𝘍𝘭𝘰𝘸𝘦𝘳𝘴 - 𝘒𝘦𝘯 (𝘚𝘪𝘮𝘶 𝘓𝘪𝘶)

𝐏𝐑𝐎𝐁𝐋𝐄𝐌𝐒

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        AMBOS SIGUIERON HABLANDO DURANTE UN BUEN RATO, se habían llevado increíblemente bien y a su parecer los humanos ya no eran tan extraños como ella creía, cualquier incomodidad que pudo haber sentido al llegar al mundo real había desaparecido. Él ya no creía que era una loca esquizofrenica, le parecía asombroso e increíble que una muñeca pudiera ser real.

— Así que tu amiga está teniendo problemas existenciales básicamente y todo es culpa de una niña.  — Le dijo mientras ella solo asentía.

        Iba a seguir hablando, hasta que de pronto, ve como una chica vestida exactamente como la muñeca frente a él salía corriendo de la escuela y la detenían unos hombres de traje negro.

— Si... mira no es por asustarte ni nada, pero ¿Esa no es tu amiga? Ya sabes... la otra Barbie. — Le dijo mientras con su cabeza apuntaba hacia el auto donde estaba subiendo su amiga.

— Señorita Barbie. — Habló alguien detrás de ellos, ambos voltearon encontrándose con más de los mismos hombres.

— Solo Barbie. — Les sonrió ella, inconscientemente Max, la puso detrás de él.

— Tiene que venir con nosotros, somos de Mattel.

       Los hombres se acercaron de forma amenazante a ella, mientras ella asentía sin pensar, pero antes de que ella subiera junto a ellos, Max la agarra de la mano para empezar a correr.

— Mira bonita, en el mundo real, cuando alguien te quiere subir en una camioneta así, es porque te van a secuestrar y es peligroso. — Le explico mientras seguían corriendo, sin embargo se detuvo cuando se le ocurrió una mejor idea. — Así que empieza a volar y sigue a tu amiga.

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         Tal y como Max le había dicho, había empezó a volar mientras seguía a la camioneta que tenia a su amiga. Max por su parte jamás se había arrepentido tanto en su vida, Barbie apenas lo afirmaba mientras volaban a varios metros de altura, ella simplemente sujetaba su ropa. Decir que estaba asustado era poco, no podía evitar pensar que ese seria el último día su vida.

         Una vez llegaron, le dijo que esperara afuera mientras ella empezaba a volar al último piso tal como Max le había dicho. A través de la ventana pudo ver a su amiga entrando en una caja gigante, se veía bastante asustada, sin pensarlo dos veces se tiro por la ventana para poder entrar, rompiéndola en muchos pedazos.

— ¡Vamos Barbie! — Le gritó mientras ambas empezaban a correr por el gran edificio hacia el ascensor, el hecho de que su amiga no pudiera volar era una gran desventaja, ya que a diferencia de Max, Barbie estaba descompuesta lo que dificultaría que ambas volaran.

        Habían llegado a una extraña habitación, se sentía hogareña. Había una linda cocina acogedora, en la pequeña mesa que había allí, se encontraba una pequeña abuelita, quien al verlas les sonrió.

— No se preocupen, aquí están a salvo. — Había algo en ella que se sentía tan familiar para ambas Barbies.

— ¿En donde estamos? — Preguntó su amiga mientras ambas se acercaban a la dulce abuelita.

— Resulta que pienso mejor en una mesa de cocina. — Soltó una pequeña risa, mientras les ofrecía té y ambas se sentaban.