Capitulo 4

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29 de Agosto, 1610

Tomó entre sus brazos al tercer hijo varón de la dinastía, un príncipe sano y fuerte, justo como todos deseaban.

─Allah es grande, Allah es poderoso, tu nombre es... Orhan, Orhan, Orhan.─el joven Sultan beso la frente de su hijo.─Felicidades, Beyhan Kadın.

─Gracias, majestad ─dijo la reciente madre

─Que el Şehzade Orhan tenga una vida larga y plena.─dijo Kösem sonriendo

Beyhan se veía algo decepcionada por lo dicho por el Sultan. Casi muere dando a luz a un hijo suyo, ¿y así le paga? Dándole un título inferior, dejándola debajo de Kösem, que era la única que fue verdaderamente tratada como una Sultana.

Cuando todos se retiraron, Ahmed fue el único que se quedó a su lado, observando como el Şehzade dormía entre sus brazos.

─¿Alguna vez haz sentido miedo? ─el se sentó en la orilla de la cama, luego de haber dejado al principe en su cuna

─Muchas veces, ¿por qué lo pregunta, mi Sultan? ─ladeó su cabeza

─Mientras escuchaba tus gritos, pensé que no sobrevivirías, tenía miedo de que al entrar en esta habitación, viera tu cuerpo sin vida.─dijo, entrelazó delicadamente su mano con la de ella.─Duraste horas en trabajo de parto, y todas esas horas estuve esperando verte con nuestro hijo en brazos.

─Es muy dulce ─sonrió débilmente

─Un Sultan no debería ser dulce ─soltó una risita

─El Sultan Süleyman lo era, a través de sus poemas de amor, escribía todo lo que su voz no podía emitir.

─Mi más grande sueño fue ser como el, parecerme a el, tan solo un poco...─apretó su agarre.─Cuando te recuperes, haré que nos pinten en un retrato.

─¿No se supone que eso está prohibido?

─Nunca dejaré que alguien vea nuestro retrato, será un recuerdo para toda la vida.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Beyhan, aunque no recibió el título de Sultana, tiene algo mejor que eso, tenía el favor del Sultan.















[...]

6 de Octubre, 1610

Beyhan se acercó a Kösem, quién sonreía, mirando a todas como si fueran simples hormigas.

─Sultana Kösem ─con el dolor de su alma, realizó una reverencia

─¿Que quieres, Beyhan? ─la miró como si fuera algo diminuto

─Tengo curiosidad, ¿a qué se debe está celebración?

─Pensé que ya te habías enterado, como hay tanta gente chismosa como tú.─sonrió y tomó un sorbo de su jugo.─Estoy embarazada, tengo dos meses de embarazo.

─Me alegra está noticia ─suspiró, luego se reverenció y se fue, con la mirada de la mujer sobre ella

Cuando estuvo en sus aposentos, quiso tirar todo, se sentía tan humillada ante las palabras de Kösem, no podía soportarlo, si fuera por ella, la arrastraría por todo el palacio hasta que muriera.

─Kadın ─un Agha entró en sus aposentos.─Su majestad pidió por usted, el la espera.

─Dile que no iré a ninguna parte, no, no, no y no ─negó con la cabeza.─Largo.

─Pero, Kadın...

─¿Acaso no escuchas? Largo, maldita sea.─soltó un insulto que otro

El Agha por no protestar, se fue corriendo, temiendo por su destino si se quedaba.

Beyhan dirigió su mirada a su hijo, que aún no cumplía los dos meses.

─Mi Orhan, mi pequeño príncipe ─se arrodilló frente a su cuna.─¿Por qué la vida es tan cruel con tu madre? ¿Acaso hice algo mal?

Beyhan era alguien que se creía intachable, y era una persona demasiado cuestionable, ya sea por su carácter, o su capacidad para manipular su alrededor.

─Beyhan...─cerró sus ojos al escuchar esa voz, se le escuchaba molesto

─Su majestad ─se puso de pie y se dió la vuelta, pero con la mirada en el suelo.─Lamento no haber podido ir a sus aposentos.

─¿Por qué? ¿Acaso te crees Kösem?

─No, no lo hago, su majestad.─dijo manteniendo la calma

─Pues actúas como ella─la miró, frunció el ceño y respiro profundo para calmarse a sí mismo

─Soy consciente de que soy una esclava sin sentido para usted, pudo haberse evitado una pelea consigo mismo, pudo haber ido a los brazos de Kösem, a quien usted ama, ¿no es verdad?

─No, no eres una esclava ─colocó sus manos en las mejillas de Beyhan.─Eres la madre de mi hijo, del Şehzade Orhan, eres la mujer que me tiene atrapado, la mujer con la que si no tengo a mi lado podría morir.

Acercó sus labios hasta besarla apasionadamente, bajando sus manos hasta su cintura, acercándolo a el.

─Pensé que estaba molesto conmigo.─Beyhan dijo entre jadeos

─Nunca... podría molestarme por mucho tiempo...─ambos cerraron sus ojos, ante la presión de su miembro entrar en la cavidad femenina

Beyhan sonrió levemente, inclinando su cabeza hacia atrás, por el placer que este le causaba.

¿Quien lo diría? El Sultan Ahmed, tiene la joven edad de 21 años, y Beyhan Kadın, tiene 16 años. A pesar de ello, eran experimentados en temas sexuales, también sentimentales, pero no tanto.

𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐈𝐒𝐄 | 𝑨𝒉𝒎𝒆𝒅 𝑰Where stories live. Discover now