12.-

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Cellbit escuchó el sonido de su puerta principal abrirse y supo quién era. Sólo había una persona que podía pasearse como perro por su casa y que tenía también la llave, además de Felps y su familia, sin que él se molestara. Pero esta vez era diferentes porque en vez de ir directo a su habitación, lo oyó caminar hacia donde estaba descansando su pareja destinada.

Se incorporó rápido en su cama y se puso unos pantalones de seda gruñendo, su gusto por dormir desnudo le estaba jugando una mala pasada. Sus ojos se abrieron impactado cuando lo escuchó gritar y supo que no era un sonido común, su omega pedía ayuda, su ayuda. Abrió la puerta de su cuarto rápidamente.

-Forever, no lo asustes- gritó usando su Voz de alfa sin mediar consecuencias.

La imagen era un poco perturbadora. El mismo Cellbit tenía que reconocer que su amigo no era precisamente alguien que pasara desapercibido y estaba seguro de que había asustado a Roier y más en la forma en que lo había despertado.

-Que bueno que estás levantado, me ahorras el trabajo, los dos a la sala. Ahora- sacudió unos papeles en su mano -Encontré algo muy interesante, nada bueno, y con lo que hay que actuar rápido-

Y con la misma él fue el primero que fue al lugar de la futura reunión.

Cellbit suspiró rascándose el cuello tenso y entró a la habitación para ver a Roier pegado contra el respaldar de la cama con una expresión de terror en su rostro. El alfa se acercó y se sentó en el borde, pero no lo tocó.

-Tranquilo, es un amigo mío, tiene una cloaca en la boca, pero es buena gente. Es quién está investigando tu caso-

El chico lo miraba y después a la puerta, incómodo por si volvía a aparecer. La tensión de estar rodeado de dos alfas, uno que lo deseaba y el otro que marcaba territorio por donde fuera que pasara, lo tenía nervioso y se sentía irregularmente inestable. Además, el cuarto se había llenado de feromonas del desconocido que alteraban una parte de su interior.

Roier asintió con la cabeza y se arrastró por la cama tembloroso. Una mano atrapó su muñeca, jalándolo y sentándolo sobre el regazo de Cellbit, que le agarró la barbilla y aprovechó su aturdimiento y lo besó.

Roier apretó sus hombros desnudos ante tal invasión, al igual que sus muslos cuando una sensación abrumadora comenzaba a ganar terreno en su abdomen. La sensación caliente de la piel desnuda de Cellbit le resultó extremamente placentera.

-Cellbit- logró decir al ser su lengua soltada por unos segundos.

-¿Mejor?- el alfa lo miró con los ojos vidriosos dejando que sus feromonas invadieran el cuarto sustituyendo las de Forever, totalmente desconocidas para Roier y demasiado potentes.

Lo vio algo aturdido y mareado y sólo deseo tirarlo a la cama y despojarlo de la ropa, pero él estaba totalmente indefenso y no sería el hijo de puta que se aprovechara de su debilidad.
Soltándolo, lo ayudó a ponerse de pie.

-Yo puedo vestirme- Roier agarró algo de su bolso para ir al baño -Me reúno con ustedes en unos minutos-

Cellbit lo vio desaparecer detrás de la puerta y él salió en dirección a la sala.

-Tú no puedes tener más tacto al tratar con él ¿verdad?- se paró delante de su amigo que se había llenado una taza de café y la tomaba con tranquilidad.

-Sabes que esos detalles no van conmigo, ¿y bien, ya te lo tiraste?- el alfa levantó la ceja -Me parece que no- señaló con un movimiento de la barbilla la erección que se marcaba en los pantalones del otro.

Cellbit solo apretó los ojos.

-Sigo diciendo que no tienes tacto- se giró, tenía que atender eso antes de comenzar a hablar o no lo haría tranquilo- espera aquí-

No Soy Tuyo, Gatinho || Guapoduo || (Omegaverse) Where stories live. Discover now