𝑬𝑵 𝑻𝑼𝑺 𝑺𝑼𝑬𝑵̃𝑶𝑺.

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─eso, anakin, eso... acabalo.─dejé escapar un quejido por haber retenido tanto tiempo el aire, y ahí lo vi, parado frente a dooku... con dos sables en sus manos.

claro, era lo que habiamos deseado hacer desde geonosis, era mí más grande deseo. pero así como el dibujó una línea entre mis pensamientos y mis acciones... me sentia en la obligación de hacer lo mismo. sus ojos estaban sobre los míos, como si no quisiera que lo vea de esta manera.

─suelta eso.─hablé molesta, tomando su hombro, quería arrebatarle ese sable rojo de las manos. no soportando verlo cerca de algo así, no, ni en mis peores pesadillas pensé verlo empuñando ese color de sable. mis ojos estaban rebasando dolor, y el me miró cómo si no tuviera sentido.

─alana, te recuerdo...─quisó empezar con ello, yo tiré de su brazo, apagando el sable de luz rojo, arrojandolo con toda mi fuerza fuera de la habitación.

─vete a la mierda.─le dije, golpeando a dooku detras de la cabeza con mí propio sable─ lo llevaré yo misma con vida, ¿no tienes una idea de las cosas que este tipo sabe? quién sabe a donde nos lleve.

─el no hablara alana...─avisó el canciller palpatine, sorprendiéndome, había olvidado que estaba ahí, me encogí de hombros con desdén. un hombre que se había quedado en sus funciones más de lo que se esperaba no era quien me decía que hacer.

─lo intentaré.─hablé con dureza, tirando de el brazo de el hombre con todas mis fuerzas, me quejé mientras apenas podía moverlo. anakin estaba liberando a palpatine, y el anciano seguía mirándome fijamente con algun tipo de sentimiento que no conocía del todo.─ soy buena haciendo cambiar de parecer a las personas...

─ahora vámonos.─ordenó palpatine, como si poco le interesara que pasaba conmigo, yo bufé luchando contra el peso muerto de dooku, sosteniendolo sobre mis hombros y comenzando a caminar, ¿cuánto comían los malditos siths?─ antes de que lleguen más droides de seguridad...

anakin se acerco a su maestro y yo lo miré con ganas de ayudarlo, pero apenas podía comenzar a caminar con dooku sobre mis hombros, dudaba cómo continuaría el trayecto hasta la nave.

─anakin, no hay tiempo.─habló el canciller y yo levanté la cabeza con consternación, ¿qué estaba diciendo el maldito anciano ahora?─tenemos que salir antes de que sea tarde.

yo me quise reír, era insólito la manera en que se comportaba el viejo decrépito. tenia suerte de ser un canciller, sino ya lo hubiera insultado más de una vez, subí la rampa con dificultad, no tenía idea como en las películas esto se veía tan fácil. sentía todos mis músculos trabajando como nunca en la vida. mi maestro tenía razón, tenia que ir más a el gimnasio.

─parece que esta bien...─la voz de anakin me hizo levantar la cabeza de nuevo con dificultad, ya estaba cansada y aun no llegaba a la puerta.

─dejalo o jamás saldremos.─yo fruncí el ceño, a punto de soltar a dooku y golpear a el canciller, iba a aprender una o dos cosas sobre molestar a una chica como yo.

─tendra la misma suerte que nosotros.─intervino anakin y yo abrí los ojos agradecida, dios alguien tenía sentido común al fin en este puñado de imbéciles. caminé como podía por el pasillo, ahora no podía esquivar a los droides de seguridad cómo antes, por lo que me escondí en el único lugar que nadie me iba a ver... escaleras de incendios entre las paredes de la base y las paredes exteriores.

si, no era lo más cómodo cargar con un cuerpo en los brazos y bajar unas escaleras tan ajustadas, pero bueno, no corría riesgo de mucho en cuanto a blasters y correr se trataba. claro que jamás esperaba que la base comenzara a descontrolarse e inclinarse a un lado. yo miré abajo al vacío, apenas podía ver una luz abajo del todo, ahí era mi destino... maldita sea.

solté mis manos e hice que la gravedad hiciera sus magia, hasta que quedamos recostado sobre la escalera, claro dooku se estaba resbalando de mis manos y por supuesto que faltaba como medio metro para llegar a la salida. me quejé intentando acomodar a dooku, soltandolo levemente. aún asi la nave volvió a la normalidad y terminé soltando medio metro a dooku por las escaleras de incendio con un ruido en seco. yo apreté mis ojos con dolor bajando las escaleras con rapidez, esperando que haya sobrevivido...

dooku estaba quejándose arrastrándose por el piso de la nave, quería llamar la atención de unos droides de seguridad que ahora estaban con armas revisando el incendio de R2 y nuestras naves.

─¡hey!─los llamé y los droides se dieron la vuelta de forma inmediata─ ¡miren quien es! ¡su lindo capitán!

los droides me miraron con confusión acercándose, pise por encima de dooku y este me miró quejándose en el suelo, yo hice una mueca burlona.

─lo siento, dooku, no venía a rescatarte. ─le recordé─ sólo te salve porque anakin no merece tu muerte en su historial.

─tu... eres la nieta de un sith...─se rió él, con odio─ y terminarás junto a él al final...

los droides me dispararon y yo lo esquivé entre risas.

─en tus sueños.─le dije, tomando mi sable con rapidez y deshaciendome de los droides, esquivando sus ataques y terminando con ellos en nada de tiempo. arrastré como pude las piernas de dooku mientras el se quejaba.─ dile a mi abuelo, que se vaya a la mierda...─lo dormí con la fuerza tirando de su cuerpo en mi nave como podía.─ ¡EV4! ¡nos vamos!

STAMP ON IT | ANAKIN SKYWALKER Donde viven las historias. Descúbrelo ahora