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Cellbit se recostó en el marco de la puerta de la oficina de diseño, mirando a su puesta pareja destinada inmersa en su trabajo, sin prestarle atención a su alrededor. La presencia del alfa era tan intimidante que casi todos se dieron cuenta que estaba ahí, menos quien debía.

-Presidente- uno de los demás empleados exclamó y el resto de ellos dejaron d ehacer sus tareas y se levantaron de sus asientos nerviosos.
Roier solamente alzó la mirada de la pantalla y frunció el ceño.

El alfa aprovechó que le prestaba atención y lo llamó moviendo el dedo índice, acción que lo hizo cerrar sus ojos y suspirar. Roier se levantó de la mesa apretando los puños y ganando toda la pacie cia posible, no quería estar al lado de ese hombre, no ahora.

-Sigan trabajando- ordenó el joven antes de salir de la oficina detrás de él.

Cellbit se detuvo a pocos metros del elvador y se giró con su porte que le sacaba varios centímetros.

-Me parece que el presidente en este lugar, soy yo- le vio alzar una ceja -No me gusta que no me obedezcan cuando doy una orden-

-Y yo le mandé una respuesta, usted nos dio un tiempo límite para la realización del proyecto, proyecto que cambió en su mayoría-

Al igual que él, mantenía una postura firme y no alzaba la voz, parecía tranquilo y acostrumbrado a lidiar con jefes exigentes como él. Roier era duro de doblegar. Tal vez un poco de presión solucionaría eso, pensaba Cellbit mientras apresiaba los labios naturalmente rosados moverse al hablar.

-Por menos que eso puedo botarte o degradarte de tu rango, una falta de respeto a tu superior se paga caro- el color de los ojos de Cellbit se hizo más oscuro.

Roier no pareció inmutarse con sus palabras, pestañeó lentamente y tomó aire para mostrar una expresión que ocultaba toda la rabia que podía contener con la amenaza.

-¿A poco si? Puede hacerlo si quiere- eso lo sorprendió -Pero la persona que mas sabe de este proyecto y de como llevarlo hasta el final con éxito, soy yo, si quiere, puede confirmarlo. Pero si lo que gusta es despedirme, puese hacerlo- sonrió -No pondré resistencia- lo retó.

Cellbit entrecerró los ojos. Su actitud, de seguro, lo había llevado hasta donde estaba, un joven inteligente y seguro de sí mismo, quedaban pocos como él. No parecía omega, tal vez a primera vista su físico lo aparentaba un poco, pero poniéndole atención, tenía hombros ligeramente amplios y una estructura algo moldeada, obviamente no tanto como la suya, pero no estaba nada mal. Eso si, pobre de aquel que quisiera pasarlo por sumiso, de eso no parecía tener ni un pelo.

-Director M.- Wilbur, un empleado joven del área de editorial se acercó a él corriendo.

Ambos lo miraron detenerse delante de ellos sin darse cuenta se su conversación.

-Me alegra haberlo encontrado, necesitamos los insumos para la segunda parte de los panfletos-

-Se los enviaré en un momento-

-Oh, gracias- el chico sonrió y ligeramente se lo comió con los ojos, algo que no pasó desapercibido por Cellbit, que empezó a expulsar feromonas inconscientemente para repelerlo, molesto por las atribuciones del beta y por no haberlo saludado como correspondía.
-Si me disculpan- dijo al ver que no era bienvenido en la conversación y se retiró con la misma velocidad.

Cellbit se sintió mejor al saber que había expulsado a la amenaza.

-¿Podría dejar de hacer eso?- la voz de Roier salió temblorosa.

Cellbit se giró hacia el menor y la imagen frente a él no le gustó. El joven tenía una mano sobre su rostro tapándose la nariz y su rostro arrugado.

-¿Estás bien?- intentó tocarlo, pero este solo retrocedió poniendo mas distancia.

