𝘍𝘭𝘰𝘸𝘦𝘳𝘴 - 𝘒𝘦𝘯 (𝘚𝘪𝘮𝘶 𝘓𝘪𝘶)

𝐒𝐀𝐕𝐈𝐍𝐆 𝐁𝐀𝐑𝐁𝐈𝐄𝐋𝐀𝐍𝐃

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        EL VIAJE DE REGRESO ERA EXTREMADAMENTE INCOMODO. A su lado se encontraba Max y en el asiento trasero iba sentado Alan con una gran sonrisa, al parecer sus ganas de irse de Barbieland eran muchas.

        Detrás de ellos pudieron notar cómo venían Sasha y Gloria en el auto de su amiga, la cuál no venía. A unos metros delante de ellos se encontraron con unos Kens que construían un muro para que nadie pudiera entrar ni salir de Kenland.

— ¡Oigan, ustedes! — Los llamó un Ken, mientras él y los otros constructores se acercaban.

— No se preocupen. — Les dijo Alan, mientras bajan los tres del auto al igual que Sasha y Gloria. — Soy Alan, un amigo de Ken.

        Antes de que uno de los Kens respondiera algo, Alan había empezado a golpear a todos los Kens, por su parte cada uno volvió a sus respectivos autos por orden de Gloria mientras esperaban a Alan, para así, finalmente poder irse.

— ¡Oigan! — Los llamó Sasha para que se acercaran al auto. — Hay que volver allá, hay que ayudar a Barbieland, hay que salvar a Barbie.  — Les dijo la niña a los tres, sin embargo, miraba solo a su madre.

— Barbie se dio por vencida. — Le dijo Gloria.

— Si, los Kens ganaron. — Le respondió de forma ella.

— ¡Tienen que arreglarlo! ¡Es tu hogar! — Le dijo mientras la miraba. — ¡Aunque no puedan hacer que sea perfecta, si la pueden mejorar! — Esta vez miró a su madre.

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        Habían marchado hacia Barbieland, estaban decididas a ayudar a las Barbies a recuperar su hogar, a pesar de que la mayoría  de las Barbies tenían un lavado de cerebro en estos momentos. Iban camino hacia casa de Barbie "rarita" según Alan, era el único lugar en donde su amiga podía estar.

        
— Animo pandilla, encontraremos a Barbie subiendo la escalera.  — Habló Alan mientras se aproximaban a la entrada de la casa.

— ¡Hola! — Gritó Gloria al entrar, donde se encontraron con algunas versiones de Barbies descontinuados y algunos Kens.

        En el suelo pudo ver a su amiga Barbie con lo que según había entendí era una "crisis existencial", lentamente junto con ayuda de Gloria la ayududaron a sentarse bien.

— Oye... ¿Que te pasa? — Le preguntó de forma suave a su amiga mientras le hacia cariño en el pelo.

— Me pasa... Que ya no soy bonita. — Le respondió ella al borde las lagrimas, no pudo evitar sentir como su estomago se revolvía a ver a su amiga así.

— Eres super bonita.  — Le respondieron al mismo tiempo ella y Gloria.

— No... pero no soy bonita como Barbie estereotipica.

— ¡Pero eres bellisima!

— Y no solo eso... no soy lo suficientemente lista ni interesante... no soy cirujana, tampoco he pilotado un avión — Le dijo a Gloria. — Ni siquiera tengo poderes como tú.  — La miró su amiga. — No soy la presidenta. No soy... suficientemente buena para nada— Dijo de forma derrotada mientras sollozaba.

— Es literalmente imposible ser mujer. — Le respondió Gloria. — Eres muy hermosa y muy inteligente, me parte el alma que creas no ser suficientemente buena... Como si tuviéramos que ser siempre extraordinarias, pero de algún modo siempre lo estamos haciendo mal.

        El discurso de Gloria había sido maravilloso, ella jamás había pensado en lo duro que era ser mujer en el mundo real, no importa cuanto lo intentaran las humanas, al parecer nunca serian suficientes para el resto. A su lado Max la había golpeado con su codo de forma cautelosa mientras apuntaba a su amiga Barbie Escritora quien había comenzado a reaccionar. Cuidadosamente había limpiado una pequeña lagrima que había caído por su mejilla.

— Es como si hubiera estado en un sueño. — Todos voltearon a ver a Barbie escritora. — Pero lo que dijiste... de golpe me sacó de ahí.

— Tienes que decirles todas estas cosas a las otras Barbies. — Habló  su amiga.

— ¿Pero como vamos a alejar a las Barbies de sus Kens? — Preguntó ella.

— ¿Tienes un mapa de Barbieland? — Pregunto su amiga a la Barbie "rarita" a lo cual ella asintió.

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        Habían llegado a la conclusión de que Barbie escritora sería el señuelo perfecto para distraer a los kens mientras ellas ayudaban a desprogramar a las Barbies, lo cual había sido un arduo trabajo, pero lo habían logrado. Ahora harían que los Kens se pusieran en contra de ellos mismos.

        Al igual que su amiga Barbie iría a ver a Ken, se sentía nerviosa, al fin y al cabo, la última vez que lo vio fue hace unas pocas horas horas y lo había llamado patán e idiota. No podía negar que lo extrañaba, estaba acostumbrada a estar con él, llevaban toda una vida juntos, a fin de cuentas eran novios desde que salieron de sus cajas.

— ¿Crees que me odie? — Le preguntó a Max.

— ¿Ken? — Le preguntó él a lo que ella asintió.  — No, el te ama, si te odiara no se habría intentado que te quedaras con él acá. Además, solo esta siendo influenciado por sus amigos, la mayoría de los hombres se dejan llevar por lo que sus amigos dicen o hacen.

— ¿De verdad crees eso? — Le preguntó con una pequeña sonrisa.

— Si. — La verdad es que el no estaba seguro, a fin de cuentas ni siquiera conocía a ese Ken, pero tampoco iba decirle eso. — No dudes ni por un segundo que tu novio te ama. — Le dijo mientras miraba directamente sus ojos. — Además, los hombres somos unos tontos por naturaleza.

         Ambos soltaron una pequeña risa, mientras se miraban. Ni en un millón de años pensó que sería amiga de un humano, al principio le causaban miedo y curiosidad, y ahora unos humanos la estaban ayudando a salvar su hogar.

— Gracias Max. — Le dijo ella, mientras élla miraba confuso. — Por ser un gran amigo y ayudarme a salvar mi hogar.