Especial 100k [1]

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(...)

Entré sigilosamente en mi laboratorio clandestino, un lugar secreto y protegido donde he estado trabajando en mis inventos durante varios meses de forma clandestina. A medida que cerré la puerta tras de mí, los ecos de la lluvia desaparecieron y me encontré sumergida en un mundo de artefactos y maquinaria en constante movimiento. Todo siendo financiado por mis ventas en mercados de dudosa procedencia en línea, así como algunos tratos con empresas internacionales.

El lugar estaba iluminado por una débil luz proveniente de lámparas colgantes, creando sombras que danzaban alrededor de las mesas de trabajo llenas de herramientas y componentes. El olor a metal y aceite impregnaba el aire, dando una sensación de autenticidad a mi refugio ingenioso.

Mis ojos se posaron en un rincón donde estaba mi último proyecto, un brillante invento que me había llevado meses perfeccionar. Aunque mi muñeca derecha se encontraba envuelta en vendajes debido a desgarres de tendones sufridos en la intensa batalla en la Academia contra la Naicho, la adrenalina de la pelea no me permitió sentir el dolor en ese momento. Ahora, sin embargo, la incomodidad comenzaba a hacerse notar. Desafortunadamente, dadas mis circunstancias, apenas pude atenderme yendo a una farmacia cercana comprando analgésicos baratos y una venda.

Me senté en una silla, apoyando mi muñeca delicadamente sobre la mesa. Con habilidad, comencé a desenrollar los vendajes, revelando los rasguños y marcas de la batalla en mi piel. Aunque los golpes y arañazos ahora formaban parte inherente de mi vida llena de peligro constante, no podía evitar sentir cierta satisfacción por ellos. Eran mis medallas de honor, recordatorios constantes de todo lo que había superado para salir del programa con vida. A pesar de que los eventos y circunstancias se habían desviado de mi plan inicial.

—Supongo que soy la primera, ¿No?—me dije a mi misma al analizar mi situación actual.

Después, suspiré mientras preparaba los instrumentos necesarios para atender mis heridas. La sensación del metal frío de las herramientas sobre mi piel era reconfortante, casi terapéutica. Con cuidado, limpié las heridas y apliqué una solución desinfectante, sintiendo un leve ardor en cada rasguño. Por último, tuve que vendar nuevamente mi muñeca y esperar a que sanara con el tiempo. Ya no podía contar con Recovery Girl, y al ser una fugitiva, mis opciones se habían reducido considerablemente. Solo esperaba que Arturia y las demás chicas no notaran esto en nuestras próximas reuniones.

Este laboratorio clandestino bien podría considerarse como un oasis personal, un santuario donde podía ser auténtica y dar rienda suelta a mis ideas sin limitaciones

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Este laboratorio clandestino bien podría considerarse como un oasis personal, un santuario donde podía ser auténtica y dar rienda suelta a mis ideas sin limitaciones. Además, funcionaba como un escondite temporal, una guarida para evadirme de la implacable persecución por parte de la Naicho. Estratégicamente ubicado en una fábrica abandonada en las afueras de la ciudad, este lugar también me brindaba el aislamiento y la privacidad necesarios para dedicarme de lleno al plan que mis amigos y yo elaboramos apenas este día.

Me case por accidente (Izuku x harem) [ En Corrección de Errores]Where stories live. Discover now