-Tus feromonas, duele cuando las siento- articuló con dificultad -Aléjese por favor-

Ese hecho volvió a parecerle sospechoso al alfa.

-¿Cómo puedes sentir mis feromonas si eres un beta?- esa era una cualidad de solo otroa alfas y omegas, las feromonas no afectan a los betas a menos que fueran muy intensas, pero no de la forma que Roier las parecía percibir.

-He sido muy sensible desde niño, a pesar de ser beta, puedo percibirlas levemente, pero las tuyas son mas intensas- Cellbit intentó acercarse otra vez, pero Roier aumentó la distancia -No te acerques-

-Está bien- se incorporó viendo el rechazo por oarte del beta que se sostuvo de la pared tras su cuerpo -Hay algo qje me ocultas Roier M. y lo voy a descubrir-

El joven sacudió la cabeza intentando que el malestar se disipara logrando resultados.

-¿Cuál es su interés en mi?- parecía cansado de sus insistencias -Apenas y nos conocemos, no le debo nada, sólo quiero trabajar y estar tranquilo-

-Ya te lo mencioné, eres mi omega, mi pareja destinada- recalcó Cellbit.

Como chingaba con lo mismo. Roier suspiró y se incorporó logrando mantenerse estable.

-Lo dejaré bien claro, presidente, no me interesa su dinero, gano suficiente para ser feliz y estoy conforne con eso. Además estoy comprometido y no creo que rompa el comoromiso por palabras que no tienen fundamentos. No reacciono a usted porque no soy omega, no lo acepto como mi compañero porque no soy omega-

Se detuvo para respirar y estudiar la reacción del alfa.

-¿Queda claro? Ahora, si me disculpa, he perdido varios minutos que tendré que quitarme de mi hora de descanso, sino desea hablarme de temas de trabajo por favor limítese a mantener la distancia, no quiero más problemas de los que tengo-

Roier no lo dejó responder, se giró de vuelta a la oficina dejándolo con la palabra en la boca, aunque realmente no sabía que decir.

-Señor- Felps a su espalda lo llamó. Se había mantenido a distancia cuando notó la densa atmóstera

-¡¿Viste cómo me habló ese chico?!- parecía más indignado que molesto.

Su secretario sólo guardó silencio ocultando la risa que contenía al ver alguien que ponía en su lugar a Cellbit, además de sus padres.

-Señor, creo que lo que encontré le parecerá interesante, es respecto a lo que me mandó a investigar-

-Espero que así sea- tomó los papeles y volvió a su oficina aún recordando las palabras de aquel beta-omega, ya no sabía que era.

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Roier se despidió del custodio estirando los brazos al sentir la brisa nocturna en su rostro.

Otro día más saliendo tarde del trabajo, para no variar, sólo con la diferencia de que su novio lo esperaba en la entrada con su auto. Al parecer se estaba oliendo algo que no le gustaba y de paso, no existía. Ya se había enterado de su nuevo jefe.

-Spreen- lo llamó mientras caminaba hacia él.

-Precioso, hoy te vine a buscar- típico de alguien celoso, pero no discutiría con él, ya que estaba allí aprovecharía el aventón.

Desde la ventana Cellbit miraba la escena y arañaba el cristal con sus pulcras uñas. A pesar de que se había dicho miles de veces que insistiría con él, era imposible obviar que Roier estaba destinado a ser suyo y que estuviera al lado de otro hombre activaba todos sus sentidos posesivos de alfa.

-No te preocupes guapito, ahora si te puedo asegurar que dentro de poco serás mío- sus ojos se volvieron de un intenso azul -Mi omega-

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Duda dudosa, ¿Les gustarían capítulos mas largos?
Para hacer menos partes, podría juntar 2 capítulos y hacerlos 1 solo.
Espero puedan hacerme saber su opinión.💟

No Soy Tuyo, Gatinho || Guapoduo || (Omegaverse) Where stories live. Discover now