Capitulo 13

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Beyhan colocó sus manos sobre las mejillas del Padişah, y luego se acercó para darle un beso suave y cálido. Sintió como los brazos de Ahmed rodeaban su cintura y la atraían hacia él.

─No me gusta estar lejos.─Ahmed dijo

─Entonces venga con nosotros.─la Haseki sugirió

─Sabes que no puedo descuidar al Imperio.─la miró, buscando comprensión. Apretó un poco su agarre en la cintura de su esposa.─Y si te dejo ir, ¿quién dirigirá el Harem? ¿Quien hará mis días felices?

─Por favor, Ahmed.─Beyhan también busco comprensión

Sus ojos castaños eran realmente hipnotizantes para el Sultan, aquellos que le arrebataron suspiros, desvelos, ¿cómo podría negarse a la dulzura que tenía enfrente?

Su corazón seguía un tanto ingenuo a pesar del paso de los años, su amor por Beyhan se mantenía joven, y recordaba perfectamente su antiguo nombre.

─Al menos dígame que lo va a pensar.

─Lo haré, Adelaide.─Ahmed sonrió, unió sus labios con los de ella, formando un suave beso, lleno de todo el amor que habitaba en su corazón

─Aún lo recuerdas...─la Haseki también sonrió, con nostalgia continúo.─Ese nombre me parece tan desconocido ahora, tan extraño. Pero sin duda, seguiría respondiendo a él.

Al salir de los aposentos, respiró profundamente, avanzó unos pasos, y se detuvo al ver a Mihrimah correr hacia ella.

─Mi adorada.─Beyhan la abrazó y la alzó entre sus brazos. Miró a su alrededor y le preguntó.─¿Por qué viniste sola?

─Te estaba buscando, quería verte.─le dijo la pequeña niña.─Abide vino al Palacio.

─¿Abide? ─ repitió confundida

─Sí, vino con su mamá.─Mihrimah le dijo.─¿Puedo ir a jugar con ella?




[...]

En los aposentos de la Sultana madre, ahora estaba la Haseki Beyhan, sentada no muy lejos de ella, Fátma Kadın. La única que sobrevivió a todo, junto a su hija.

Todo era silencio, ambas miraban como sus hijas jugaban juntas, Abide Sultan y Mihrimah Sultan. Sus únicas hijas.

─Cuánto tiempo... ¿no es así?─Fátma decidió hablar

─Así es, han pasado años desde que ví a Abide, creció con gran belleza, sacó los hermosos ojos azules de su madre.

─Eso es lo único que tiene de mí, pertenece a la Dinastía, por ende, al Sultan.

─Nació de ti, eso nadie te lo puede contradecir, es tu hija, fuiste quien la cargó primero.─Beyhan le dijo, se acomodó entre su trono

─En los registros del Harem, no soy nadie, solamente una Kadın sin estatus, en cambio usted, podría llenar todo un libro con sus relatos. Nadie es más poderoso que usted.

─Tienes razón, la única persona que me sobrepasa es el mismo Sultan, sin embargo, no presumo de eso, no me deje envenenar del poder como lo hizo Kösem, sus hijas tuvieron un terrible final gracias a su ambición.─Beyhan dirigió su mirada a Fátma

─Concuerdo, si no fuera por ti, Kösem tendría absolutamente todo bajo su control, y asesinaría a cualquiera que significara un peligro para ella o sus hijos.─la Kadın le dió la razón.─Todo cambio desde que te habías convertido en la favorita de Ahmed.

Beyhan respiró profundo para serenarse, miró de reojo a la joven Abide de tan solo dies años.

─Me pregunto, ¿por qué han venido?

─El Sultan ordenó que que vinieramos al Palacio, dice que... Abide debe casarse.

─¿Estás de acuerdo con ello? ─inquirió Beyhan

─¿Acaso podría negarme? ─Fátma limpió una lágrima que estaba a punto de abandonar su ojo

─Aleja las preocupaciones de tu mente, yo lo arreglaré, Abide no se casara hasta que ese sea tu deseo.

─¿Por qué me ayudarás? ─Fátma preguntó, su voz temblorosa

─Tengo un concepto de justicia. No me gustaría que Abide se casara tan pronto, es una niña pequeña.─la Haseki explicó, y colocó su mano en el antebrazo de la Kadın y lo apretó un poco.─Una madre no llora enfrente de sus hijos, jamás.











[...]

27 de Junio, año 1619

Haseki Beyhan Sultan se acercó a las puertas de los aposentos más grandes del Palacio, portaba un vestido color púrpura, con telas rosadas colgando de los antebrazos.

─Beyhan, ¿a qué se debe tu visita?

─Debo hablar contigo, Ahmed.─avanzó a pasos lentos hacia él

─¿Sobre qué? ─se colocó de pie de su escritorio

─¿Acaso no tienes corazón al pensar en casar a Abide?

─Sabes que es su deber como Sultana de nacimiento.─Ahmed intentó agarrar las manos de su esposa, pero ella se apartó.─¿Tienes algún problema?

─Es una niña, una niña pequeña. Apenas si tiene dies años, ¿cómo puedes pensar en casarla? ¿y con quién? ─Beyhan le reclamó, retrocedia cada vez que Ahmed intentaba tocarla

─La casaré con alguien importante.

─Te diré una cosa, Ahmed.─con ojos llorosos, se acercó al Sultan, y le dijo con una voz baja pero en un tono que podía escuchar.─Te lo juró por lo más sagrado que tengo que son nuestros hijos, si te atreves que casar a Abide... Nunca volverás a verme, ni a tus hijos, mucho menos a Orhan, que es el heredero al trono.

─No podrías dejarme, soy el Sultan.

─Y yo soy tu esposa, la madre de tus hijos. Solo te pido que dejes vivir su infancia a Abide, es una niña, una niña que no tuvo la culpa de nacer con sangre de esta Dinastía. Demuéstrame que no eres lo que pienso, que eres cruel, que eres desconsiderado. Demuestra ser el padre amoroso que los niños ven todos los días, sé justo.

𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐈𝐒𝐄 | 𝑨𝒉𝒎𝒆𝒅 𝑰Where stories live. Discover now