Capítulo 34 El Nuevo Miembro de la Familia

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Las risas resonaban dentro de la habitación, los septarianos estaban disfrutando bastante de la conversación tan animada y divertida que llevaban un largo rato manteniendo, al menos hasta que alguien tocó la puerta, Rasticore se levantó a abrir para encontrarse con Eclipsa y Globgor seguidos de Meteora y un joven septariano.

—M-majestades, no esperaba que vinieran, eh pasen— se hizo a un lado para dejarlos entrar, le hizo un leve ademán de saludo a Meteora, pero luego se quedó algo extrañado por la forma en que el joven lagarto lo miraba.

—Tú debes ser Rasticore, esperaba que dieras más miedo— comentó.

—Eh, disculpa, ¿quién eres tú?

Jason se puso de pie y se acercó a su hijo —¡oh, cierto! Rasticore, él es Johnny— el muchacho estrechó su mano con el mayor y le sonrió amistosamente.

Luego John se puso de pie para saludar también —y yo soy John, un gusto— de igual forma, ambos se saludaron amablemente —vaya, tus padres no mentían cuando dijeron que eres idéntico a tu madre— mencionó mientras miraba al joven de arriba abajo.

Johnny soltó una leve risita —eh, gracias, me lo dicen todo el tiempo.

—No quisiera interrumpir esta preciosa reunión, pero necesitamos hablar con Rasticore y John a solas— intervino Eclipsa con algo de pena, adoraba ver esa clase de encuentros, pero tenía un tema importante que atender.

—Por supuesto, no hay problema— Angélica se puso de pie junto a Emerald —de todos modos, tenemos que volver, ya estuvimos mucho tiempo fuera— ella y los demás se despidieron y dejaron la habitación libre para que pudieran discutir con calma.

Eclipsa y su hija tomaron asiento y Globgor se posicionó detrás de ellas mientras que John y Rasticore se sentaron en la cama —entonces... ¿de qué quieren hablar? — indagó el lagarto emplumado para tratar de romper el hielo.

—Descuiden, no es nada malo, sólo queremos aclarar algunos puntos con ustedes— les afirmó la reina —primero que nada, queremos pedirles perdón por lo que pasó, por acusarlos y encerrarlos.

—No se preocupe majestad, lo entendemos, a veces podemos ser... un poco bruscos, es normal que se haya confundido— respondió Rasticore.

—Bueno... hablemos de ti, John... ya que no secuestraste a mi hija ni tienes ningún antecedente o eres un prófugo, tú quedas totalmente absuelto.

—¿En serio?

—Así es, puedes irte cuando quieras después de que hagas algo de papeleo; Archivaldo te está esperando afuera para llevarte al registro, haz todo lo que te pidan y responde todas las preguntas que te hagan, nosotros nos encargaremos del resto.

—Eh... no tengo muchos lugares a donde irme y no quiero dejar a mis amigos... ¿no hay posibilidad de que pueda quedarme? Si tengo que trabajar, lo hago encantado — John sabía que tenía oportunidad de volver a Santa Olga y continuar las reparaciones, también podía pedirle a Eclipsa que llamara a alguno de los septarianos para llevarlo a las Naciones Oscuras, pero había hecho una promesa y no pensaba romperla por nada.

—Claro que puedes quedarte, no es necesario que trabajes, pero si quieres ayudar aquí, puedes hacerlo— John se puso de pie y estrechó la mano con Eclipsa mientras agradecía su hospitalidad.

Posteriormente le dio una palmadita a Rasticore en el hombro deseándole suerte antes de salir de la habitación para irse con Archivaldo.

—Imagino que a mí no me fue tan bien... ¿cierto? — Rasticore se rascó la nuca para tratar de evadir la incomodidad.

—Me temo que es cierto— Eclipsa abrió una de las carpetas que traía en manos para comenzar su explicación —no fue nada fácil definirles una condena a ambos, tuvimos que consultar a la Alta Comisión de Magia para ver cómo podríamos solucionarlo.

Magia Eterna - El Legado de Mewni Vol. 3Where stories live. Discover now