23.

427 63 16
                                    

Taehyung se asomó por la ventana de Amber, que justo daba al patio, y vio a su mamá ir con Yeji hacia la pequeña casa. La niña iba saltando en la nieve, hundiéndose y riéndose con alegría, y Hoseok parecía irla regañando. Sonrió levemente.

—Es increíble que tu mamá no le haya dicho a Jimin que viniera con nosotros —habló Amber, sacando un puñado de papas fritas del bol que llevó minutos atrás.

—Jimin tenía ensayo en su taller y se iba a quedar hasta tarde —respondió Taehyung, volviendo a sentarse junto a ella y agarró el comando de la Play Station—. Además, mi mamá confía en mí.

Amber se rió, agarrando también su comando, y estuvieron jugando unos minutos en silencio Overwatch. Los últimos tres meses había mejorado mucho, considerando que nunca en su vida jugó ese tipo de videojuegos.

Corea era muy cerrada a que omegas desperdiciaran su tiempo con esos juegos. Recordaba que Seokjin tenía una Play, pero era porque él y Namjoon eran alfas, era normal que les compraran esas cosas. Taehyung jugó varias veces con Jin, pero como no tenía forma de practicar personalmente, sus habilidades de juego eran escasas.

Su papá les regaló a Jimin y él una consola, cuando tenían catorce años, pero era de esas pequeñas, que admitían sólo un jugador. Debían compartirla por eso mismo.

Sin embargo, en Estados Unidos...

Cuando llegaron allí y se instalaron, Amber lo invitó a jugar en su Play. Al inicio no quería, porque Taehyung no quería relacionarse con ningún o ninguna alfa, pero su mamá lo empujó a aceptar. Mamá siempre les dejaba hacer lo que quisieran, siempre y cuando fueran responsables.

Amber casi se fue de espaldas cuando le dijo, en un coreano titubeante, que no sabía usar mucho el comando del juego. Ella tuvo paciencia para enseñarle, e incluso le dejaba ganar algunas partidas de juegos sencillos, animándolo a que tuviera más y más confianza. Ahora, Taehyung podía competir contra otros jugadores sin problema en Overwatch.

—Es mejor que no viniera —continuó Taehyung, sacando papas fritas y comiéndoselas—, está muy irritado con todo. Hasta pelea con Yeji.

—Debe ser su instinto sobreprotector —comentó Amber—, yo igual me preocupo por Thomas.

—Pero él exagera —se quejó Taehyung—, cree que... ¡que es nuestro padre! Y nos trata como si Gguk y yo fuéramos niños pequeños que debe controlar. El otro día hizo llorar a Jungkook cuando le preguntó a mamá si podía salir con Jackson a ver una película —hizo un mohín—. Yo igual tengo miedo de que otra cosa horrible le pueda pasar, pero no puedo tener siempre encerrado a Ggukie.

Amber no dijo algo por varios segundos, luciendo un poco pensativa. Taehyung sentía que eso se lo estuvo guardando por mucho tiempo, y es que le era difícil hablarlo con su mamá. Jimin siempre estaba en casa, eran muy pocas las veces que los dejaba solos, e incluso empezaron los roces entre Hoseok y su hijo mayor.

—Supongo que está tomando ese rol ante la falta de figura paterna —respondió Amber.

—¡No se lo hemos pedido! —replicó Taehyung, enfadado—. Si quisiera serlo, entonces que lo sea con Yeji, ¡pero no con nosotros! Jungkook y yo no necesitamos un padre cuando ya tenemos uno, y mamá no necesita otro alfa que lo controle. ¡Tuvo suficiente de eso!

Pensar en su papá hizo que el enfado del omega empezara a disminuir poco a poco, sintiéndose mal por todo eso. No es que se arrepintiera de haberse ido, considerando que en ese país estaban muy bien a pesar de todo, y mamá cambió mucho, ya no era ese omega apagado que vivía con miedo.

Sin embargo, eso no quitaba que extrañara a su papá. Taehyung siempre le quiso mucho, Yoongi le consentía demasiado y le cuidaba. Si bien fue Hoseok quien los crio desde pequeños, eso no significaba que su papá hubiera sido una figura paterna fantasma. Papá les enseñó a andar en bicicleta, jugaba con ellos los fines de semana, los llevaba a parques y los elevaba por los aires cuando eran más pequeños.

Four Seasons [YoonSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora