Young Lust [Pink Floyd x OCs]

(Intro) You Really Got Me

Cap. 1

1967

Redditch

La habitación nº35 del sexto piso de un hotel de Redditch, Inglaterra, ya era como la cuarta vez que la invitaban a entretener a un músico en aquel lugar, parecía que ellos lo elegían como su lugar favorito para ocultarse. El rockstar de ésa tarde era nada más ni nada menos que Ray Davis, vocalista de The Kinks, por lo que sabía las cosas no iban bien con su mujer y necesitaba tener una aventura, Maggie cumpliría ese rol.

En cuanto terminaron, ella se cambió colocándose su vestido de seda violáceo y sus botas tejanas, y se acercó a él. Ray sacó un fajo de billetes de su bolsillo y se lo acercó, en cuanto ella iba a tomar el dinero, él se lo apartó... y rió.

― No tan rápido, preciosa..., debo saber dónde volveré a verte, porque lo de hoy se dio gracias a una casualidad.

― No lo sé, suelo moverme por distintos lados.

― Por eso mismo -Maggie frunció los labios e intentó desviar la mirada, de verdad no tenía idea de a dónde iría la próxima vez -, anda -Insiste ante su silencio - parece que no quieres verme más, si es así sólo tienes que decirlo.

Pero ella sabía bien que a los hombres, y sobre todo a los rockstars, les caía mal recibir un 'no' por respuesta, por lo que pese a no ser una groupie, debía comportarse de todos modos como una geisha.

― No es así, es que puedo cambiar de opinión de un día a otro, aunque quizás me encuentres en tu próximo concierto.

― Eso espero -Le entrega, ahora sí, el dinero -, tú sí que sabes hacer sentir bien a un hombre.

Un tanto asqueada, salió de allí, Ray era guapo y encantador, pero parecía que las cosas en su casa estaban peor que nunca y la falta de sexo era notoria, en la cama se comportaba como un salvaje, la había hasta tomado del cuello en un momento, de milagro no la dejó sin respiración. Pero en ningún momento se quejó, aceptó todo lo que él quiso hacer porque sabía que la recompensa sería buena. Odiaba pasar por esto, pero era lo único que le quedaba por hacer cuando se trataba de una chica hermosa y pobre.

Birmingham

Gracias a estos favores, llevaba la comida a su casa y había logrado pagar una obra social que cubriera a toda su familia (padre, madre y hermana). Afuera, era Maggie Mae, una joven prostituta (algunos la catalogaban de 'groupie') de veintidós años, de cabello rubio lacio y largo, como solía usarse, siempre portaba una capelina y como sello característico pintaba su rostro con distintos dibujos. Pero dentro de casa era Tatiana, la primogénita de los Smirnov, una familia de inmigrantes rusos, que hasta el día de la fecha seguían recibiendo comentarios discriminadores.

― ¿Cómo te fue en el trabajo? -Le preguntó su madre, como siempre, tan agradable y en su idioma de origen (ruso).

― Muy bien -Deja su cartera sobre el sofá de color verde que estaba cubierto con un plástico para que la mascota no se los arruinara -, tardé un poco porque él tenía mucho de qué hablar.

― Descuida, llegas a tiempo para la cena.

Se le hacía duro tener que mentirles a sus padres así, pero prefería que pensaran que era periodista de músicos para una revista extranjera, en lugar de que supieran que su hija se acostaba con ellos a cambio de dinero y algunos prestigios. Hacía un par de días se venía barajando la idea de abandonar eso, ya quedaba poco para recibirse y podría comenzar a trabajar de lo que realmente le gustaba. Sus amigas de clubes le habían sugerido frecuentar los lugares donde tocaban bandas emergentes, ya que solían devolverte el favor una vez que adquirían reconocimiento, pero era sólo un rumor.