tal de no abandonar su alojamiento, tal como Miguel le solicito.

A partir del quinto día supo que no iría a verla para continuar con lo suyo, pero tenia en cuenta lo inconcluso de su interrogatorio, y sustentó por un tiempo mas la serenidad.

Al sexto día un abatimiento inundo severamente su cuerpo, nuevamente la sensación y el pánico de ser ignorada o incluso saberse inexistente para los demás la golpearon de manera brutal.

Ni siquiera Margo con quien había intercambiado unas agradables palabras había deambulado por su habitación.

El séptimo día, su cumpleaños.

Por primera vez en bastante tiempo no tenia tal cual, la responsabilidad de una anomalía, pues no tenia su gizmo para detectarlas. Ese día su animo lo intento elevar desobedeciendo las ordenes del regente arácnido. Su identidad ya no tenia estatus de anónima, o no para Miguel.

Podía salir y ser mirada sin ninguna preocupación, no tenia su traje pues este seguía estando en las garras de el monstruosos vampiro araña, sus prendas eran escasas por lo que reconoció la necesidad de adquirir unas prendas para subsistir unos cuantos días mas.

Salió por primera vez a las calles.

Muchos Spider, con o sin su mascara la miraban asombrados, no de alguna manera morbosa, agreste o de alguna índole. Pero cada vez que un rostro nuevo aparecía por ahí, solían ser notificados de la integración de algún otro héroe arácnido, lo que no sucedió.

En ocasiones algunos mas atrevidos soltaban cortos saludos al cruzar por su lado, otorgándole una calidad a su solitario corazón.

Al principio sus reacciones eran de asombro, fuertes sonrojos atravesaban sus mejillas y en los saludos mas impetuosos ella solo podía atinar a mirar hacia abajo, pero conforme recibía más y más saludos, los correspondía con algunos "Hola" de forma medrosa.

Era increíble el patrón repetitivo que tenia el destino arácnido con los Parker y las Stacy, unos similares en el diseño de los trajes, otros solo en nombres, unos incluso eran similares en apariencia o incluso podían ser su versión contraria.

Y sin importar de donde provinieran, todos eran tan amigables.

Era una lastima que ella y Miguel fueran otra variante un tanto diversa, una agria al parecer.

Llego a una boutique pequeña, dentro muchas chicas con o sin su mascara tomaban prendas, las cuales veían atentamente, otras colocaban la prenda sobre ellas y las admiraban frente al espejo, no era un ambiente familiar para Moon.

En su distracción una alta y corpulenta joven colisiono contra ella de forma tenue, una disculpa ofreció y se movió rápida hacia una caja de cobro, y así Moon cayo en cuenta que no tenia dinero de esa dimensión y de ninguna otras. Ella solía entrar y hurtar tiendas con solo lo necesario, y sentiría muchísima pena si recayera en esas acciones con tan cordiales personajes.

Apología | Miguel O'HaraWhere stories live. Discover now